—Arian. —dijo Garreth entrando en la habitación bruscamente, provocando que la chica rubia diera un ligero brinco del susto.
—Me has asustado. ¿No sabes llamar?
El rohirrim hizo una mueca. —Lo siento. No me he dado cuenta. —Arian enarcó una ceja casi sin poder creer lo que él decía.
—¿Disculpa? ¿Tu? ¿Pidiendo perdón? Vale, esto es realmente raro. —Garreth bufó con un indicio de sonrisa en sus labios.
—Atiende. Tengo noticias —ella calló prestándole atención—. Por lo que algunos soldados más cercanos al rey me han contado, han estado hablando de que él está buscando ,por petición de Aragorn, a un guerrero que le había salvado de ser atacado por los orcos durante la batalla y el montaraz quiere agradecérselo en persona, si es que aún esta con vida. Tú no tendrás nada que ver ¿Verdad?
Arian abrió los ojos como platos y sintió como el corazón se le paraba. Le había pillado por sorpresa. No pensaba que Aragorn recordase aún lo ocurrido en combate y se encontró impresionada y quizás algo asustada.
—Por tu cara, me temo que ya sabemos quién ha sido.
—Por favor, no digas nada. —le suplicó ella.
—No lo diré, lo harás tú.
—¡No! No... Por Eru, Garreth, no.
Él la miró extrañado.
—¿Qué? ¿Por qué? Tarde o temprano han de saberlo.
—No lo entiendes. Desde que mi padre murió, mi madre se ha estado comportando más estricta de lo normal con el tema de la lucha. Si confieso que he sido yo, mi madre se enterará de que he participado en la batalla y no me lo perdonará nunca. Es mejor que nadie lo sepa, así me ahorraré problemas y todos creerán que el guerrero murió en el campo de combate.
Garreth suspiró resignado. Si hubiera sido otra ocasión, no le habría hecho caso con tal de poder fastidiarla, pero sabia que muy en el fondo no podía hacer nada ya que era su decisión. Y también sentía un mutuo sentimiento; el miedo a sus padres. El chico se estremeció al verse en su misma situación intentando contarle lo ocurrido a su intimidante progenitor y ver su cara de enfado y decepción–otra más que añadir a su lista–.
—Está bien, no diré nada, lo prometo. —murmuró rendido al concederle la razón. Y es que la entendía perfectamente.
—Pensé que sería más difícil convencerte. —admitió ella sorprendida de sus palabras.
—Es solo qué... —dejó las palabras en el aire por unos segundos. —Da igual. No es asunto tuyo. —comentó tajantemente y volvió a la realidad; él la odiaba con todo su ser. Pero entonces, ¿Por qué hacía esto por ella? Podría simplemente salir afuera y gritarlo a los cuatro vientos, todo el mundo se enteraría. ¿Por qué sentía tanta empatía cuando casi toda su vida no hizo más que burlarse de su existencia? Pudo fácilmente dejarla medio moribunda en medio de la batalla pero sin embargo no lo hizo. ¿Por qué? Garreth no tenía respuesta y pensó que nunca podría llegar a tenerla, sin embargo no era cierto del todo. Muy en el fondo de su ser sabía que ese odio que sentía no era más que un odio fingido y nacido de sus celos y los comentarios de desprecio de su padre hacia él y tenía que pagarlo con alguien. Y ese alguien era Arian.
—Escucha, tengo que irme. —dijo el chico rubio, de nuevo. —no hagas nada de lo que al final te arrepientas porque entonces no podré cubrirte.
—Gracias, pero no necesito tu ayuda. Se cuidarme sola.
Garreth levantó una ceja divertido.
—¿Enserio? Unos días antes cuando te traje aquí no decías lo mismo. —contestó a su atrevimiento. Sabía que no lo decía de verdad, que en el fondo se lo agradecía.
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Memorias de Rohan ━━ lotr ©
Fanfiction.:: ¡¡SIN EDITAR!! ::. Todo el mundo es libre de elegir su destino. Excepto Arian, una joven rohirrim obligada por su madre a hacer las tareas de mujeres. Sin embargo, ella sabe que lo suyo no es estar cocinando, tejiendo o bordando. Arian heredó...