Un Golpe De Tiempo Terminado

capítulo 24

Capítulo veinticuatro: Revelaciones

Abrió los ojos y volvió la cabeza sobre el rostro arrugado y amable que se cernía sobre ella.

"Ah, es bueno verte despierto, buenos días, Sango". Kaede sonrió gratamente.

Sango se frotó los ojos e intentó enfocar su entorno; Ah, la cabaña de Kaede. ¿Cómo había llegado allí? ¿Qué ha pasado? Sus pensamientos eran confusos, pero luego todo volvió a ella; las tumbas, Inuyasha, el Ronin.

¿No se había dejado en claro cuando le había dicho a Inuyasha que quería quedarse en su aldea? ¿Cómo se atreve a traerla aquí?

"Antes de que empieces a tener un berrinche, permíteme que hable primero", dijo Kaede con tono paciente.

Sango la miró desconcertado, pero Kaede tenía esa cara de saber. Ella ... parecía que si lo veía ... ¡Para Kami! ¡Ella supo! ¡Ella sabía todo lo que había sucedido! Sango sintió que su rostro ardía de vergüenza.

"No hay necesidad de preocuparse, no hay necesidad de preocuparse, no soy nadie para juzgar, querido hijo ..."

"Oh…"

"Y por favor, no culpes a Inuyasha, cuando apareció en medio de la noche contigo, inconsciente de Kirara, le hice que me contara todo lo que había sucedido. Déjame decirte que hizo bien en traerte para mí. Has perdido mucha sangre y tal vez no hubieras sobrevivido si hubieras estado en tu aldea ".

Sango se sentó en el futón a pesar de que su pierna aún palpitaba un poco. "Yo ... um ... gracias por cuidarme, Kaede-baachan ... ¿Cuántos días estuve fuera?"

"Solo una querida, pero mejor gracias a Inuyasha, él fue quien no se apartó de ti, como lo hiciste cuando estaba enfermo, ¿recuerdas? Bueno, ahora tengo algunas tareas que hacer, si me disculpas. "

Kaede se levantó y salió de la cabaña, no sin antes darle a Sango una sonrisa misteriosa.

Sango lanzó un suspiro. Los últimos recuerdos volvieron a ella, ¿o lo había soñado? Quizás ella había estado delirando; ella recordó a Inuyasha diciéndole que quería quedarse con ella. Su corazón dio un salto ante la sola idea y su estómago se sintió como si cayera de un acantilado, pero no debería dejar sus esperanzas demasiado altas, después de todo, sabía lo que Inuyasha sentía por Kagome ... las cosas eran como eran y no podía ser cambiado solo porque ella había tenido una alucinación.

Sango procedió a quitar la manta para inspeccionar su pierna, pero estaba fuertemente vendada y, además, tenía que cubrirla rápidamente otra vez cuando se abrió la cortina de la entrada. Levantó la vista y vio a un joven alto y de cabello oscuro mirándola con ojos cálidos.

"Hola." Él se arrodilló junto a ella.

Sango sintió que su boca se convertía en una sonrisa, a pesar de que no había tenido la intención de hacerlo, pero no podía evitar la sacudida de su corazón o las graciosas sensaciones en su estómago. Ella no pudo evitar desear alcanzarlo y abrazarlo con todas sus fuerzas, y entonces su deseo fue concedido; Inuyasha envolvió sus brazos alrededor de ella.

"Estaba tan preocupado cuando no te despertabas, lo siento, sé que querías quedarte pero tuve que traerte aquí", le susurró al oído, acariciándole la espalda con la mano. Sango se congeló al principio pero logró abrazarlo, descansando su cabeza en su hombro, oliendo su esencia.

¿No podría ese momento durar para siempre?

Sin embargo, se separó de ella y la miró a los ojos. "¿Cómo te sientes?"

"F-bien".

"Me alegro."

"Regresaste ... después de todo", dijo mientras sus ojos escaneaban su rostro.