Be My Light [BNHA] [Shinsou Hitoshi x Lectora]

Capítulo 6

(T/n) soltó a Shinsou encima del sofá y acto seguido, se agarró la cabeza con las manos en un estado de total y completa desesperación. En primer lugar, no posee un auto como para poder llevarlo a una guardia, y el hospital más "cercano" quedaba a treinta minutos..en auto. No tenía el mejor conocimiento médico, el experto en esas cosas era su ex novio, que está en Tokio probablemente en una de esas clases aburridas de abogacía. 

Hizo lo primero que se le vino a la cabeza, se agachó frente al pobre híbrido inconsciente, levantó su hoodie rasgado y lleno de sangre, y observó la herida. Parece como si alguien lo hubiera cortado con un cuchillo, de aquellos que sirven para rasgar carne. La mera idea le produjo un escalofrío por toda la espalda. 

 —¿Quien pudo hacerte esto?—murmuró horrorizada. Corrió en dirección al baño, tomando dos toallas y todo lo que pudiera encontrar para poder curarlo.

Shinsou se veía pálido, las cejas juntas y leves arrugas formadas en su frente, así mismo como una capa fina de sudor. (T/n) odiaba ver sangre en sí, pero se armó de valor y torpemente, limpio la sangre alrededor de la herida. Ahora pudiendo ver mejor la profundidad de esta, se dio cuenta que no era muy grave, lo que daba más miedo era los pequeños trozos de piel desparramada. 

Dejo las gasas sobre la mesa ratona, había dejado al híbrido en una posición bastante cómoda para atenderlo, boca abajo. 

 —Solo no me arañes si te duele..—musito en voz baja, haciendo todo lo posible de mantenerse calmada y fría para poder atenderlo correctamente. Por su cabeza, escuchó la voz de Tenya diciendo que él iba a estar allí para cuando lo necesite. 

Inspiró hondo, mojo el algodón con un poco de solución salina y antes de apoyarlo sobre la piel del híbrido, dudo. 

Mentalmente, mando todo a la mierda y dejo que hiciera contacto con la piel de Shinsou. La cola del felino se erizo y las garras se clavaron sobre el sofá, los ojos violáceos se abrieron abruptamente causando que ella soltara un jadeo entre sorpresa y miedo. Ante la mirada que le dirigió, llena de ferocidad, creyó fervientemente que iba a rasgarle la cara de un simple zarpazo. 

Pero pronto, aquella expresión cambio al mismo tiempo que las pupilas gatunas se expandían.

 —¿(T/n)? —la voz le salió ronca, más de lo normal. Dejó caer la cabeza sobre uno de los almohadones y le pareció que las ojeras estaban mucho más marcadas.

No supo que la motivo a decir lo siguiente, quizá la idea de que alguien allí afuera quería matarlo y él se encontraba solo, por su cuenta, para poder protegerse. Sin nadie que le diera resguardo. Tal vez porque se imaginó a un niño solitario, siendo criado por gatos callejeros, aunque no sabía hasta qué punto aquella historia, casi cuento infantil, era real. 

Porque se imaginó a su abuela, cuidando de él con el mismo cariño que la cuido con anterioridad a ella. 

—Cuidaré de ti, Hitoshi. 

La cola se relajo, cayendo con suavidad sobre sus piernas y (T/n) procedió a curarlo. 

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(T/n) dio vueltas por toda la sala, la cabeza a mil. ¿Debía llevarlo al hospital en caso de que fuera más grave? ¿Y si se infecta? 

Decidió ir a la cocina, preparar un poco de té para ambos. Iba a preguntarle qué rayos le paso, y quien diablos le hizo eso. Le importaba poco si se ofendía ante la brusquedad de la pregunta o lo muy entrometida que podía ser, pero no iba a quedarse tranquila sabiendo que si lo deja ir, posiblemente podría volver a salir herido.