Gwen.
Si ahora mismo entraban los Gemelos Weasley por la puerta, interrumpiendo la clase de la señora Hobbes, sería una demostración más de que la suerte me perseguía.
O por lo menos, de que estaba conmigo. Pero no era una suerte como la de Lindsey Lohan en esa película con el chico apuesto y McFLY, sino del tipo intermitente, que puede estar y desaparecer. Particularmente, odio cuando desaparece, como ahora, que ningún pelirrojo interrumpió la cátedra sobre el alza del valor monetario; y, por obvias razones, amo cuando aparece. Como ayer, en esa cafetería.
Me empapé simplemente por querer pasear. Londres era tan hermosa, tan increíble, que a veces tenía más ganas de recorrer sus calles que de permanecer encerrada en mi apartamento. La cafetería fue mi refugio y… Bueno, no es como si pudiese saber todo lo que iba a pasar.
Nunca imaginé que Luke se sentaría a hablar conmigo.
Nunca imaginé que luego saldríamos a caminar por ahí.
Nunca imaginé que terminaríamos en un Hotel.
Nunca imaginé que mi cuerpo pudiese soportar tantas sensaciones juntas.
Y, definitivamente, nunca imaginé que él no quisiera dejarme ir.
Y que yo no quisiera irme.
Traté de acumular todos los recuerdos de Luke y empujarlos al fondo de mi mente. No podía centrarme en eso justo ahora, cuando estoy a tan poco de completar mis estudios y trabajar. Había renunciado a un trabajo en Estados Unidos por venir aquí, así que era una oportunidad que no podía desaprovechar. Además, esto es mi sueño. No Luke. No un chico. Así ese chico sea tan caliente como se supone que es el infierno, divertido y amable.
-¿Señorita Finley, tiene algo que añadir a mi clase?
La pregunta de la señora Hobbes me sacó de mis pensamientos.
-¿Eh?
-Qué si tiene algo que decir, señorita. La veo muy abstraída hoy, y eso no es normal en usted- explicó. Todos mis compañeros me miraban-. ¿Sucedió algo que quiera compartir con la clase?
Tuve relaciones con el vocalista principal de Five Seconds Of Summer.
-No- respondí-. No, nada. Es solo que… Tengo un inconveniente familiar, y eso me distrae.
Ella puso los ojos en blanco. Me hubiese gustado ver su reacción a la verdad de lo sucedido.
-Pues olvídelo en mi clase, ¿de acuerdo?-resopló-. No se admiten problemas familiares, personales, conyugales o lo que sea.
Asentí, rogando internamente porque esto terminara de una vez. Casi una hora más tarde, pudimos salir. Me coloqué mis audífonos, buscando una emisora, y la primera que encontré me soltó la noticia: El tour de 5SOS había acabado en Londres ésta mañana y partirían a Norteamérica. Oh, Camille amaría eso.
Tomé un autobús hasta mi apartamento, haciendo cuentas de la cantidad de dinero que me quedaba y la mejor forma de invertirlo. Mis hermanas, Diane y Jeane, enviaban dinero desde Miami, para la manutención de su ‘hermanita’, osea, yo. Valoraba muchísimo lo que hacían por mí, pero igualmente, necesitaba buscar mis propios medios. Detesto no tener nada qué hacer y ya me había registrado en algunas vacantes para empleo londinenses, solo esperaba la llamada para empezar a trabajar.
Una maleta de viaje gris se encontraba apoyada en la puerta de mi piso cuando llegué. Por una fracción de segundo, tuve la alocada esperanza de que fuera Luke; pero cuando la persona que se recostó en la maleta se movió, me maldije por ser tan ilusa.