Capítulo 2

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Yuuri: Pichit acaso- su voz le falló, ante el se encontraba aquél alfa peliplata del cual escapaba.

Antes de que si quiera el contrario pudiese articular palabra Yuuri le dio una fuerte patada en el estómago que desestabilizó por completo al alfa, ya que no esperaba esa reacción, aprovechando aquello, Yuuri cerró la puerta echándole el cerrojo y corrió hacia el cuarto donde descansaban los niños, los despertó rápidamente y los hizo guardar silencio, corrió la cama y se pudo apreciar una pequeña trampilla en el suelo, les indicó a los niños que se quedaran allí hasta que él regrese. El cuarto estaba preparado por si esto ocurría, ya que Yuuri era muy precavido, ambos, moreno y rubio bajaron y se escuchó el sonido de la puerta romperse y de inmediato pasos por la escalera que se dirigían hacia su dirección, sin perder tiempo Yuuri volvió la cama a su lugar, abrió la ventana y saltó desde el primer piso de la casa con un Victor mirando desde la ventana pero que pronto imitó su acción y comenzó a seguirlo dentro del bosque. Yuuri corría, estaba preparado físicamente para cualquier cosa, sabía pelear y tenía resistencia, no se comparaba con un alfa pero sabía que podía manejar a uno si la situación asi lo requería. Pensaba en sus pequeños, había dejado muchas de sus feromonas en la habitación, para evitar que detecten a los infantes y del mismo modo calmarlos a estos. Siguió corriendo con un furioso alfa pisándole los talones hasta que sus piernas le fallaron, haciendo que este callera y rodara por el suelo sin contemplación. Sus fuerzas le faltaban, sentía mucho calor y también sentía como se le subían los colores al rostro, estaba jadeando y su vista se nublaba, entonces lo supo, al estar cerca de su destinado su celo se había adelantado. Maldijo por lo bajo su condición de omega, de pronto el lugar se empezó a llenar de un fuerte y dulce olor a rosas, el pelinegro intentó fallidamente reprimir sus feromonas. El alfa trataba de mantener su juicio, pero ese embriagante aroma lo volvía loco "lo deseo... lo deseo ahora" pensó y este perdió ante su alfa interno, que deseaba profundamente al omega. Se abalanzó hacia este que gritaba que no se le acercara mientras retrocedía, no mostraba miedo simplemente lo miraba con odio, aunque el contrario no lo noto puesto que se encontraba totalmente perdido.

Yuuri: DEJA DE ACERCARTE!...

Victor:....

Yuuri: PARA YA!!-gritaba sintiendo el frío de la superficie de la gran roca con la que había chocado, estaba atrapado, aunque quisiera escaparse, se encontraba muy débil debido al celo, eso sería todo, el alfa solo gruñia mientras desgarraba la ropa del azabache con violencia. Una vez que terminó de hacer pedazos la ropa, colocó una mano en la mejilla contraria y acarició esta, bajando por el cuello y deslizando su mano por la suave y blanquesina piel del pecho y abdomen del pelinegro, logrando enviar fuertes corrientes de electricidad que erizaron la piel del menor, Victor sonrió ante aquello y continuo acariciandolo un poco más y sin más se desvistió y fue en busca de la penetración, ya que el olor se hacia más fuerte al igual que el deseo, intentó tomar delicadamente a Yuuri de las caderas pero este se removió enojado y jadeante.

Yuuri: YA PARA!!- gritó con las últimas fuerzas que le quedaban-  no... no me... toques más. Victor gruñó y se acercó a hablarle al oido rozando este con sus labios

Victor: tu cuerpo dice lo contrario- se relamió los labios y repartió besos por todo el cuerpo del pequeño omega que yacía debajo de él, haciendo que este otro soltara pequeños gemidos y jadeara aún más.

Victor: déjame oír tu voz.

Asi pasó, Victor tomo a Yuuri quien se deshacía en fuertes gemidos, aunque el pelinegro no lo admitiera se sentía en el cielo siendo recorrido por las cálidas manos de Victor, lo odiaba, pero no podía negar que se sintió bien. Terminó con un Yuuri sentado sobre el regazo del peliplata, mirándolo a los ojos. El contrario intentó besarlo pero Yuuri colocó ambas manos sobre el rostro de Victor, empujandolo hacia atrás, lejos de él, cosa que molestó mucho al platinado.

Yuuri: ya... no quiero- dijo pero Victor tomó ambas muñecas del pelinegro con su mano izquierda impidiendo así que el otro escapara y con la otra tomó el mentón de Yuuri, sintiendo otra vez el dulce aroma a rosas, inconscientemente se inclinó y ocultó su rostro entre el hombro y el cuello del azabache, inhalando profundamente el aroma de su omega, comenzó a besar la zona mientras escuchaba como se escapaban gemidos de este, se detuvo en seco, sacando sus colmillos, ya no lo aguantaba debía marcarlo allí y ahora, y eso hizo. Enterró sus colmillos en la piel del contrario. Yuuri ahogó un grito y se aguantó el dolor de saber que ya no era libre. Victor lo soltó y comenzó a lamer la herida que comenzaba a sangrar, sintiendo que al fin compartía un lazo con aquel omega, que ahora era suyo. Terminó de lamer la herida y volvió a tomar el mentón del contrario, se acercó lo suficiente como para rozar sus labios y sobre estos dijo

Victor: me perteneces- luego lo besó, apasionadamente y muy demandante, al principio Yuuri no correspondió pero fue cediendo- abre la boca- pidió, pero una rotunda negación obtuvo por respuesta, se lanzó de nuevo apricionando los labios de Yuuri, y mordiendo el labio inferior, logrando así que este abriera ligeramente la boca, suficiente para que su lengua se colara, se separó y lo volvió a hacer, una y otra vez hasta que el azabache correspondió sin negarse. Luego Victor cubrió a Yuuri con su saco negro y lo envolvió en sus brasos, cargandolo al estilo princesa metiendolo en el auto para dirigirse de inmediato a su manción.

Dulce Omega (victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora