6- Bad Boy

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Siempre me había preguntado por qué las cosas tenían que ser así.

Por qué mamá se había ido, por qué papá casi no pasaba tiempo en casa, por qué siempre tenía que ir al hospital, por qué la maestra me miraba con lástima, por qué todos se alejaban, por qué.

¿Por qué siempre me dejan solo?

Entonces lo vi.

Era mi culpa, mamá se fue por mi culpa, se fue porque que era malo. Siempre vamos al hospital por mi culpa y papá me deja solo ahí porque tiene que seguir trabajando para poder pagarlo ya que mamá ya no está. La maestra me ve con lástima porque siempre estoy solo y porque le lastima verme así.

Pero...¿por qué ellos?

¿Por qué yo?

Caminaba por los pasillos sonteniendo el nuevo cuaderno que me dio papá mientras me dirigía a mi aula.

El otro tras una semana de haberlo lanzado lejos había sobrevivido, pero ya me había acabado todas las páginas dibujando en el.

Mientras caminaba sentía la mirada de muchos niños y susurros.

Estoy asustado. Últimamente nadie estaba siendo muy amable...la verdad nadie me hablaba.

Mamá dijo que no nos acerquemos mucho a las personas enfermas debido a que nos podemos contagiar...nadie se acerca a Jungkook...¿está enfermo?—

—No esta enfermo, está muerto, es un fantasma—

Bajé la mirada al escuchar ese comentario y apresure el paso

—Es tan raro—

—Escuché que siempre viene solo y se va solo—

—Seguro sus padres se sienten avergonzados de que sea su hijo y no quieren venirlo a recoger, por eso siempre intento lo mejor para mis padres—

—Escuché que pateo a un niño que intentó hablar con él—

—Vaya bravucón—

Ese niño estaba molestándome.

—Da miedo—

No escuches.

—Dicen que le faltó el respeto a la maestra—

¿Cuándo lo hice?

—Es malo, no te acerques a los niños malos—

Me detuve en seco, quede como una piedra.

—Se ha parado, ¿nos escuchó?—

Tragué lentamente mientras tomaba aire e intentaba retomar mis pasos.

—Que importa, ¡que nos escuche!—

 Sentí un par de pasos acercarse.

—¡Escuhas!— me gritaron en la oreja dándome un dolor— ¡Eres malo, eres horrible!— ¿Cual es la necesidad de decir eso...?

Yo no les he hecho nada.

—¡Eres un bravucón!, ¿quieres intimidarnos?—

—Por favor cállate...—

Por favor déjame. No quiero esto.

Pero no lo hizo, entonces como una manada de lobos malos del libro de dibujos que leí junto a la maestra el día anterior se acercaron más rodeándome y sentí que me asfixiaba, sentía mi respiración pararse y mi pecho contraerse, buscaba aire pero era incapaz de moverme.

Stay AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora