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Hay bastantes sentimientos que aún no se han descubierto por nadie, también hay olores, colores, formas, personas y momentos que aún están por crear, que nunca antes se han visto o vivido, imposibles de imaginar e improbables de encontrar, pero todo esto pierde sentido cuando ese color inexistente se crea, cuando esa pareja de enamorados crea una nueva vida, cuando un fotógrafo consigue mejorar la calidad de una imagen, cuando sales a la calle y, por primera vez, ves a alguien que nunca antes habías visto.

Es increíble la capacidad que tenemos para admirar una enorme construcción construida en el centro de la ciudad, y al mismo tiempo, admirar una enorme construcción derruida a las afueras de la misma ciudad.

Los olores de una comida, los colores de una bandera, la forma en la que están trazadas las carreteras de un país distinto, el sonido de las calles y de la gente que pasea por ellas.

El tamaño, color de piel, de ojos, de pelo; el olor corporal, la sonrisa, las manos, los movimientos, el comportamiento, las virtudes y los defectos de cualquier persona de cualquier parte del mundo son cosas que a día de hoy son insignificantes, pero que, cuando te enamoras, las consideras prácticamente fundamentales e indispensables para formar a la persona de la cual estás enamorado.

Un sencillo subir y bajar de pecho no puede significar nada cuando estás ocupado trabajando, pero puede significarlo todo para una madre primeriza que observa a su bebé dormir tranquilamente.

Ese subir y bajar de pecho que ahora me arropaba, diciendo que todo estaba absolutamente bien.
Una ligera caricia en mi hombro descubierto, y sabía que trataba de decirme que no se iba a mover.
Su rodilla junto la mía, los ojos en el cielo y la boca ligeramente abierta, susurrando mi nombre de vez en cuando.
No quería conocer nada nuevo, ni olores, ni colores, ni tactos, porque sentía que estando él a mi lado, ya creábamos todo lo que aún estaba por crear.

"No quiero dormirme." Susurró con una pequeña sonrisa en sus labios. "No te duermas." Pidió sin moverse ni un milímetro.

"Por qué." Pregunté en un susurro, con más voz de estar dormida que de estar despierta.

"Podríamos quedarnos así para siempre." Contestó haciéndome reír. "En serio."

"Algún día de estos tendremos que levantarnos para ir al baño, o para comer, o-"

"De acuerdo, Ra. Tú solo quédate aquí el máximo tiempo posible."

Suspiré forzadamente para recordarle que no soportaba que me llamase así, él solamente rió y continuó mirando el cielo.

Aunque por fuera estuviese completamente calmada, por dentro no cesaba de gritar de la emoción. Una diminuta fiesta se estaba llevando a cabo en la piel de mi hombro derecho, donde Ashton movía lentamente su pulgar a modo de caricia. Lo único que podía hacer era suspirar constantemente para liberar toda aquella emoción interna.

Si por mi fuese, me quedaría así toda la vida, pararía el tiempo y aprovecharía para besarle hasta que nuestros labios no funcionasen más, hasta que ni siquiera nosotros controlásemos lo que pasaba.

Un ligero movimiento de tierra obligó a Ashton a dejar de acariciarme, que apretó su agarre a mi torso como si tratase de protegerme. Pasados unos segundos, volvió a relajarse y regresó la vista al cielo, que volvió a tambalearse junto con la tierra, pero esta vez más fuerte.

"¿Qué cojones...?" Susurró Tris, incorporándose en la palmera en la que estaba apoyado. Ashton también se incorporó, con el siguiente temblor se puso totalmente alerta y agarró mi mano, obligándome a acercarme aún más a él.

A medida que pasaban los segundos, el suelo se agitaba con más fuerza, despertando bruscamente a los demás.

"¿¡Qué narices está pasando!?" Preguntó Bee en un grito. Fui a encogerme de hombros cuando una conocida risa retumbó por todas partes, el agarre de Ashton sobre mi mano no conseguía tranquilizarme.

"¡Bueeeenos días! ¿O debería decir buenas noches? ¿¡Alguien tiene idea de qué día es!? ¿¡De la hora!?" La voz de Paloma, la presentadora, hacía que el movimiento de balanceo fuese tan fuerte que llegase a tirar a William al suelo. Me agarré a Ashton como si la vida me dependiese de ello. "¡Basta de tonterías! ¡A partir de ahora es lo que yo diga! ¡Y digo que tenéis que buscar una isla perdida en medio del mar! Así será la prueba semanal, el último que consiga llegar a Roma será automáticamente expulsado. ¡Buena suerte a todos, mis niños!"

Miré nerviosa a todos lados, Tris y Andrew trataban de ponerse de pie mientras William y Anna caminaban hacia nosotros para poder ayudarles a levantarse.

"¡Todo el mundo a la playa!" Gritó Andrew, verle así de activo me tranquilizó, aquel sueño reparador les había ayudado a ambos a recomponerse un poco, aunque siguiesen teniendo heridas por cicatrizar.

Dificultosamente y apoyándonos los unos en los otros para no caer, conseguimos alcanzar la orilla de la playa. Unos metros más allá, podía verse perfectamente una especie de puertas que se alzaban justo enfrente de nosotros. Tres de ellas tenían un cartel que indicaba que la puerta daba a un camino rocoso, el mismo en las tres. Pero la cuarta y última puerta, tenía escrita la palabra "Roma" en lo alto del todo.

"Tiene que ser esa." Dijo William caminando hacia la última.

"No puede ser tan sencillo." Dijo Andrew frotándose la frente. "Esto tiene que tener alguna especie de truco."

Contemplé la idea de que alguna de ellas te aplastase nada mas entrar, o que diesen a alguna especie de laberinto o algo parecido. Asustada, vi cómo Ashton jugueteaba con una piedra entre sus manos, decidiendo lanzarla hacia la puerta más cercana. Cuando la piedra chocó con el interior del pasadizo, el suelo dejó de temblar, pero, al instante, una bocina retumbó por todas partes.

"Solo una pareja de concursantes puede atravesar la puerta, solo una, solo una, solo una." Se escuchó una voz mecánica repetir constantemente, advirtiendo peligro.

"Me va a estallar la cabeza." Dijo Tris pasándose una mano por el rostro.

En aquel momento todos estábamos completamente destrozados, cansados y hambrientos. No era la única que pedía un descanso, quería tumbarme en mi cama y abrazarme a mi almohada, coger los auriculares y escuchar cualquier canción en el aleatorio mientras un buen trozo de pizza se calentaba en el horno.

Lo que daría ahora por un trozo de pizza.

"Ra, tierra llamando a Raven. ¿Raven?" Bee sacudió su mano por delante de mi cara, sacándome de mi mundo. "¿Has escuchado algo de lo que hemos dicho?" Preguntó entre risas.

"Eh- Uhm, claro." Contesté rascándome la cabeza y mirando a Ashton, que negaba con la cabeza y los brazos cruzados sobre su pecho.

"De acuerdo, entonces no te importará ser la primera." Me dijo él mirándome divertidamente.

"Claro que no." Contesté segura. Las miradas de los demás sobre mí me ponían nerviosa, me daba la sensación de que aquello era una broma y yo era la única que no la pillaba.

"Pues venga, quítate la ropa ya." Dijo él poniendo la expresión más seria del mundo. Di un brinco hacia atrás cuando el resto comenzó a reírse fuertemente.

"¿Q- Qué?" Pregunté sin poder evitar sonrojarme. Bee colocó una mano sobre mi hombro y después de alargar la última carcajada, aclaró:

"Te está tomando el pelo."

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woajwnwja soy tan graciosa woajwhsj

cap dedicado a @SofiaRodriguez310 gracias por ser una lectora tan fiel y por preocuparte por mi! un abrazo enorme :')

Tie Down || a.iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora