Everything Has Changed

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Gwen.

-Si ese chico mira a esa chica una vez más, juro que vomitaré- gruñó Lynn, dando un sorbo a su chocolate.

Estábamos en un Starbucks cerca a nuestro apartamento. Era viernes en la tarde y como las asombrosas mujeres fiesteras que somos… No teníamos planes. Por lo general, salíamos a recorrer la ciudad o a algún sitio que nos hubiese llamado la atención. A veces íbamos las dos, pero en ocasiones se nos unía Ty.

Ty tenía uno o dos años más que yo y estudiaba idiomas. Oírla maldecir en griego resultaba divertido.

-Tu romanticismo está averiado por culpa de Peter, ¿cierto?- le pregunté.

Peter había roto con ella esa mañana. Llevaban dos meses saliendo, y de pronto, él simplemente la dejó. Lynn puso los ojos en blanco.

-Quizá. Pero no quiero culparlo, es irrelevante. Voy a tener que verlo por el siguiente año y medio, Gwen. Si le guardo rencor, solo me hago daño a mí misma.

No había llorado tampoco. Ni una sola lágrima, lo cual era bastante curioso porque se le veía muy enamorada de Peter.

-La miró de nuevo- dije, distrayendo a Lynn. Ella hizo un gesto de vómito que causó un ceño fruncido del camarero que nos atendía. Era un muchacho alto, de cabello oscuro y ojos verdes. Vestía un sweater negro, pantalón negro y tennis de igual color-. ¿Ya terminaste?- asintió-. Vámonos, ¿sí?

Salimos a la calle. El frío en Londres era algo típico por el clima loco de la ciudad. Podías estar en verano e igualmente, las nubes se ponían oscuras y amenazaban con lluvia. Cerré mi chaqueta y revisé mi teléfono. Un mensaje de voz titilaba en un extremo de la pantalla. Presioné ‘oír’ y la infantil voz de mi sobrina llenó mis oídos.

‘Tía, ¿sabes qué me regaló mi papi? ¡¿Puedes adivinar?!’ pausa ‘¡El nuevo CD de Five Seconds Of Summer! ¡Es incréible! Ya escuché todas las canciones. Todas, todas, todas. Lo amo, en serio. La primera me encanta dice como… She looks so perfect standing there, in my american apparel underwear… Aunque no entiendo porque tiene su ropa interior. ¿Qué clase de persona usa la ropa interior de un chico?’ risa. Mis mejillas se calentaron ‘Son súper raros, ¿cierto? Por favor, llama pronto. O envía un mensaje…’ otra pausa ‘Oh, casi lo olvido… En la radio dicen que están en Londres hoy…. Uh, dejavú. No sé, siento que esto te lo dije antes… Te quiero’.

-¿Mensaje de Camille?- cuestionó Lynn, colocando una bufanda púrpura alrededor de su cuello, boca y nariz-. Cada vez que hablas con ella, terminas con un montón de información sobre boybands. Dios.

Clavé mi codo en su costado.

-No te quejes. Tú te la pasas hablando de bandas hardcore. Y sé que te gusta One Direction.

Me lanzó una mirada de odio y empezó a dar argumentos sobre porqué le gustaban esas bandas mientras caminábamos. Realmente, no la escuchaba. Mi cerebro se había centrado en lo dicho por Camille: Five Second of Summer aquí. En Londres. Hoy. Un año atrás (no exactamente hoy, pero hace un año, en todo caso) había estado con Luke y… me había llevado su ropa interior. Los últimos meses apenas había podido sacar mi cabeza de los libros de economía avanzada: la Universidad me consumía, así que no tenía noticias sobre su música, o sus CDs. Y mucho menos sobre ellos.

Aún conservaba la ropa interior.

Sin embargo, una punzada de nerviosismo se asentó en mi estómago. Fue como si el nudo que hice con todo lo relacionado a Luke en mi mente se soltara, y la avalancha de posibilidades cayera sobre mí.

-Entonces, tiene sentido, ¿entiendes?- seguía diciendo Lynn. Habíamos caminado hasta un pequeño parque-. Su música salva vidas. Su música da oportunidades, envía un mensaje. Es una pena que se hallan separado, Gwen…

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