Narra Alice:
La fría madera recibe mi mejilla golpeada antes de que todo se ponga oscuro ante mi vista, y pierda la consciencia, a lo lejos escuchaba la suave voz de Zoé llamándome desesperadamente y jalándome una de mis piernas, quería levantarme, pero todo me pesaba, todo me dolía, no tuve fuerzas tan siquiera para imaginarme matando a Marvin con mis propias manos, simplemente deje que el cansancio y el dolor me llevara
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Desperté con un fuerte dolor en mi costado derecho, y en mi cabeza, como pude abrí los ojos y lo primero que vi, fue luz, mucha luz, que me cegó al instante y me hizo cerrar mis ojos casi al instante de haberlos abierto
-Pero mira quien despertó, ¿te crees bella durmiente o algo así? Aquí no tienes corona, así que te levantas, y trabajas– escuche la voz de mi peor pesadilla, casi gruñendo seguidamente tomo mi pelo fuertemente
Me quede callada, no emití ni una palabra, ni un sonido, nada, simplemente trate de pararme, estaba en un cuarto que no conocía, era totalmente nuevo para mi, y dentro de él, solo estaba Marvin
-LEVÁNTATE PUES, MALDITA PERRA– gritó haciéndome exaltar en mi lugar, silencio, eso le otorgue, una risa casi divertida salió de sus asquerosos labios–Así te ves más bonita, como debe ser, sumisa a tu dueño, o a tu peor pesadilla, como quieras llamarme– sonrío
Me tomo del cabello nuevamente y me levanto de la cama haciéndome daño en mi ya lastimada cabeza
-ve a tu cuarto, llamaré a tu cliente, hoy empezarás a trabajar– me soltó abruptamente el cabello provocando que cayera de nuevo al suelo, no tenía fuerzas tan siquiera para mantenerme en pie
-Escúchame bien, hija de perra– me levanto del suelo agarrándome del cabello, nuevamente lastimándome y acercó su asqueroso rostro a mi oreja– Yo no te tengo aquí de vacaciones, aquí no eres nadie, así que como todas vas a trabajar, así que ríndete ya, no puedes hacer nada que lo impida–me agarro más fuerte del cabello y finalmente me soltó, y me quede en el suelo
-Entren, y llévenla a su cuarto– dos chicos entraron a la habitación, los miré como pude y uno de ellos, era Alex, intenté sonreír, pero todo mi rostro gritaba dolor
Alex muy cuidadosamente me levanto del suelo y me cargo, el otro chico vio que no era necesaria su ayuda y se fue
-¿Pero que mierda te paso Alice? ¡Casi te mata ese salvaje!– susurro Alex, inspeccionando que nadie pudiera escucharnos
-Creo que ya estamos muertos en vida, Alex–susurre en respuesta, mi voz salió rota, débil
Alex cerró los ojos con dolor mientras acariciaba mi cabello suavemente, llenándome de tranquilidad
-Zoé está bien Alex, estoy cuidándola pase lo que pase, en estos momentos no puedo–reí sin ganas– pero le dije a Peyton que lo hiciera
-Se que lo haces, pequeña, ahora solo preocúpate por estar bien, en que te mejores–cerré mis ojos presa del dolor, y sentí los labios de Alex en mi frente
No quería que Alex me soltara, me sentía protegida, me sentía bien, quería irme de aquí, quería salir de este infierno, y quería llevarme a Alex y Zoé conmigo, quería que dejáramos todo esto atrás, que saliéramos ilesos de aquí, pero cada día, cada segundo qué pasa, este lugar dañaba cada una de mis esperanzas, tal vez Marvin lograría su cometido, tal vez debería rendirme a sus pies y ser completamente sumisa a sus órdenes
Finalmente llegamos al cuarto y un guardia estaba esperando ahí, con llaves en sus manos, abrió la puerta para Alex y para mi, el entró conmigo en sus brazos, escuche la dulce voz de Zoé que gritó el nombre de su hermano y el mío
-No quiero lastimarte Zoé, ya te abrazare cuando deje a Alice en la cama– mire hacia abajo, y Zoé tenía sus pequeños bracitos alrededor de la pierna de su hermano, sonreí, y su hermana obedeció a su hermano mayor y quito los brazos de su pie
Alex me dejo suavemente en la cama y susurró un "todo estará bien" seguido de un beso en la frente, y miro atrás a abrazar a su hermana, un abrazo que no duro mucho tiempo, ya que el guardia sacó a Alex para cerrar la puerta con seguro, como siempre estaba, Zoé se acercó a la cama y se acostó a mi lado abrazándome, el dolor calaba cada centímetro de mi ser y de mi alma, pero las fuerzas no me daban ni para llorar, me sentía débil, me sentía usada, me sentía insignificante
Cerré mis ojos y me volví a dejar llevar por el dolor, por la angustia, y en medio de una amargas lagrimas, caí en un profundo sueño, con los pequeños brazos de Zoé a mi alrededor
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