Nesesito verte

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Muy distantes eran las tardes entre Inuyasha y Kikyo, mientras más caminaban mas se alejaban uno del otro sin saberlo. ¿Pero que es lo que pasaba en la mente de Inuyasha? había apartado sus ideales y por un momento olvido lo importante que era Kikyo, ahora solamente se concentraba en el bienestar de Kagome.

El sol se estaba alejando y comenzó a ocultarse, las primeras centellas en el cielo se comenzaron a jugar, el viento era un poco frío y desolador.

Kagome: ¿Que...otra vez dormiremos a la interperie?

Inuyasha: ¡No me mires a mi...Habla con el monje livinidoso que por culpa suya nos echaron de la aldea!

Miroku: Que puedo decir...Soy muy débil

Sango: Eso todos los sabemos pero porfavor comportese ya

Shippo: Kagome tengo hambre ¿Que vamos a hacer ahora?

Kagome: Los víveres que traje hace poco se han terminado...Ya no tengo nada

Miroku: Pues ni hablar Inuyasha...Tenemos que ir a cazar algo

Inuyasha: ¡¿Y por que tengo que ir yo?! *Replicó con furia*

Miroku: ¿O quieres que mandemos a las chicas Inuyasha? *Se excusó*

Sango: ¿¡¡Ahora resulta que nosotras debemos hacer lo que por naturaleza les toca a ustedes!!?

Kagome: ¡Date prisa Inuyasha! *Dijo empujándolo*

Inuyasha: ¡Ya voy!...Ya voy

El atardecer se desvanecía dándole la bienvenida a la luna, se adentraron aún más en el bosque esperando encontrar algún animal salvaje para cazarlo y alimentar a las chicas que seguramente se morían de hambre. No les llevo mucho tiempo encontrar a su víctima, observaron a un jabali que descansaba cómodamente en una roca bajo la sombra de un árbol retorcido y flaco. Prepararon sus armas y herramientas para cazarlo hasta que le dieron fín a su sufrimiento, después agradecieron por el sacrificio del animal, sobre todo el monje quien lo reverenció  y rezo para que en otro lugar renaciera.

Ambos muchachos regresaron con las manos llenas de frutos y carne, muy felices hablaban de la esquizita caza que tuvieron. La luna se encontraba en su punto más alto y las nubes la ocultaban, aprovecharon que aún había un poco de luz para recolectar leña y ramas.

Inuyasha: ¡¡Regresamos!! *Grito a todo pecho para llamar la atención de ambas chicas*

Kagome: ¡Qué gusto Inuyasha!...

Shippo: Apresurence que tengo hambre

Inuyasha: Este enano no comerá ¿o si?..

Miroku: Controlate Inuyasha...trajimos suficiente para comer todos

Sango con la ayuda de Kagome prendieron fuego a la leña para después coser la carne de jabalí, Inuyasha coloco en el piso un roble de madera seco para después sentarse esperando su comida, Kagome se sentó junto a él...muy cerca de él, el calor del fuego hacia que Inuyasha sudara o talvez era por que alguien estaba a su lado.

La bestia nerviosa comenzó a distraerse en las hojas de los sauces, Kagome recargo su cabeza en el hombro de Inuyasha y es así como él sintió como algo lo quemaba por dentro, su sonrojo se notaba tanto. Inuyasha volteó a ver a Kagome, lo hacía disimuladamente según él, ya que ella sentía el pesar de su mirada, pronto Sango los interrumpió.

Sango: ¡Ya está la comida!

Todos se acercaron a la fogata pues el frío comenzó a hacerse presente pronto ellos comenzaron a cenar. Las vivas llamas del fuego y el crujir de la leña hacían esto más abrumador, pero los jóvenes viajeros no le prestaban importancia y ellos seguían con su conversación. Cada vez que Kagome hablaba Inuyasha se le quedaba viendo sin apartar la visita, sus lindas pestañas castañas se movían con gracia cada vez que ella parpadeaba y el color de sus labios se hacían más intensos conforme se movían. Era ahora el ideal del peliplateado, proteger a Kagome era su deber y lo llevaría a cabo a como dé lugar.

Dos Almas En Fragmentos - ♥Inuyasha y Kikyo♥ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora