Criatura n° 3. LOS PULPOS

6 1 0
                                    

Nada podía sobrevivir. Era aquella mañana cuando unos tentáculos invadían todas las habitaciones de mi casa. Eran espumosos, terrorífico, me asomé por la ventana, eran unos pulpos gigantes, estaban por toda la ciudad. Bueno, supongo que este era mi fin. Esos pulpos sanguinarios eran una tremenda muerte andante. Pero me aferré a la vida tirándome por la ventana y cayéndome por infortunio a un charco de barro. Me llené la cara de barro y era como si no existiera, como si no me pudieran ver. Entonces fue cuando pensé: ¿habrá sido el barro? Intenté buscar a gente para decírselo pero todo estaba lleno de charcos de sangre y no había nadie. Yo, con barro en la cara, me quedé solo en el mundo. Más adelante, salieron más personas, pero nunca fue lo mismo. Vi como los pulpos se iban, arrastrándose hacía las afueras... se dirigían hacia la ciudad vecina, se dirigían a invadir el planeta. En mi ciudad solo encontré a unos cuantos que habían tenido mi misma suerte, estaban llenos de barro, teníamos que avisar a todo el que pudiéramos de nuestro descubrimiento, de no ser así no podríamos vencer a esos pulpos. Nos metimos en una guerra imposible, la gente iba muriendo, cada vez quedábamos menos. Pero para nuestra suerte, el mecanismo de los pulpos era muy débil, así que poco a poco iban muriendo a causa de ingerir muchos humanos, y así se extinguieron todos los pulpos.

RELATOS SINIESTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora