Prólogo

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No eres la única que puede jugar y mover sus cartas para sus propios fines. En el fondo no somos muy diferentes, solo no has querido conocerme, no te lo has permitido.

¿Por qué?

¿Temes enamorarte de mi?

Si supieras hace cuanto he fantaseado contigo, con tus besos, tus caricias, nuestros cuerpos rozandose intensamente, en un abismo de lujuría y pasión.

No necesito de nada, más que tu calor, tu sonrisa, tu rostro, tu cuerpo.

Sé mía.

Sé que lo deseas, sé que no ha llegado el hombre que mueva tus sentimientos, pero yo, puedo mover más que eso. Solo amame, reconoceme, aceptame.

Esta vez no cometere el mismo error.

Te quiero para mí.

Dejate llevar.

                           

Sueño OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora