Simplemente no me puedo mover, desde que vi a Drake acercándose a mi, más paralizada no he podido estar.
No voy a decir que no son nervios porque eso sería mentir, no suelo tratar mucho con personas del sexo opuesto que no son cercanas a mi, así que los nervios son inevitables; pero, es más el sentimiento de intriga por saber lo que va a hacer después y el desconcierto de su cercanía el que me impide moverme de mi lugar.
Pero eso no me evita hablar.
—¿Qué haces? Aléjate, no quiero que me pegues tus microbios. —Frunzo el ceño.
Pero hace caso omiso a mi comentario y sigue acercándose a mi, a tal punto en el que tengo obligatoriamente que moverme a menos de que quiera que él me de mi primer beso. Si, primer beso, porque según Denis, besar un libro imaginando a tu personaje favorito de el, no cuenta como un beso.
Já. Y de seguro me va a decir después que ellos tampoco cuenta como novios reales. Que ilusa.
Bueno, en fin, continuando con la narración de mi vida:
Estoy casi que fundiendome con la silla para no tocar ni uno de sus cabellos, pero sinceramente se me hace imposible si sigue acercándose así a mi, y lo es aún más si ese olor que desprende sigue entrando a mis fosas nasales; una de las mejores cosas de la vida, es cuando te le acercas a un hombre y huele extremadamente bien, llegando al punto perfecto en el que el olor te inunda por completo pero no te ahogas en el ni en su intensidad.
Una de mis caracteristicas principales es la impulsividad, soy extremadamente impulsiva; y justo ahora, en este mismísimo momento, esa parte de mí sale a flote aspirando por completo esa arrolladora fragancia y acercándome a su fuente, ¿Coco? ¿Vainilla? No lo sé, pero necesito robar su perfume.
No sé exactamente en que momento cerré los ojos, pero me doy cuenta de ello cuando el aliento de una risa insonora llega hasta el punto más débil de mi cuerpo. Mi cuello; rápidamente toda mi piel se pone de gallina y mis ojos se abren a más no poder, y antes de poder reaccionar con algún empujón o bofetada involuntaria, él simplemente toma el cinturón de seguridad ubicado arriba de mi hombro derecho y pasándolo por enfrente mío lo asegura para volver inmediatamente a tomar el volante.
—La seguridad es primero. —Dice mirándome de reojo con una sonrisita mientras un travieso guiño hace acto de presencia.
—Eh... Si, claro, eso. —Comento distraída; ese perfume afecta mi habilidad de respuestas concretas, y él lo nota.
—¿Te distraje? —Pregunta divertido con esa sonrisa todavía bailando en sus labios.
¿Para qué mentir?
—Sabes que sí, es decir, ¿Enserio esperas que después de acercarte tanto a mi y rozar mi cuello con tus respiraciones voy a seguir tranquila? —Dirijo mi vista hacia la ventana.
—Eres... Bastante honesta. —Comenta y comienza a conducir nuevamente.
—Lo sé, es un don una maldición. —Sonrío y lo miro ligeramente.
—¿Siempre dices la verdad?
—Bueno, hay veces donde no me conviene así que toca alterar un poco la verdad.
—¿Como cuando estás con tu mejor amigo y finges que no estás enamorada de él desde que eran niños? —Comenta y suelta una pequeña risa.
¡Mierda, él leyó mi diario!
Todas las notas, apuntes, memorias, y relatos vergonzosos que no me he molestado en contarle a nadie por el bien de mi ego y orgullo.
Absolutamente toda mi vida está en esas páginas.
Nadie, absolutamente nadie sabe que a mi me gusta Alex. Ni siquiera Giselle, que es mi mejor amiga, y se supone que le cuente todo, pero eso no es tan fácil considerando que su nivel de disimulo está en al nivel del subsuelo.
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Una Semana Sin Wattpad
Teen Fiction-¡¡¿QUE?!! -Dije sobresaltada, no, no, no, no, esto no puede ser cierto, debe de ser un mal sueño. -Lo siento hija, no pudimos encontrar la batería para tu celular -Me dice mi mamá con indiferencia. -¡NO! ¡Esto no puede ser cierto! -Digo gritando. ...