Capítulo 1

8.9K 489 24
                                    


En una casa apartada de las demás, en las afueras de un frondoso bosque, se encontraba Yuuri un omega de 16 años, con cabellos azabaches y ojos color chocolate con un tinte rojizo, sentado en un sofá con la televisión encendida y un pequeño rubio con ojos de jade de tan solo 6 años, jugando a sus pies. En eso, escuchan dos golpes en la puerta de entrada y un desconfiado Yuuri se levanta de su asiento y le indica al menor que guardara silencio, llevando el índice hacia sus labios, recibió un pequeño asentimiento por parte del rubio y se dirigió hacia la puerta tomando el arma que descansaba en una pequeña mesa a un lado de esta, cargo el cartucho en la base del arma y se puso a un costado de la puerta.

Yuuri, esperó pacientemente hasta que se escucharon dos nuevos golpes seguidos de otro silencio.

Yuuri: tu olor te delata idiota- dijo el azabache guardando el arma, y al instante se oyeron risas del otro lado de la puerta. Este se hizo a un lado abriendo la puerta, dejando pasar a dos morenos, un mayor y un menor- hola Pichit, perdón crei que-

Pichit: lo sé, creiste que seria el lider de la mafia más peligrosa que existe y que querria matarte aqui mismo- dijo interrumpiendo al contrario

Yuuri: justamente eso... y dime, quien es el pequeño alfa junto a ti- dijo mirando al niño que venia con su amigo, "no parece ser mayor que mi gatito", pensó refiriéndose al rubio que aún estaba en silencio.

Pichit: ohh... cierto...Yuuri, él es Otabek, lo encontre mientras venía para acá- dijo dándole un empujoncito al menor para que se animara a hablar.

El niño, miró serio al contrario, encontrándose con una mirada color jade más atrás. Aunque no lo demostrara en su rostro, él tenía miedo, pues no sabía quienes eran esas personas ni si lo lastimarian, solo se dedicó a observarlos. Por lo que pudo notar, todos eran omegas, y el de pelo azabache comenzó a lanzar feromonas que lo terminaron de tranquilizar y ese dulce aroma rosas comenzaba a arruyarlo de manera tal que recordó a su difunta madre. Lágrimas comenzaron a brotar de los ojos del moreno menor, que instintivamente se lanzó a los brazos de Yuuri y este lo abrazó con fuerza, liberando más hormonas que terminaron por hacer dormir al niño.

Después de un rato, Yuuri había logrado hacer dormir al rubio, aunque este se negaba a soltarse del abrazo en el se encontraba. El pelinegro dio un suspiro y se rindió, alzando la vista hacia su moreno amigo, quien se quedó embobado mirando la escena que tenía en frente.

Yuuri: y bien, que te trae aquí- dijo acariciando el cabello del rubio.

Pichit: se te da bien cuidar niños- dijo con mirada soñadora a lo que su amigo frunció el ceño.

Yuuri: déjate de bromas Pichit, y dime de una vez...

Pichit: ya, ya... pero no has pensado en dejar de escapar y formar una familia con un buen alfa?... no lo hiciste?- dijo el moreno tratando por enésima vez convencer a su amigo de que escapar no era la mejor forma de hacer las cosas.

Yuuri: tsk...- chasqueó la lengua y se dio por vencido, evitar el tema solo hacía mas molestas las insistentes demandas de su amigo- si lo he pensado, pero no puedo hacer eso y menos con alguien como él siguiendo mi rastro.

Pichit sabia a lo que se refería su amigo, el destinado del azabache era nada mas y nada menos que un lider de la mafia, y no cualquier mafia sino la más peligrosa, la Rusa, además también es el responsable por la muerte de los padres y desaparición de la hermana de Yuuri. Gracias a eso Yuuri no volvió a usar su apellido, y se dedicó a buscar a su hermana mayor, hasta que cierta tarde salía de una cafetería en medio de la noche, pues se juntaria con los que decían tener información sobre Mary, su hermana, Yuuri iba a paso lento cuando lo vio, bajando de un auto negro, vistiendo en su totalidad un traje del mismo color, resaltando su cabellera platinada y sus fríos ojos color cielo, le pareció la criatura más hermosa que jamás había visto, su aroma a vainilla lo atraía, haciendo soltar a este instintivamente el suyo, tratando de atraerlo, teniendo como respuesta un gruñino y la mirada fija del contrario. Supo en ese momento que eran destinados, Yuuri sentía que debía ir al lado del alfa de cabellos plateados, pero un recuerdo lo inundó y recordó porqué se encontraba así, vagando solo y buscando al último integrante de su familia. El azabache le dirigió una mirada furibunda al alfa y salió corriendo de allí, desapareciendo en la oscuridad.

Pero ya van siendo 6 meses desde que huyó. 4 años desde que conoció a su ahora hermano y con el que compartía nombre, Yuri y 8 desde que perdió a su familia.

Pichit no quiso rememorar más y le pasó a comentar, lo que en un principio venía a hacer.

Pichit: tu amado alfa está en la ciudad- soltó de pronto, Yuuri no daba crédito a lo que oía- está demasiado cerca diría yo...- dijo de lo más tranquilo, y de ser porque el rubio se encontraba sobre el regazo del pelinegro, este último se le hubiera lanzado a golpearlo

Yuuri: Pichit!- reclamó- porqué no me lo dijiste antes tonto!

Pichit: calma Yuuri, él no te encontrará- dijo tratando de calmar al otro- en fiin, tengo que irme- dijo poniéndose de pie

Yuuri: te irás tan pronto?- dijo también de pié

Pichit: si solo venía a decirte eso y a dejar al niño que encontré, se que no lo rechazaras- dijo ya en la puerta- además quiero vivir otro poco y encontrar a mi destinado y esa opción se ve lejana si me quedo más tiempo.

Rieron por lo bajo para no despertar a ninguno de los menores. Los amigos se despidieron y Yuuri se encontraba arropando a ambos niños en su recámara cuando escuchó dos golpes en la puerta. Creyendo que su amigo Pichit volvió por algo que olvidó, abrió la puerta de golpe. Grave error.

Yuuri: Pichit acaso- su voz se cortó de inmediato.

Dulce Omega (victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora