Narra Alexander:
Hoy nos despertaron más temprano de lo normal, Marvin llego a nuestra habitación con una pistola de fulminantes y disparo hacia la puerta, haciendo sobresaltar a todos los que dormíamos ahí, el gran susto fue suficiente para que todos despertaran alarmados
Vivir aquí es un claro desorden mental para todos, vivimos con miedo de que en cualquier momento algo malo pueda pasarnos
–Despierten princesas, hoy les mostraré algo muy interesante, en 5 minutos los quiero en la sala de estar– Marvin nos grito casi que con asco reflejado en su rostro
–¿Hicimos algo malo?– un chico; Pablo, ese era su nombre se dirigió hacia Marvin claramente angustiado
–Nacer, esa fue la primera cosa que hicieron mal, o sus padres hicieron mal en no abortarlos, pero además de eso, si hubieran hecho algo peor, ya no estarían vivos para contarlo–dijo antes de dar media vuelta y irse a donde nos fue ordenado llegar
Nos vestimos rápidamente entre movimientos torpes y nerviosos a la expectativa de que era lo que deberíamos ver con tanto afán, en menos de cinco minutos ya estábamos en la sala de estar reunidos con Marvin quien estaba fumando un cigarrillo mientras nos miraba detenidamente
–Hoy saldremos, les mostraré algo, pero el que de un movimiento en falso, no tendré la paciencia para soportarlos, así que un tiro será incrustado en su craneo– saco un arma de su pantalón y la cargo, justo cuando pensé que no tiraría del gatillo, lo hizo, mire horrorizado hacia donde se había dirigido la bala, y la encontré en una de las muchas estatuas que adornaban este tenebroso lugar
–¿las chicas irán con nosotros?– alce la voz dirigiéndome hasta la cabeza de este lugar
Marvin se acercó peligrosamente a mi y me agarró por el pelo halándomelo al punto de que sentía como el pelo se desprendía de mi cuero cabelludo
–Aprende una cosa, maldito hijo de puta, las mujeres sólo son para usarlas, para trabajar, son como animales, útiles por un tiempo–me gritaba mientras golpeaba repetidamente mi rostro
La ira hirvió en mi sistema, solo podía pensar en Zoé y en donde habíamos llegado obligados, Zoé no merecía esto, ninguno de los que estábamos aquí merecemos este maltrato, quería matar a este hombre con mis propias manos
–No estoy de acuerdo con usted– lo mire fijamente a los ojos, casi que desafiándolo con mi mirada
El rio con gracia, como si le hubiera contado el más gracioso de los chistes, aún no soltaba mi cabello, mi cabeza dolía escandalosamente, pero yo seguía con mi mirada desafiante
–Tu, tu hermana y tu novia Alice, me están sacando la ira que llevo dentro, si no quieren terminar muertos–saco el arma y lo puso sobre mi cabeza–dejen de tratar de desafiarme, aquí sólo hay un ganador, y ese soy yo. Yo mismo haré que sufras aquí, veras con tus propios ojos como arrebato la inocencia de tu hermanita– dijo esto mientras me miraba con recelo y con rabia
–Sobre mi cadaver, hijo de perra– la ira carcomía todo en mi interior, no podía pensar con claridad, no podía pensar en las consecuencias que traería mi acto de valentía
–Ya te callarás la boca–soltó bruscamente mi cabello para después golpear fuertemente mi pómulo derecho–VÁMONOS– Marvin grito llamando a sus secuaces los cuales nos montaron en las mismas camionetas sin ningún tipo de cuidado, mi mejilla ardía, pero ardía más la rabia en mi interior y mi necesidad de matarlo y salir de aquí
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Después de un largo camino llegamos a lo que parecía ser un campo abierto, los primeros en bajar fueron Marvin y alguno de sus secuaces, puede ver cómo hablaban con un hombre que salió del campo, se estrecharon la mano y este asintió con la cabeza
