Him.

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El sonido del marcador parecía eterno, la mirada de Butters sobre él, con las mejillas acoraladas esperando que contestarán.

-¡Eric! -Se escucho de inmediato, casi suelta el teleofno al oir su nombre de forma tan desesperada -¡Cartman! ¿Donde carajos estas?

-Yo...-Trago saliva -Estoy en mi cuarto, pasando el rato, ya sabes.

-Entendido -Se oyó una pelea de fondo, se sentía nervioso por la llamada más de lo normal

"Carajo Kyle, él es malo para ti"

"Me importa, me necesita ahora"

¿Culpa? ¿El saber que la persona que amaba estaba perdiendo a los de su alrededor por él? ¿Placer? ¿El saber que si era por él, su amante haría todo?

Su cuerpo no soportaba tantas emociones humanas, se había creado una capa fuerte y desgraciada para que nadie lo pusiera de forma tan ridícula, pero ahí estaba, resistiendo lágrimas  y mandando a la mierda a su único acompañante.

-¿Ves como te dije que todo estaría bien? -La mano ajena se apoyo en su hombro, buscando reconfortar su alma rota.

-Vete a la mierda, Butters -El telefono no se apago, seguía con el contador pasando ya por un minuto, bajo las pisadas del se ushanka

-¿Quieres hablar de algo más? Soy tu amigo, y sabes que soy el único de esos pendejos que no diría nada a nadie -Los recuerdos de sus videos vergonzosos bailando y travestido se volvieron a su mente, negó con la cabeza -Esta bien.

-¿Crees que realmente me ame? -Pregunto acomodando sus ropas, se sentía como en el maldito juego de reyes y elfos, tratando de mejorar lo que solo la vara de la verdad podía.

-¿Su relación masoquista de amor y odio? Bueno -Las manos del menor se pasaron a su mentón, analizando la situación -Kyle no es alguien que te dejaría de hablar aunque mataras a tus propios padres -Aclaro la garganta ante la referencia  —No estoy seguro de si te ama, pero puedo decir que hay algo fuerte.

-Me siento estúpidamente cálido a su lado, ¿No te sientes así con Kenny? -Si se iba a exponer se expondria sabiendo los sucios secretos de esos dos.

-Si, pero lo nuestro es más sano -Se gano un golpe en la nuca -Una vez yo que quite mi polera y se la di a el para que la guardara mientras jugaba, porque él era importante como para hacer una cosa asi de inutil, aunque aun no eramos nada

-¿Y? -La rana Clyde se escapaba de sus manos, apretaba sus piernitas intentando controlarse

-Y sentí la calidez real cuando me la devolvió, y toda mi polera estaba tibia y olía a él, como que estuve seguro de lo que sentía con aquello.

-Mira por la ventana -Lo interrumpió pues era mucha mierda marica de otros para Eric Cartman- ¿Viene Kyle?

-Ah hamburguesas, esta cerca -Se exaltó y se oculto debajo de las cortinas -D-Debo irme

-Vete antes que te vea, la cocina, la puerta de atrás ¡corre pendejo! -Entre caidas y lisuras el rubio se fue, dejando un rastro de soledad que fue rellenado con llamados a la puerta.

-Ya voy, ya voy -Arreglo su cabello por quinta vez en la media hora, dejo sentado a su peluche de toda la vida en el sillón y a pasos lentos abrió la puerta -Hola, Kyle -Trato de hablar bien, sin tartamudeos o algo estúpido.

-Me vas a contar que pendejada te pasa maldito gordo de mierda antes de que te golpee contra el jodido piso y tengan que operarte para reconocerte -Agarro el cuello de su poleron, acercándose peligrosamente a su rostro.

-Es un gusto verte tambien keewl -lo invito a pasar pero no tuvo en cuenta que su amigo judío seguiría jalando se su cuello y lo llevaría a su sillón.

-¡Habla conmigo, Eric! -Agarro las muñecas contrarias haciendo presión, con los ojos en un ceño amargo que derramaba preocupación.

-¡No! -Se negó, volteo la cabeza para evitar la lástima.

-¡¿Porque no?! -Se siguió acercando, abalanzandose sobre él, sobre sus piernas ignorando lo roces que pedían ir mas allá. Después de todo cada pelea que tenían era una invitación a autoestimularse regularmente.

-¡Porque a nadie le importa mis problemas! -Soltó en grito, el vaso con agua en el que se ahogaba se estaba derramando

-¡Mentiras! -Apreto aun más  -¡Habla conmigo!

-¡Dejame! -Cuando creyó que se habia safado del pelirrojo este volvio con más fuerza y frustración

-¡Nunca! -Aquel juego de niños llevo una cosa a la otra, de sus manos en las regordetas mejillas de su compañero a estar casi subiendo aquella camisa que no le dejaba ver que habian madurado -Jamás en mi puta vida te voy a dejar, no para que hagas tus planes de mierda sin mi, para que te hundas más de lo normal por estan tan gordo...

-No estoy gordo -Interrumpió sin risa, se miraron por un rato, ambos estaban sudorosos por alguna razón, ya saben, la jodida pubertad y sus reglas

-Carajo Cartman -Su cabeza se apoyo en el espacio que había entre el hombro y el cuello, sentado sobre el jodido narcisista y recuperando el aliento -¿Porque eres así?

-Judio, no sé que estas hablando -Mintió, sabia perfectamente, pero prefería evitarlo o esperaba a que el otro lo dijera -Yo estoy bien, con el sapo Clyde íbamos a ver una pelicula

-Sé que tu madre esta mal- Susurro sin mas- que necesita irse del pueblo por largos tiempos y tu por eso te quedas con Butters y no soportas su persona -El de Jersey se rió solo -Pero no entiendo porque no me lo dijiste, incluso te pudiste haber quedado conmigo, odo hubiera estado bien

-Ese no es tu probl -callado por un puño en alto que amenazaba a su rostro

-Pero no, decisiste evitarme todo un puto mes, cada que me queria acercar -Se acomodó en las piernas del más ancho- "Ah lo siento, tengo que irme con Leopold" o "Heidi quiere hablar conmigo" -Rodó los ojos, todo estaba en silencio.

-Heidi es mi novia -Salio de su boca, como si fuera lo más obvio del mundo.

-¡Yo soy tu novio, culo gordo! -Volvió a agarrar el borde de su cuello -¡Yo soy el que ha estado desde que éramos unos malditos chicos! ¡Yo soy tu único  y primer amor! ¡Soy el que hizo arder Canadá y a su hermano cuando tu te alejaste de mi! ¡Soy el jodido Kyle Broflovsky ,tu maldito novio! -Sus miradas coordinaron, sus manos tentaban agarrarse y darse mimos.

-¿Estas completamente seguro que me quieres? -Lo bajo de encima suyo, dejándolo enfrente suyo, con las almas pidiendo fusionarse -Tenemos que hablarlo bien, no sabes que dices judio.

-No hay nada que hablar -Aquello no desanimo al de cabellos oscuros, que esperaba una respuesta contraria-Yo te amo -Finalizó

-¿Seguro? -Siguió dándole oportunidad de arrepentirse

-Mierda si.

-Entonces no hay vuelta atrás Broflovsky -Contesto con una sonrisa picara, aquella que daba cuando lo que queria se le cumplia -Eres mio, y cuando digo que lo eres, lo eres. odio compartir algo que es mio con otros, y si estas de acuerdo con esta toxica y enfermiza relacion que llevamos desde niños, estaré encantado de pasar el resto de mis dias contigo.

-Acepto, jodido neonazi -Y con una sonrisa complacida se besaron, ahogando el tiempo que se desearon el silencio y no pudieron gritarlo.

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Debi acabar esto hace media semana, pero he estado mal de salud y he tenido proyectos en mi colegio.

Agarré una hora de mi estudio para darles este final.

Gracias por leer hasta aquí, espero lo hayan disfrutado.

Voten y comenten.

Pandioso234.

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