Capítulo 5

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Narra Alison

No puedo creer que sea tan idiota, por lo que vi ni siquiera a su mejor amigo lo trata bien.

—¿Estás bien?—Toco el hombro de Matt.

Él levanta la mirada y sus ojos están mas cristalizados que la escarcha en invierno.

Matt de inmediato me abraza tomandome por desprevenida, no soy muy cariñosa, básicamente odio los abrazos, pero no me podía negar, hasta las personas más frías tenemos sentimientos. Aun que parezca ilógico.

—Le mentí, hay algo más pero no me animo a contarle por vergüenza, no se que hacer, pensar en eso me hace poner aún peor.—Esto se esta poniendo bueno, y yo que no lo quería abrazar.

—Puedes… contarme si quieres.—Susurró en su oreja derecha.

—Es que no se si deba hacerlo.—Solloza un poco más calmado que antes.

—Esta bien, pero si necesitas algo, haré el intento por ayudarte, no te prometo nada. Odio las promesas…—Me aparto de él y secó sus mejillas con mi pulgares.

—¿Donde estuviste todo este tiempo?—Me sonríe soltando una risita tímida.

—Golpeando a tu amigo tatuajes.—Revuelvo su cabello como si fuera una mascota.

—¡Oye! Él es mi amigo, no el tuyo.—Hablá Stephen enojado.

—¿Enserio? No sabia que a los amigos se los abandonaban.—Sonrió maliciosa ante ver que su rostro se torno aún mas enojado, todo un poema.

Este chico se hace el "soy frío" pero por lo que veo demuestra sus sentimientos: enojo, fastidio, y odio. Qué torpe.

Puede que demuestre de vez en cuando mis sentimientos, pero se como manejar la situación y que al segundo vuelva a ser inexpresiva.

Recuerdo que comencé con esto de ser fría después de muchas cosas, un pasado en una persona normal es solo un pasado. Pero en mi... Son los demonios que atormentan cada día, por eso me esfuerzo y dedico solo de mi tiempo a personas que si lo merecen.

Me parece irracional de parte de Stephen decir cosas como esa a su amigo, no bien visto, ya que a una persona suicida se le ayuda más que a una persona que te dice: mi novio me dejo, voy a quedar gorda y soltera.

Esos no son problemas, los verdaderos problemas son las de aquellas personas con situaciones más graves que una roptura o infidelidad.

Salgo de mis pensamientos y me levanto, voy hacia afuera, donde a parque mi moto.

—¿Donde crees que vas?—Hablá Stephen.

—No te importa.—Desvío la mirada hacia otro lado.

—Tienes que llevarme de vuelta al departamento.—Hablá irritado, como si me preocupase lo que le suceda, ¡Ja!

—Eres hombre, no te pasara nada, a menos que decidan violarte, ahí ya es cosa tuya.—Me subo a la moto y saco las llaves de mi bolsillo.

—Te crees muy ruda, ¿Eh?, dejame de decirte que descubriré todo sobre ti. Y luego te tendré locamente enamorada.—Él levanta una ceja aparentando sus labios. Patético.

—¿Ya terminaste?—Miro al cielo, al instante una ventisca rosa mi rostro, se siente bien.

—No, pero…—Lo interrumpo.

—Bien, adiós.—Arranco la moto y me alejo del lugar, escucho como me llama pero no le doy importancia.

Este chico me trae mala espina, y ya se que hacer.

Bad girl and bad boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora