Jared II

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Luego de haberme sacado toda esa ropa tome camino a la ducha otra vez, 15 minutos pasaron y ya había salido como nuevo como estaba solo podía andar en casa como quiera y para mi eso andar desnudo.
– Si quiero un pollo Teriyaki al edificio B-36 del condominio  North Highger Towers en el departamento 224 ¿5 minutos? Esta bien.– colgué.
Fui a mi librero y saqué uno de mis libros favoritos era 11 minutos de Paulo Coelho, tome asiento y al sentarme pude sentir el cuero frío en mi piel me recordó a la chica de ayer lo cual me causo una erección bastante grande, el timbre sono y el pollo había llegado me dirigí allá y ahí estaba una linda chica.
–¿Entonces me trajiste el pollo?– Abrí la puerta dejandome ver.
– Eh.. S-Son, Wow.– su vista no se apartaba de mi miembro descubierto.
–¿Quieres probar? No hay nadie aquí.–sonrei de manera tentadora.
Ella accedió a entrar, dejo el pollo en la credenza y la lanze al sofá, quite su camisa botón por botón para ver su... ¿Busto pequeño?
Carecía de busto, pero igual me ponía y era lo importante, baje sus pantalones y quite sus bragas lentamente mientras ella me observaba.
–¿Has hecho esto? Estas muy tranquila– Dije mientras rozaba un poco su clítoris.
– Dos veces..– dijo retorciéndose de placer.
– Entonces bien.
La mire de reojo para luego sacar un condón de una pequeña caja que había escondida en la mesa central cerca del sofá, lo abrí con la boca para sacarlo y colocarlo ahí en mi pene.
–¿Lista?– Dije sin más.
– Adelanté... Te desee desde la primera vez en que traje comida aquí.– cerro sus ojos diciendo eso.
Entre en ella estaba calida y era pequeña, empecé con movimientos lentos y suaves para ver cómo ella disfrutaba del todo me gustaba hacer eso, con una de mis manos tocaba sus pequeños senos viéndola como se volvía loca lentamente.
Estuve así por un momento hasta que acelere mis movimientos ella se agarraba del sofa y yo del espaldar sus gemidos me volvían loco y me hacían moverme más y más rápido ella solo decía que siguiera sin parar pero no siempre las damiselas deben ser rescatadas, pero el caballero también deben de darle su recompensa.
– Ahora es tu turno nena...– dije saliendo de ella para retirar el condón.
Ella no sabía a qué me refería pero yo sí, Jared nunca se queda sin premio, ella sabía que tenía que hacer así que solo abrió la boca y entre ahí, se movía de arriba hacia abajo con mi pene en su boca, sabía hacerlo bien de un momento a otro ella aumentó su velocidad esta vez usaba sus manos y yo aún no me estaba por venir, duro unos minutos ahí hasta que por fin pudo sacar el paquete.
– Aquí vamos..
No deje que hablara pues todo el contenido se vació en su boca al fin, parecía ser una novata en estas cosas pero fue una buena follada, ella se retiró con el semen en la boca y le dije donde estaba el baño.
–Segunda habitación a la derecha– señalé.
Ella sin decir nada corrio hasta allá y yo me senté victorioso, sudado y exhausto.
– La primera de la semana Jared, eres un campeón.
Ella salió del baño y tomó su ropa se vistió delante mío y me dijo su nombre.
– Soy Marie espero volver a traerte pollo. – sonrió.
– Y tú qué vuelvas a comer polla otra vez.– le guiñe el ojo.
La chica termino de vestirse, pague y se fue, estuve ahí hasta las 11:00 leyendo, tenía sueño logré ver dónde estaba el condón, lo tome para desecharlo, yo estaba cansado.
–Vamos a dormir.
Me dirigí a mi habitación, allá me tiren la cama la habitación estaba fría y yo estaba desnudo, tenía otra vez esa sensación de vacío como si faltará algo, decidí ignorar eso y dormir.

