Jungkook no creyó que el capricho de ese niño sería él, mucho menos pensó que ese capricho duraría tanto tiempo. Pero, ¿a quién engañaba? Adoraba esa atención
Tan equivocado.
•Capítulos cortos.
Dormir en auto trae consecuencias horrorosas para tu columna, y Jungkook lo estaba viviendo en esos momentos.
A sólo un año de terminar el colegio, su salón había organizado un campamento en las afueras de la ciudad, sin ningún tipo de tecnología por tres días, si, era horrible. Eran cerca de las seis de la tarde cuando Jungkook se había despertado, llegar al lugar acordado demoraba unas cuatro horas y él las estaba aprovechando en dormir.
—Taehyung deja eso— escuchó susurrar a Jimin a sus espaldas. Y le fué casi innevitable no prestar atención.
Taehyung no lo había buscado luego de aquella charla en el almacén, ni a la semana, ni al mes que se estaba cumpliendo. Por momentos se arrepentía de haberle hablado de esa forma, pero luego se le pasaba.
—Dejarás tu teléfono aquí cuando lleguemos— advirtió Jimin.
—Minjae dice que eres muy molesto—se burló.
Inconcientemente, Jungkook había terminado frunciendo el ceño y empujando sus mejillas con su lengua.
—Mentiroso, Minjae es muy tímido y tierno para escribir eso—respondió.
—Ese niño me está robando a mi mejor amigo— bufó molesto.
—Eres un exagerado, Tae.
—No lo niegas.
—Tú eres mi único mejor amigo, tonto.
—Oh Jiminnie, ¿Por qué me estás diciendo cosas tan lindas? Eso es trampa.
—Yo siempre hablo lindo.
—Son muy ruidosos, ¿Quieren callarse?
—Yoongi hyung, usted siempre para molesto, ¿Es por qué no le dan en las noches?
Los ojos del castañito se ampliaron y le fue imposible no voltear, encontrándose con Jimin, que estaba igual o peor que él.
—Yo doy, mocoso.— respondió, como si exponer cosas de su vida sexual fuera de lo más normal.
—¡DEMASIADA INFORMACIÓN!
Las mejillas del azabache se tiñeron de rojo y no dudó en ir a sentarse junto al chofer lo que quedaba de viaje sin avisar a su mejor amigo, que no le tomó importancia y siguió enfrascado en su conversación virtual.
Por otro lado, Jungkook se había quedado en la misma posición observando a Taehyung, que no se molestó en hablarle.
—Hola, hyung.
Los ojos de Taehyung se desviaron de su movil, fijándolos en los del castañito.
—Hola Koo- Jungkook. ¿Sucede algo?
—No, quería saber cómo estabas— habló, tratando de ignorar el hecho de ya no tener un absurdo apodo, su apodo.
—Bien, nos vemos todos los días en clase, estas preguntas son ridículas— sonrió con ironía.
—Es que ya no hablamos...
—¿A caso estoy condenado a soportar mocosos como ustedes? VAYAN A UN MALDITO LUGAR DÓNDE NO ESTÉ YO, MIN YOONGI.
El rubio bufó, lanzándole una mirada filosa a Jeon, que optó por sentarse en silencio, dando una última mirada a Taehyung, desilucionado al ver que estaba de nuevo con su teléfono.
Estos dibujos me traen delirando y así no se puede señores.
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