Era un día oscuro como cualquier otro en el pequeño planeta llamado Germonilanse.
Amanece su precioso satélite, Lunaid de Azúcar, cuando Hermenosilijkals despierta, el bullicio que se oye en la calle a través de la ventana de su cuarto le ha hecho abrir los ojos.
Los seres que habitaban aquel planeta se estaban preparando para salir al espacio exterior con sus naves, dispuestos a arrasarlo todo a su paso.
El pequeño Herm siempre había querido saber que pasaba por las noches, y esa su oportunidad ya que parecía q todos estaban muy ocupados.
Se puso un traje negro para no ser descubierto ya que por la noche estaba la norma de no salir de las habitaciones. Salió por la trampilla de ventilación de su finca con cuidado de no hacer ruido y al cabo de unos minutos ya estaba fuera.
Pudo ver como todos subían objetos variado a las naves. Herm quiso colarse en una de ellas para saber que estaban preparando. Para llegar tuvo que esquivar a unos cuantos guardias que estaban vigilando.
Fue escondiéndose detrás de cajas y por suerte llegó a una de las naves sin que lo vieran.
Dentro habían muchos artilugios, desde armas a chalecos y tecnologías de última generación. Herm lo toqueteaba todo hasta que oyó el motor de la nave rugir.
Quiso salir pero las puertas ya estaban casi cerradas. Corrió hacia la salida y saltó, pero se dio cuenta de que ya se habían elevado unos cuantos metros del suelo. Por suerte la puerta pilló parte de su camiseta y así se salvó de verse cayendo hacia el duro suelo.
Herm miró a todos lados para intentar salvarse, el corazón le iba a mil a causa del susto, pero lo peor venia ahora ya que la nave se dirigía al espacio exterior. Necesitaba entrar de nuevo como fuera.
Luego de examinar su contorno encontró un botón, lo presionó esperando que se abrieran las puertas, no sin antes sujetarse de la nave para no caer al ser liberada su prenda.
Y así fue, presionó el botón y las puertas se abrieron dejando paso a la pequeña criatura hacia el interior.
Después de unos segundos las puertas se volvieron a cerrar.Al cabo de 10 días alimentándose a base de paquetes de algas podridas y leche rancia, llegaron a La Vía Rancia, en concreto, al planeta Conbat, que estaba habitado por los Conbatianos que eran una especie de aliens muy pacíficos y eran
fáciles de derrotar.Herm vio por la ventana de la nave como preparaban un gran laser para destruir el planeta. Se trataba de un generador de agujeros negros. Cuando dispararon el arma todo el planeta fue absorbido.
Continuaron su camino e iban destruyendo todos los planetas con este método, y si el planeta tenia protección se encargaban personalmente de destruir el sistema y matar a los habitantes mientras Herm se quedaba escondido en la nave.
En el recorrido, el pequeño alien se dio cuenta de que destruían planetas para así recolectar todo lo que les hiciera falta, llevándolo todo a su planeta a través del agujero negro.
Ahora Herm sabía que pasaba cada martes 13 por la noche, cada noche que su planeta se preparaba para salir a buscar recursos al espacio...
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RELATOS SINIESTROS
HorrorHistorias por separado, cada una sobre una criatura o existencia maligna... espero que les guste.