Mindscape Café.〖BillDip〗

Visita Doce.

¡Hola a todos! Miren este hermoso dibujo hecho por Min_HangBin inspirado en Dipper dentro de esta historia (*'∀'*)♡ LO AMÉ

—Lo que estás haciendo está brindando frutos, Bill —comentó con una sonrisa Susan, a la vez que preparaba una malteada que pidió uno de los clientes.

Bill, quien estaba a su lado colocando galletas en una caja, rió sarcástico.

—Ya van a pasar dos semanas, jefecita. ¡Dos! —exclamó, elevando ambas manos al cielo con frustración—. Por cada segundo que pasa estoy perdiendo un momento a su lado —formó un puchero mientras veía con tristeza a su castaño sentado en el lugar de siempre.

—Lo digo en serio, estás haciendo un muy buen trabajo —elogió, palmeando su hombro—. ¿No ves algo diferente?

Bill dejó de lado las galletas para enfocarse en la pregunta que le hizo Susan, y se quedó analizando de pies a cabeza al chico.

—Mhm, sí, veo algo diferente —afirmó el rubio, asintiendo un par de veces.

—¿Y qué ves?

—¿Tiene nuevos botines?

Susan golpeó con un trapo la cabeza del rubio, quien soltó un "¡Oye!" en reproche.

—Mira más allá del físico.

—¿Cómo puedo mirar más allá de eso? Si fue en lo primero que me fijé de ese bombón —comentó con sorna, sonriendo ladino.

El castaño pareció notar su mirada, ya que sus ojos marrones vararon a los ámbar del rubio. Bill le guiñó un ojo coqueto en respuesta y las mejillas de Dipper se tornaron rojizas. 

—Por Dios, Bill —hizo una mueca de disgusto la mujer—. Ya hablando en serio, ¿no notas un cambio más allá del físico? No lo sé, como si fuera menos gruñón, tal vez.

—¿Menos gruñón? ¡Ja! Eso ya sería un milagro —mofó—. Susy, yo soy el que se la pasa todo el tiempo con él, si hubiera un cambio en él lo sabría —comentó con sorna, volviendo a meter las últimas galletas en la caja con más velocidad.

—El amor te cegó por completo —murmuró, negando un par de veces con su cabeza.

Al terminar la orden, Bill se la entregó a la clienta que lo pidió, dedicándole por igual una gran sonrisa y un "Vuelva pronto". Luego de que la clienta se retirara satisfecha, se destinó a ir a la mesa del castaño, que le esperaba con paciencia.

Lo había esperado desde hace más de media hora, ya que hoy hubo más clientela de lo usual por lo que tuvo que atender junto a los demás empleados a las personas que iban llegando. Dipper entendió su posición y se dispuso a esperar el tiempo que fuese para que el rubio estuviera disponible para él.