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Estiré ambos brazos a cada lado de mi cuerpo mientras dejaba salir un enorme bostezo. Me froté los ojos antes de mirar el reloj que tenía en mi mesita de noche.

Era sábado, ¿qué se suponía que estaba haciendo despierta a las nueve de la mañana?

Sabía que no iba a ser capaz de volver a quedarme dormida, por eso me levanté e hice mi camino hasta la cocina para desayunar.

"Buenos días." Canturreó mi madre al verme entrar. "¿Cómo ha dormido mi pequeña?"

"Hace un mes cumplí diecisiete años y aún no te entra en la cabeza que ya no soy pequeña." Ella negó con la cabeza y dejó un suave beso en mi frente.

"Tienes que cuidar esos humos, últimamente estás muy grosera." Escondí mi cara entre las manos porque no tenía ganas de hablar de ese tema. Me daba la sensación de que cada vez que tenía oportunidad, mi madre decía que ya no era igual que antes.

Abrí la nevera en busca de leche para llenar mi taza, antes de guardarla le di un sorbo al morro de la botella tratando de no hacer ruido para que mi madre no se diese cuenta.

Me senté en una de las sillas de la mesa de la cocina e hice como si estuviese realmente entretenida en hundir los cereales.

"Hoy suben las temperaturas en el Norte, con una posibilidad de lluvia del 15%. En el Este seguimos con temperaturas constante-" Agarré el mando de la televisión para cambiar de canal, pero en seguida mi madre se dió media vuelta y me lo quitó de las manos.

"¡Ni se te ocurra! Van a anunciar el nuevo programa de televisión, a ver si esta vez te cogen." Suspiró mi madre. Ella había estado intentando meterme en programas desde los seis años, ya había ido a varios pero últimamente solo interesaban niños pequeños porque siendo realistas, son más graciosos que un grupo de adolescentes llenos de hormonas. Estuve esperando un par de minutos para que pusieran el anuncio, pero me cansé y me puse de pie. Justo en eso mi madre se llevó una mano a la boca, pidiendo silencio.

"¿¡Nunca habéis soñado con visitar nuevos lugares!? ¿¡Viajar a la Edad Media o incluso a la Prehistoría!? ¡Y no hablemos de ir hasta a la Luna! ¡Diez semanas, diez lugares desconocidos y cinco parejas al azar que deberán dar lo mejor de sí mismos para ganar el concurso! ¿Te lo vas a perder?" En la parte de abajo apareció un número de teléfono y segundos más tarde mi madre ya estaba llamando.

"Hola, buenos días- Sí, es por mi hija- Diecisiete- Alta, morena y muy estilizada- Solo a las picaduras de mosquito, pero realmente no es alérgica, solo se hincha un poco...- Sí, Raven Quean- Bueno, ha estado en varios programas de televisión, en el último tenía trece años- Estaríamos encantadas, gracias a usted." Cuando colgó, me miró y lo primero que hizo fue abrazarme.

"¿Me vas a contar lo que te han dicho o...?" Dije para que me soltase, ella lo hizo y me estiró de una de las mejillas.

"Solo me han preguntado por tu edad, alergias, físico y si habías estado en otro programa anteriormente. ¡Nos han invitado a ir mañana al edificio donde te entrevistarán para cualificarte!" Rodé los ojos y salí de la cocina para ir a mi habitación. Lo único que escuché el resto del día fue la voz de mi madre llamando a cientos de personas por teléfono contando que nos habían ofrecido una entrevista.

-

Me miré en el espejo para asegurarme que llevaba la camiseta bien planchada, últimamente había empezado a hacer tareas de la casa ya que en un año me iba a estudiar a la universidad y necesitaba saber cómo vivir por mi cuenta.

Ese era otro de los motivos por los que a mi madre le entusiasmaba apuntarme a concursos o cosas por el estilo, nos ayudaban a guardar un poco de dinero para tener mi futuro asegurado.

"¡Raven! ¡Vamos a llegar tarde si no sales ya!" Gritó mi madre desde la puerta. Me volví a mirar y le di un beso a mi poster de Bring Me The Horizon, para que me diese suerte y no me aceptasen en el programa.

Estuvimos conduciendo una hora hasta llegar al centro de la ciudad, donde había un edificio enorme que parecía de cristal. En la entrada, un hombre que supuse que era de seguridad nos pidió la identificación. Me giré para ver a todas las chicas y chicos que estaban en las puertas, esperando para colarse o entrar desapercibido.

En la entrada había una cola bastante larga con más chicos y chicas acompañados por familiares o amigos. Otro guarda de seguridad me puso una pegatina en el pecho.

"Raven Quean, 179." Leyó mi madre en voz alta. "Eso en lugar de una U parece una O. Espérate aquí que voy a volver a pedir otra de esas pegatinas."

"Mamá, no es nece- Joder." Dije cuando ya se había ido. Una chica con el pelo tintado de amarillo y una camiseta que mostraba su ombligo se acercó a mí y me miró de arriba a abajo sin dejar de mascar su chicle. "¿Necesitas algo?" Le pregunté, mirándola de la misma manera.

"Raven Qoean, un nombre muy gracioso, ¿eres asiática?" Fruncí el ceño y me crucé de brazos, esperando a que se fuese o a que siguiese hablando. "Sara Percy María." Dijo, presentándose.

"De esos tres, ¿cuál se supone que es tu nombre?"

"Sara, nombre. Percy, segundo nombre. María, apellido." Me miró directamente a los ojos después de cansarse de juguetear con sus uñas postizas. "No sabía que también cogían a culos de plástico, que gane la mejor." Me dijo antes de irse. Junté la paciencia suficiente para no ir detrás de ella y soltarle ostias hasta matarla.

"Raven, cielo, aquí estoy." Mi madre puso una pegatina encima de otra y me peinó varias veces.

"Me estás agobiando."

"Lo siento, pero faltan tres personas para tu turno y tienes que estar perfecta." Suspiré y en un par de minutos dijeron mi nombre. "A por ellos, tigre." Me dió un abrazo antes de dejarme ir.

Fue bastante incómodo tener que pasar por delante de todas las personas que estaban haciendo cola ya que sus miradas me examinaban por todas partes.

"Buenos días, cariño, puedes sentarte." Una señora de piel oscura me señaló la silla enfrente suya. Hice lo que me dijo y quedé delante de ella y de otros dos hombres. "Soy Paloma Ramos y voy a tener el placer de presentar este maravilloso programa, ahora háblame de ti, ¿cuántos años tienes?"

"Diecisiete, los cumplí el mes pasado." Contesté con una sonrisa humilde, mierda Raven, no puedes ir a ese programa, no seas humilde.

"Está bien, y dime, ¿cómo te va en el colegio?"

"Realmente bien, aunque ya sabes, siempre hay problemas entre las amigas y eso." Dije, encogiéndome de hombros, luchando porque me negasen la entrada.

"Sí, cielo, sí. Te entiendo. Tu madre nos dijo que eras alérgica a las picaduras de mosquitos."

"Sí, bueno realmente a toda clase de picaduras, no creo que sea bueno que vaya a un lugar muy abierto porque sería un gran problema si hubie-"

"Oh. ¡Nonono! No te preocupes por eso, vais a estar en un mismo sitio pero iremos cambiando los escenarios, si tuviésemos que viajar nos costaría mucho dinero." Rió ella.

Cinco minutos más tarde y después de un par de preguntas más, me dijeron que me llamarían para avisarme de si estaba dentro o no.

"¿Y bien?" Preguntó mi madre una vez entramos al coche.

"Ya nos llamarán."

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vale quiero avisaros de que no creo que todos los capítulos sean igual de largos, pero quería introduciros a la historia para que os hagáis una idea de cómo va a ser
sinceramente tengo unas ideas buenísimas y estoy segura de que esto promete

Tie Down || a.iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora