Un Golpe De Tiempo Terminado

capítulo 7

Capítulo siete: el plan muy secreto de Sango

Myoga había gritado, tirado, maldecido, incluso mordido, pero Shippo no tenía ni idea y Inuyasha y Sango apenas le prestaron atención. Su último recurso fue saltar a su alrededor gritando sin parar la misma pregunta; ¿Qué demonios había hecho Inuyasha con Tessaiga?

Al final, Inuyasha, teniendo suficiente de la molesta vocecita, gritó que había arrojado la katana y que se había perdido en el bosque.

El pobre Myoga sintió varias emociones a la vez; rabia, indignación, conmoción, negación y desilusión, pero sus intentos de amonestar a Inuyasha habían sido en vano, así que el youkai de la pulga se escapó de su amo, llorando por el inestimable, sagrado y honorable arma y quejándose en voz alta de ingratos hijos.

Entonces, no fue tan difícil para Sango encontrarlo, y ahí estaba él, sentado en lo alto de una hoja, empapándose en lágrimas.

"No puedo creerlo!" -gimió- "¡El gran Tessaiga, desde el mismísimo colmillo de mi señor Inutaishou-Sama! ¡ se a Ido! ¡Perdido!"

El pequeño youkai sin duda habría continuado con su duelo si un enorme (para él), ojo de color chocolate no hubiera aparecido justo en frente de su rostro.

"¡Agh!" dio un paso atrás ante la vista repentina y se cayó de la hoja.

"Lo siento, Myoga-jiji, no quise asustarte", se disculpó Sango. Myoga saltó sobre la hoja y se encogió de hombros. Sango casi sintió lástima por él, pero sabía que su tristeza se disiparía en un momento.

"No te preocupes, Sango-san, estoy bien ... pero aun así, no puedo creer lo que ... ¡ese nudillo hizo!"

La niña sonrió y dijo: "bueno, la buena noticia es que-"

"¡Esa katana fue un regalo precioso!"

"Sí, es por eso que pude ..."

"¡Y una parte del espíritu de su padre estaba dentro de eso!"

"Lo sé, pero no es ..."

"¡Se fue! ¡Y ahora se ha ido! ¡En manos de algún hanyou que podría traer caos con él o tal vez un humano estúpido lo consiguió!"

"¡Entiendo!" Sango tuvo que levantar la voz para callar al viejo youkai.

"¿Qué? ¿Lo tienes?"

Ella sonrió. "Cuando Inuyasha lo tiró lo recuperé, simplemente no podía abandonarlo así. ¡Representa mucho!"

Myoga saltó sobre su nariz, prácticamente brillando de alegría. "¡Sango-san, niña inteligente! ¡Kami te bendiga!" Inmediatamente la pulga comenzó a hincharse e irremediablemente fue abofeteada y cayó sobre una mano extendida, pero no le importó. Parecía que estaba sonriendo, aunque Sango no podía decirlo; él no tenía labios.

"Um ... supongo", dijo después de su arrebato, "será lo mejor si llevo a Tessaiga conmigo, lo esconderé donde nadie lo pueda encontrar y donde pueda tener un lugar honorable para descansar, tú". Entiendo que no puede quedarse aquí, es demasiado peligroso y no podemos devolvérselo a ese irresponsable de Inuyasha. ¡Lo perdería de nuevo!

Sango intentó no reírse ante la imagen mental del minúsculo Myoga arrastrando la katana por todo Japón. Bueno, ella lo salvaría de tal problema.

"Creo que tengo una mejor idea sobre qué hacer con eso, y tal vez, Inuyasha mantendrá la katana, como su padre hubiera querido".

"¿Que piensas hacer?"

Sango se dio vuelta e instintivamente envolvió su mano alrededor del wakisashi que siempre llevaba debajo de su ropa. "¿Eh? ¡Oh, Inuyasha, me asustaste!"

Ella se alivió ante el suspiro de él; él estaba descansando sobre una rama, sus pies balanceándose de un lado a otro. Su costumbre de trepar a los árboles no había desaparecido con las orejas de su perro.

"¿Asi que?" él esperó.

"¿Y qué?" Sango sonrió nerviosamente y se frotó la nuca distraídamente.

"Te vi volver a tu choza y luego salir con algo envuelto en tu mo-bakana, luego desapareciste toda la tarde hasta ahora".

"Ah, no sé de lo que estás hablando, solo fui a caminar, ya sabes, estar en el pueblo todo el día es aburrido".

"¡Keh! Si quieres ser todo reservada eso está bien para mí". Volvió a la importante tarea de balancear los pies.

"Entonces ... te veré mañana a primera hora? Podemos practicar en el claro junto al pozo, si quieres", dijo, y un Inuyasha la miró frunciendo el ceño.

"¿De qué diablos estás hablando?"

"Comenzaremos tu entrenamiento, ¿recuerdas? ¿Así que podemos ir a cazar Youkai?"

"¡Keh! ¡Eso es ridículo! ¡Te dije que no quería hacerlo! ¡Y no necesito ningún entrenamiento!" Inuyasha giró su cabeza, sus brazos sobre su pecho y un gesto obstinado en sus facciones, su cabello negro se movió con el suave viento.

Sango sonrió levemente. "Vamos, no hay nada de qué temer".

"¿Qué? ¿Qué se supone que significa eso?" Esta vez ella tenía toda su atención. Oh, ella sabía cómo jugar su orgullo; ella había visto a Kagome hacerlo innumerables veces.

"Está bien, Inuyasha, prometo ser fácil contigo".

Saltó de la rama y se enfrentó a la taijiya. "¡Ja! ¡No tengo miedo y nadie nunca tuvo que irme fácil!"

Ella levantó una ceja. "Entonces ... ¿Vendrás?"

"¡de acuerdo, sango! A primera hora de mañana por la mañana".

"Bien, veremos lo que eres capaz de hacer sin grandes garras o espadas mágicas".

Ella sabía cuál sería su respuesta.

"¡Keh!"

Y ahí estaba.