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preparaos para la rayada de mente

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Descargué toda la fuerza posible de mi puño sobre el brazo de Ashton, proporcionándole un puñetazo que, más que daño, le hizo reírse.

"De acuerdo, parejita, en cuanto dejéis de hacer los subnormales podremos decidir qué hacer." Resopló Tris cruzando los brazos sobre su pecho. Pude ver cómo Ashton sacaba la lengua, arrugando la nariz en su dirección a modo de reproche.

Un suspiro por parte de Andrew nos hizo girar para saber qué estaba haciendo. Daba la sensación de que millones de cables estuviesen siendo conectados y desconectados en su mente, tratando de encontrar respuesta a un enigma que, desde mi punto de vista, era lo más sencillo del mundo.

William, unos pasos más a la derecha, continuaba resoplando, harto de aquella escena.

"Esto lleva a un camino..." Susurró Andrew acercándose a una de las primeras puertas. "Y se supone que estos dos también..." Continuó hablando. El hecho de que se le hubiesen perdido las gafas era algo bastante beneficioso, dejaba al descubierto sus ojos y cejas, permitiendo más acceso a comprobar que -sin lugar a dudas- era un chico bastante guapo. "Y se supone que llevan a Roma... Entonces esto quiere decir-"

"Que todos los caminos llevan a Roma." Terminó de decir Bee, quien apoyaba la cabeza sobre el hombro de Sara. Aquellas dos parecían haber congeniado, aunque aún estaban presentes las tantísimas peleas que se llevaban a cabo a lo largo del día. Parecía que discutían para matar el tiempo cuando no había nada que hacer.

"¡Oh, vamos!" Exclamó William llevándose las manos a la cabeza. "Te estás volviendo loco, compañero. ¡Eso es exactamente lo que quieren que te creas!"

"¡Pero es que tiene sentido!" Contraatacó Andrew. "Todos los caminos llevan a Roma, Willy. Eres tú el que va a hacer lo que ellos pretenden que hagas."

Metidos en aquella conversación, los demás tratamos de posicionarnos de parte de uno de los dos. Yo estaba convencida de que tanto Andrew como William eran lo suficientemente inteligentes como para buscar una solución distinta a aquellas. Pero daba la sensación de que ni siquiera ellos sabían lo que decían.

"¿Sabes qué? Haced lo que queráis, Anna y yo nos vamos." Aseguró William agarrando la mano de su compañera, ella, tímida como siempre, nos miró con cara de espanto.

Sentí que así no era la forma correcta de hacerlo, que, quizás, cruzasen esa puerta y no volviesen nunca más. Así que de un modo u otro, me zafé del agarre de Ashton -sí, no había desenlazado nuestras manos desde que el suelo dejó de temblar- y agarré el brazo de Anna, quien estaba a punto de entrar por aquel pasadizo misterioso siguiendo a su compañero.

"¡Esperad!" Rogué tirando aún más de ella.

"Déjales," Insistió Ashton apartándome de ella. "es su decisión, no la nuestra."

Le miré con tal expresión de tristeza que automáticamente también hizo cambiar la suya. Enrolló un brazo a mi cintura y nos apartó de ellos. William y Anna se metieron seguidamente en aquel camino del cual no estaba realmente segura que volviesen a salir.

Escuché de fondo cómo daban explicaciones de qué debería hacer cada uno sin prestar la mínima atención.

Me sentía descompuesta.

Sentía que era una especie de hándicap en todos los sentidos.

Primero, Paola había sido expulsada por no conseguir aguantar más tiempo en el agua congelada, donde intenté -inútilmente- ayudarla. Sabía que no era mi culpa, pero muy en el fondo algo me decía que podría haber pasado la prueba si yo hubiese hecho cualquier otra cosa.

Tie Down || a.iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora