Tie Down || a.i

2.3

Sentí que los ojos se me cerraban de forma forzada, como si ni siquiera yo pudiese controlarlos. A esas alturas ya no me cuestionaba cuánto tiempo había pasado, porque a esas alturas todo el mundo se había rendido, intentando echar una cabezada antes de que Tris y Andrew despertasen.

No te duermas, no te duermas.

Me froté los ojos y volví a apoyar los codos sobre mis rodillas. Suspiré con un pequeño gruñido, tratando de no perder los nervios.

Si al menos Ashton estuviese despierto...

Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios con el mero hecho de pensar sobre qué hablaríamos, o las quejas que pondría él para poder dormir. Yo le obligaría a contarme algo para poder estar pendientes de los otros, que podían abrir los ojos de un momento a otro.

Y era consciente de que todo esto era un error, no me puede gustar Ashton, me decía a mí misma. Me convencía de que tenía que cambiar, porque sabía que no teníamos futuro.

Pero, cuando me giraba y le veía a mi lado, me daba cuenta de que nunca había visto unos ojos tan verdes, ni unos hoyuelos tan profundos y al mismo tiempo tan delicados.

Todas las promesas que me había hecho de que no volvería a mirarle de esa manera, repentinamente las pateaba lanzándolas lo más lejos posible, tan lejos que incluso me costaba creer que aún existiesen.

Puede que esté equivocada e incluso confundida, que sea una irresponsable e inconsciente. Pero no es mi culpa que a veces se me olvide que estamos siendo constantemente grabados, que hay miles de personas viéndonos desde la pantalla de sus televisores, porque la sencilla presencia de Ashton me envolvía en un abrazo que me apartaba de todo eso, haciéndome sentir como en casa.

Me contradecía sin darme cuenta.

Volví a frotarme la cara, apretando mis ojos con los puños para obligarme a seguir despierta.

"N-No..." Levanté la cabeza lentamente, o la falta de sueño me estaba afectando, o realmente acababa de oír a alguien susurrar. Pasé la vista por todo el terreno, los demás seguían durmiendo y llegué a creer que había sido cosa de mi imaginación. "No."

"¿Qué cojones?" Susurré tratando de encontrar a la persona que estaba hablando. Me encantaría decir que me puse de pie de un salto, pero estaba demasiado asustada como para moverme. Decidí tumbarme de forma que pareciese que estaba dormida.

De acuerdo, puede que fuese obvio que allí no podían haber asesinos ni ladrones ni nada por el estilo, y también puede que fuese de día -aunque seguramente serían altas horas de la madrugada- pero eso no quitaba el hecho de que estaba literalmente cagada del miedo.

"¿Raven?"

Pegué un brinco y por un momento sentí que mi corazón se había salido de su sitio.

"Joder. Joder." Me aparté el pelo de la cara de golpe para poder mirar a Ashton, que bostezaba rascándose la cabeza. "En serio, joder."

Él rió incorporándose a mi lado, apoyandose en sus codos sin dejar de negar con los ojos cerrados.

"¿Qué estabas haciendo?" Preguntó refiriéndose a la forma en la que me había tumbado para hacer mi mejor actuación de una persona normal durmiendo.

"Nada, yo- Solo intentaba echar una siestecilla, ya sabes." Me encogí de hombros, intentando restarle importancia.

"No, me estabas abrazando."

"¿Estás loco? Pfff, por favor."

"Raven." Dijo él cruzándose de brazos, retándome con la mirada.