Criatura n° 2. EL RELOJERO

8 1 0
                                    

Los años iban pasando poco a poco. Y todos los días, a la misma hora, el mismo reloj se paraba. Y no era una hora cualquiera. Era la hora en qué mis padres fueron asesinados por el mismo relojero al que le compramos el reloj. No era normal. Probablemente el relojero estuviera muerto, pero cada día a la misma hora que se paraba el reloj, aparecía una nota en mi mesita de noche donde ponía: Reúnete conmigo en la relojería. Nunca he ido por el miedo, pero hoy eso iba a cambiar.

Fui a la relojería y estaba vacía. Solo el frío tic-tac me hacía sentirme tenso. Era una relojería abandonada, pero por alguna razón seguía intacta... suponiendo que el relojero estuviera muerto.

Había todo tipo de relojes. Pero entonces, tuve una sensación tan mala como si me clavaran un cuchillo en mi espalda. Y así era, giré mi cabeza como pude y detrás de mí encontré un rostro terrorífico. No sabría decir si estaba muerto o vivo, pero era el relojero. Bajé la mirada y hallé el cadáver de mis padres reposando al lado de sus pies, fue lo último que vi.

RELATOS SINIESTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora