Pasaron las semanas y Nam se hacía cada vez más tierno, no pasó un día en el que el no me de algún regalo, es obvio que no lo aceptaría sólo por unos regalos. Y el se daba cuenta de eso, así que un día fue a mi casa.
-Que demonios haces aquí?
-Vine a verte, te extrañé.
-Te vi apenas ayer Kim.
-Pues si pero...Te extrañé!- rio- puedo pasar o me dejarás aquí?
-Acabo de trapear- dije, ya que había dejado mis tareas para atender
-No ensuciare- me miró sonriente
-Mmm bien, pero limpiate los zapatos - me movi a un lado dejándolo pasar, al entrar Nam dejó manchones de barro por todo mi suelo recién limpio.- Hijo de la chingada madre!
-Lo sientoo- rió y se inclinó un poco- Lo limpiaré yo.
-No toques nada!- dije sosteniendo su brazo- quítate los zapatos Kim.
-No me los quitaré!- continuó caminando
-Eres un maldito estúpido.
-Ñeh- se dirigió a la cocina -Wooo usas lentes?- no mis lentes maldita sea
-No los toques por favor, sabes que siempre rompes todo..- comenze a trapear por donde el había pasado y cuando llegue a la cocina el me miró sonrojado- Que?
-Se....Se rompieron...-murmuró
-Nam Joon pendejo más te vale que estés bromeando!
-Es que los agarré y no se...quise ponermelos y se le salio la tuerquita- rio
-Eres un tarado! Te juro que si no los puedo arreglar te agarraré con un palo!
-Oh noo....- sonó sarcástico- La minion va a golpeaaaarrmeeee- movió las manos hacia los costados y fingió temblar
-Por esto nadie te aguanta!- lo segui con el palo por la casa, el que me ensucie más los pisos me ponía peor, hasta que lo atrapé
-Vas a golpearme? -Dijo agotado en el suelo
-No lo sé, tal vez meta esto por donde no te da el sol- sonrei pícara - más sufrimiento para ti
-Ni se te ocurra!- se levantó rápidamente, empujandome hacia atrás
-Woo cuando quieres eres fuerte.
-Lo se....soy como hercules- sonrió mostrando sus holluelos
-Ni tanto- dije llendo al baño
-Me abandonas?
-Nop. Sólo iré a lavarme un poco, estoy toda sudada por tu culpa- me dirigí al baño y el fue detrás mio- no me sigas acosador - rei.
-No quiero estar solito!- dijo apoyándose en el marco de la puerta
-Bien, pero quedate ahí.
