Yoongi, un millonario de 26 años, es un hombre con un carácter difícil y perfeccionista que no cree en el amor debido a un pasado doloroso. Su vida da un giro inesperado cuando le diagnostican una enfermedad terminal, lo que le da un plazo de dos añ...
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Después de un fatídico día de mudanzas y compras de sábanas y cojines, todos se marcharon a sus habitaciones.
Era de noche y yo estaba el jardín mirando el cielo lleno de estrellas muertas según Yoongi.
De pronto una mano fría toco mi hombro sorprendiéndome, me giré a encarar a esa persona por fortuna era Yoongi
Pero me sentía molesta así que me giré dándole la espalda de nuevo.
Yoongi:—¿Estas molesta?—
Lo ignoré por completo.
Yoongi:—¿No piensas contestarme?—
Se puso frente a mi y me miró, no quise hacer contacto visual con el.
Yoongi:—Vamos, no tengo tiempo para niñerías—
Sally:—¿Por que sigues haciéndome pasar por una sirvienta?—
Yoongi:—No cuestiones lo que hago—
Sally:—¿Por que no me aceptas?—
Yoongi:—Mira sally, tú y yo aún no somos nada, que nos hayamos besado no significa nada, que yo haya aceptado lo que siento por ti no quiere decir que seamos algo—
Las palabras de Yoongi, nuevamente llenas de amargura, me lastimaban.
Sally:—Sabía que no todo sería color de rosa—Susurre.
Yoongi:—Solo es por una semana, no quiero decirle nada a ella de nuestro hijo, odiaría tener que contarle del error que hubo en el hospital, que pereza, nunca hago esto, pero por favor ayúdame—
Yoongi suplicando y diciendo por favor es algo irreal.
Sally:—Está bien, lo haré—Rodee los ojos, aquí va mi dignidad huyendo.
Yoongi:—No podremos dormir juntos, pero prometo que te lo compensaré ¿Si?—
Sally:—Está bien—Sonreí levemente.
Yoongi:—Iré a la cama, tú también deberías dormir, buenas noches Sally—Acarició mi barriga—Buenas noches manguito.—Se fue.
Después de un rato de estar allí, decidí ir a dormir...
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Me levante a la misma hora que Eugenia llega para contarle que yo sería su nueva hija y que no debía arruinar el plan, ademas quería ayudarle a preparar los desayunos de nuestros nuevos huéspedes.
Más tarde cuando el desayuno ya estaba listo los tres bajaron.
Ya había puesto la mesa y acomodado los platos en el comedor, Jess es tan bonita, no podía no sentirme menos en su presencia.