4:00 a.m

Desperté a esa hora no tenía sueño, salí de la cama y caminé hasta la cocina para beber un poco de agua pero me invadía una sensación de angustia, tristeza y sentía el corazón acelerado... Estaba entrando en pánico ahí mismo, decidí ir al sofá un momento y recostarme, estaba sudado y temblaba tenía miedo.
– Que mierda me está pasando.
Ahí me quedé despierto un rato hasta que pude conciliar el sueño.
El sol me iluminó la cara eran las 7:00 a.m según el reloj, solo me faltabanan minutos para llegar al trabajo, estaba soñoliento no había abierto los ojos pero la mano algo arrugada de Margaret tocando mí cabello, su voz resonó en los oídos, eso me calmo.
– Hijo vamos llegas tarde y el desayuno está en la mesa.
Pose mi mano en la sulla y me levanté estaba desnudo así que me coloqué un cojín ahí abajo, Margareth estaba acostumbrada a verme así.
– Buenos días Ma... No tuve la mejor noche.– dije.
Ella me hizo la seña de que le contara en la mesa mientras comía, y yo asentí, pero tenía que bañarme primero.
Tomé un baño de agua fría, pensando en lo que sentí ayer ¿Que fue eso? No tenía la mínima idea de que podría ser, al salir Margaret esta vez había elegido mi ropa de trabajo era la típica, así que salí y ahi estaba ella en espera de mí.
– Ahora dime Jared que paso, no sueles dormir en el sofá muy seguido.
– Margaret desde hace mucho me siento algo extraño, vacío, y que no se llena con nada.
Ella me miro algo impactada y se sentó conmigo para saber cómo estaba, tento mi frente para saber si tenía fiebre.
– Ma estoy bien no tengo nada tal vez fue algo por el trabajo.– Dije quitando su mano lentamente.– Estare bien solo fue algo momentáneo.
Me miró fijo y luego suspiró.
– Jared ¿Estas seguro de que estás bien?

Lo estoy y mejoraré.– tome un panqueque y le coloque algo de miel.
– Eso espero.
Terminé de desayunar con algo de apuro y dejé todo en la mesa estaba listo para irme, ya abajo entre en la camioneta para salir y dirigirme al lugar donde empezaría la construcción James estaría allá para mostrarme los planos de cómo sería todo.
–Hoy será un lindo día o eso espero..

Genial, tráfico, lo que único que faltaba estaría ahí un buen rato esperando a que todos avanzarán estuve ahí hasta que mi padre llamó a mi teléfono.

Llamada entrante de papá
– ¿Papá.?
– Jared... Necesito que vengas a casa hoy tu madre y yo tenemos que hablar contigo esta noche.– dijo en un tono serio más de lo normal.
–No tengo tiempo para oírlos quejarse de mí y exigirme más, ahora déjame hablar con mi mamá.
El dejo el teléfono con un suspiro pesado y luego pude escuchar a mi mamá.
– Mí bebé ¿Estas bien?– su tono de voz era dulce y suave.
– Mamá estoy bien, es bueno escucharte.– dije calmado.
Amaba a mi madre más que a nadie ella aunque a veces se ponía del lado de mi padre siempre fue lo mejor para mí, su voz suave, calmada y tranquila eran lo único que me hacía calmarme en momentos malos.
–Me alegra saber que estás bien, querido realmente tu padre es quien quiere hablar esta vez yo sólo estaré ahí en terreno neutro.
– Sabes iré por qué se que me harás comida.– suspiró–
– Gracias cariño, te veo esta noche. – colgó.
Esta vez mis padres querían hablar conmigo la última vez que los vi fue en la fiesta de una de mis primas y no los volví a ver luego de ahí, que querrán está vez. El tráfico avanzó y pude llegar al lugar que ya estaba todo demolido trabajan rápido eso caracterizaba mi compañía, al llegar me baje y ubiqué a James que estaba de espaldas viendo los planos.
– Buenos días bastardo, llegué puntual esta vez.
– Buenos días querida me alegra saber que estás puntual hoy.
–¿Cuál es la situacion hoy?
– Bueno tenemos una nueva torre corporativa, especialidad de la compañía, más tenemos al rededor de 3 meses solo para tener lo básico, aquí tengo los planos que nos han enviado.
Los revise y parecía muy interesante, como amaba estas cosas por algo lo elegí.
– James esto parece interesante ¿Entonces 3 meses? Bien.
– Hay que llamar a los contratistas Memphis dice que el depósito llega en la semana.
Empecé a caminar con James por el lugar para medir y saber cuántos metros tenía el lugar de construcción, hicimos algunas llamadas para confirmar todo y se empezaría la construcción mañana.
– Bien mañana mismo empieza esto.– James sonrió.
Su sonrisa era muy grande Siempre me gustaba verlo feliz en este tipo de cosas, era mi mejor amigo y amaba trabajar con él. Ya era medio día así que fuimos a un restaurante cercano para vernos con el contratista y hablar.
El contratista había llegado su nombre era Carlos, fue mi contratista desde la primera obra que construí éramos buenos amigos, la reunion fue de lo más tranquilo hasta que llegó la tarde ya era tiempo de ir a ver qué querían mis padres ellos vivian en un departamento que le compre no hace mucho una quinta planta está vez con ascensor.
– Madre estoy aquí. – mi voz cambiaba cuando estaba con ella.
Tenía la llave y entre ahí estaban ellos esperando para decirme, mi madre parecía preocupada y mi papá no tenía expresión, siquiera saludaron hasta que mi mamá dijo:
– Hijo tenemos que hablar..

La PsicólogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora