El bebé Jared

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Había pasado un tiempo desde la propuesta de los padres de Jared hacia él, lo seguían mencionando pero lo ignoraba, el trabajo estaba estresante el edificio marchaba bien pero algunas cosas se habían complicado, James estaba con su esposa embarazada y él tenía todo el trabajo, los ataques eran ahora un poco más frecuentes y aún sin saber que hacer.
Todo no estaba yendo como pensé esto se ponía de mal en peor incluso en situaciones importantes, el otro día deje caer un café en medio de una reunión y se pauso por mi, debía resolver esto pero esto seguro era por el estrés que recibo, recibí una llamada de una vieja amiga de la escuela-universidad se llama Janette. Habían pasado ya ¿5 años? Desde que la ví, he hablado con ella constantemente, y nuestra amistad volvió a ser como antes, resulta que es admistradora de un gran hotel del país, se casó con una inversionista que conoció allí y está embarazada de un niño mientras... Que yo aún llevo la vida como la llevo nada más.
Memphis me había colocado la correspondencia en mi escritorio y me di cuenta que aún seguía la tarjeta de presentación de aquella Psicóloga que James me había recomendado no creo que yo deba ir esto pasará pronto, y un recordatorio de mi almuerzo con Janette, iré, quiero ver qué tan gorda se veía y molestarla con eso.

– Una tal Janette al teléfono, cariño ¿Con que zorra me engañas ahora? – Dijo Memphis en mi línea.
– Ninguna que te importe Memphis.– tomé el teléfono para hablar con Janette.– Hey Jan cómo va ese campeón ahí dentro.
– Hey Jared, estoy bien queriendo que ese niño salga de aquí, voy al baño cada 5 minutos, tengo calor, no deja de moverse por las noches y sí como lo que quiero ¡vómito!.– Dijo un poco molesta.
- Jan cálmate, solo espera a mañana y vamos a comer al lugar que quieras.
- Por favor llevame a comer alitas picantes a donde solíamos ir en la universidad.
–Jan per..– me interrumpió.
–¡LLÉVAME MALDITA SEA!– grito por el teléfono.
–Está bien esta bien, sigues siendo igual de pesada que antes.
–Bastardo.
–Espero verte mañana a la hora del almuerzo.
–Ahí estaré.
–1:00 p.m no tardes sino me enojare.
Ella me colgó primero sin decir nada era tan típico, tenía que irme a supervisar una de las construcciones cerca de mi edificio. Pensé en pasar por casa de Janette y ver cómo estaba ella y su pequeño insecto ahí adentro también saludar a Elizabeth su esposa, en la construcción todo era ruidoso, mucho polvo, hacia sol y yo estaba acostumbrado a esto pero hoy... Hoy fue diferente empecé a sentir la misma sensación de pánico que antes, estaba en el tercer piso de esa construcción, me tambalee, las piernas temblaban y por suerte pude agarrarme de una columna.
–Señor ¿Esta bien?..– Uno de los trabajadores me agarró para ver si estaba en buen estado.
–Estoy B-Bien..–La dificultad de mi respiración no me dejaba hablar.
El chico que parecía de unos 25 años, trato de ayudarme a bajar del lugar y se quedó unos momentos conmigo.
– ¿Usted es quien supervisa aquí? ¿Qué pasó allá arriba?
– Nada creo que solo fue vértigo..
No podía decirle a nadie sobre esto de mis momentos donde me pongo así.
–Estoy bien solo fue la altura, no es nada.
– Espero no sean ataques de ansiedad.. Se como identificalos, mi hermana sufre de ellos y va a un Psicólogo para poder agraviarlos.
Entonces ¿Tengo ataques de ansiedad? No podía suponer tan rápido.
– Dices que ¿Va a un Psicologo?
– Pues sí, y le ayuda con ese tipo de sensaciones, ella le cuenta como se siente e incluso cómo van las cosas. Toma algunas pastillas y esas cosas.
– ¿Viste que mejoró?
- Sí, mejora, a veces menos frecuentes, los medicamentos ayudan.
– Bueno gracias... ¿Cuál es tu nombre?
–Soy Samuel.
–Gracias Samuel, puedes llamarme Jared espero verte pronto.

El chico se despidió y me fui de ahí, en mi mente solo se mencionaban las palabras Ataques de Ansiedad, el tráfico estaba pesado salí en la hora pico y viernes por la noche, no dejaba de pensar en aquello, salí del tráfico y pase por un restaurante japonés e ir a pedir algo de cenar y tal vez algo más, al llegar al departamento deje mis botas en la entrada como de costumbre y pase a mi habitación estaba cansado, lo cual hizo que durmiera temprano.

La PsicólogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora