Capítulo XIII

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(Roberto tenía que lidiar con esa ansiedad que poco a poco consumía su fuerza para no hacer nada malo, tal vez haría algo de lo que se pudiera arrepentir pero tal vez sí podría soportar todo lo que esa sed de sangre le estaba haciendo alucinar

El primer día lo pasó normal pudo controlar muy bien esa ansiedad, pero al paso de los días ya no soportaba y estaba dispuesto a lo que fuera para saciar su sed, de pronto aquella voz femenina lo tranquilizaba un poco, pensaba que sus ruegos habían tenido frutos y por eso llegaban a verlo)

Muerte.- Hola Roberto, qué gusto volver a verte, pero mira! Te miras muy demacrado! Jajaja

Roberto.- ¡No te burles miserable!

Muerte.- No,no,no, así no se trata a los invitados Roberto, estoy aquí para ayudarte y me insultas, tal vez se te olvidó que yo puedo hacer lo que se me de la gana contigo jajaja

Estoy aquí porque veo que ya es hora de que me hagas un favor, tu paga será que podrás beber toda la sangre que quieras para que se te quite esa sed que traes

Ven, sígueme para llevarte y decirte lo que tienes que hacer, ya cuando hayas cumplido tu parte te regresas y nada habrá pasado

Roberto.- Pero no quiero hacer nada malo, ¿por qué no lo entienden?

Muerte.- Jajaja es que aún no haces nada malo, aún no sientes esa sensación de satisfacción al hacer las cosas, y no deberías contradecir tanto porque te recuerdo que tú fuiste quien nos llamó, nosotro no

(Roberto se va tras de la mujer esa y en el camino ella le cuenta lo que tiene que hacer y cuándo debe hacerlo, ya entrada la noche llegan a una cabaña que estaba metida muy adentro del monte, en ella habitaba un hombre, un hombre misterioso que supuestamente a la mujer esa le había pagado mal y pues quería vengarse usándolo a él

Roberto se dirige a la cabaña en silencio, pero no contaba con que aquel hombre tendría algunas alarmas hechas por él mismo, al oírlas el hombre sale de la cabaña)

Señor.- ¿Qué pasó? ¿Otra vez vienes por tu merecido? Debes entenderlo que jamás podrás conmigo jajaja

Roberto.- No señor, ahora soy yo el que viene por ti y no me iré hasta terminar el encargo

Señor.- Jajaja mandaron a otro mensajero jajaja qué poca vergüenza tienen esos dos, pero no será tan fácil amigo, creo que se les olvidó decirte que también tengo algo especial jajaja
(Se transforma)

Roberto.- Maldita sea! Eres tú la criatura que vimos aquella noche, eres tú maldito!!!

Señor.- Ay pobrecito chamaco, se asustó jajaja ese día no pude acabar contigo pero hoy no te vas a escapar jajaja maldito vampiro

Roberto.- Pero ¿por qué? Por qué lo hiciste? Maldito infeliz!! Me las vas a pagar a mi! (Se empieza a tranformar)

(Aquel encuentro se miraba tan aterrador, Roberto con su sed de venganza aumentaba al mirar a aquella criatura que por culpa de ella su vida se había ido a la basura desde esa noche que apareció

La pelea seguía, no había tregua de nada, era matar o morir, pasaron los minutos y aquellos en su pelea se desahogaban el coraje, el señor quien había resultado ser la criatura que años atras habían mirado se notaba que la pelea le estaba costando más trabajo seguir de pie

Roberto cegado por el coraje no dejaba hacer nada a la criatura, ese miedo que al principio tenía lo convirtió en coraje, él era culpable de todo lo malo que había pasado, si no hubiera aparecido Raúl y Abril estuvieran vivos, tal vez juntos pero vivos que era lo que más le importaba, atacó y atacó hasta que sus fuerzas se empezaron a hacer menos)

Señor.- Eso es todo? Jajaja uno más a la lista, pudiste haberme matado pero te excediste en todo y mira, ya estás en mis mano

Roberto.- No te des la victoria miserable asesino

Señor.- No, no soy asesino, simplemente ese día salí con ganas de carne fresca y pues ustedes se atravesaron, pero a tu amigo no lo maté es más creo que ya lo viste hace años no? Jajajajaja

(Esas palabras aumentaron el coraje y rencor que Roberto sentía, agarró del cuello al señor y se levantó del suelo donde estaba, su coraje hizo que de un golpe le atravesara el corazón a aquella criatura, y como seña de victoria empezó a beber la sangre del corazón de aquel señor)

Roberto.- Eres un maldito! Y ésto le pasa a todos los miserables como tú

Señor.- (Moribundo) Te agradezco que me hayas quitado la maldición, ya no aguantaba estar así, perdón por lo de tu boda no se pudo hacer nada, (muere)

(Roberto al oír aquellas palabras, todo se le hacía confuso, no entendía a qué se refería aquel hombre con lo que dijo, "Perdón por lo de tu boda"

Esas palabras no salían de su cabeza Roberto le da una sepultura al señor, se queda mirando a todos lados y se marcha con rumbo a su casa, su sed había sido saciada con la sangre de un Lobo, lo cual para él era un gran trofeo)

(Ya en su casa)

Muerte.- Bien hecho Roberto, ya vez que no te costaba nada, ¿cómo te sientes?

Roberto.- Sabes, al principio sentí esa rabia al recordar aquella noche cuando éramos jóvenes, me dieron ganas de descargar todo mi coraje y arrancarle la cabeza, le arranqué el corazón me bebí su sangre, pero al final sentí una tristeza porque tal vez ese señor se había ido a ese lugar porque ya no quería hacer daño a nadie y cuando me dijo esas palabras sentí que había hecho un mal, pero también sentía satisfacción, algo confuso

Muerte.- Muchos moribundos antes de partir tienden a dejar alguna duda en su asesino, tal vez para que se sientan culpables así como tú, pero nada de eso es verdad, hiciste buen trabajo, tienes que prepararte muy bien para el día que te toque enfrentar a tu amigo

Continuará...

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