Falls.

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"I swear by the moon and the stars in the sky"

Corriendo sonrojado, había sido engañado por el mayor hijo de puta del mundo, apenas podía ponerse su ropa después de haber escapado de la sala de Cartman, Era la quinta vez que la tensión sexual les ganaba en el mes, se sentía patético

¿Por qué había aceptado ir?

Era un estúpido creyendo que no pasaría otra vez, comieron galletas y vieron televisión un rato, de ahí rieron y el silencio abundo, se miraron y, oh Abraham, sus jodidos ojos, jamás olvidara el brillo del primer beso que tuvieron.

Los ojos de Eric se iluminaban cuando hablaban de cosas agradables para el narcisista, como matar judíos o Mel Gibson, de comida o el cómo iban a escapar de ese estúpido pueblo y vivir sin preocupaciones, echados en su cama, imaginando su futura casa, con habitaciones para Stan y Kenny, parecía la opción más viable en la vida, su vida.

"I'll be there"

Se embriagaban en secreto, solo ellos dos, el sucio y mejor secreto que podían tener, pero ese día no lo hicieron.

Se contaban sus secretos mejores guardados, fumaban marihuana que toallin había ofrecido hace tiempo, respiraban profundo y se besaban con desesperación, como si jamás volvieran a verse, se comían, se mordían, se dejaban marcas reclamando lo que era suyo por derecho. Se tocaban diciendo estar experimentando, ponían canciones al azar y bailaban bajo los efectos de una realidad falsa pero más agradable.

La presión de los exámenes y el tener que enviar solicitudes a universidades o academias era estresante, ya entendía al menor de los Tweak, lo comprendía perfectamente bien. le dolía el culo como nunca, Jamás volvería sentarse tanto tiempo, sus botas estaban desamarradas, pero eso importaba mierda en ese momento, su garganta dolía por los gritos y gemidos reprimidos y miraba sus manos viendo si seguía bajo efectos de algo.

Pero no, estaban completamente sobrios cuando sonó la maldita canción.

Cuando alguien te dedica una canción, se vuelve automáticamente SU canción, la persona viene a tu mente cuando suena la primera nota, y cuando terminan o se alejan, maldigan día y noche porque siempre va a ser así, siempre serán solo esa persona y tú.

La concina era amplia, estaba llena de masa dulce y agradable de oler, una receta por internet cuando pusieron pausa a la película que veían, era de comedia, ya que, si su mente se alejaba de la diversión o de algo más acabarían en su cuarto, uno encima del otro y con el cuerpo con temperaturas anormales.

El más ancho de huesos prendió la radio, y sonrió un poco para volver a estar serio, tarareaba, como si no significara nada, pero por dentro quería voltear, dejar la masa de galletas a un lado y caer en los brazos ajenos. Meneaba lentamente sus caderas, bailando bajo intentando llamar la atención del de pecas

"I swear like a shadow that's by your side"

No pasó nada, no eran animales, sabían controlarse. Las galletas se pusieron en el horno, junto a chistes que solo ellos entendían, se sentaron esperando y ahí empezó todo, la boca del propietario de la casa soltó el primer verso, susurrándolo esperando respuesta, nada, volvió a intentarlo, más fuerte, nada, se enojó y miro con molestia a su amigo, estaba temblando levemente, resistiendo el impulso de irse de inmediato o caer encima del otro, Cartman sonrió y se paró con sutileza, dándole un baile sexy a su compañero, agachándose y parándose, dando una vista tentadora, acercándose a su miembro y sentándose, maldecía la fuerza de voluntad del pelirrojo, se acercó más a sus pantalones, despojándolos de estos y sonriendo ante el ya despierto sexo, soltó aire cálido en la punta, Kyle seguía sin decir nada, tapando su rostro y viendo de ratos a Cartman, que con una sonrisa lasciva amenazaba con hacerlo disfrutar y gritar hasta llegar a Canadá.

Maldijo una y otra vez que la madre de su cómplice sea Liane Cartman, la mejor dama de compañía del jodido mundo, y odiaba que su descendencia sea aquel gordito que había adquirido cuerpo con el paso del tiempo, que en su sangre recorría el placer y la lujuria, juguetones instintos salvajes que salían cada más y más intensos.

Y él, para tristeza de todos, era el que debía saciar esa sed de sexo.

Pobrecito, respondía su conciencia con ironía.

"I'll be there"

Los experimentados labios del bicolor pasaron por la glande, tentando la velocidad, siguió dando lamidas por todo el cuerpo, atrapando en su boca el miembro del judío.

El teléfono sonó, soltó un gemido cuando empezó a vibrar, tapo su boca sin sacar a Eric de su lugar, contesto sin mirar y con su mano libre acaricio los cabellos oscuros

-Kyle, debiste ven por mi hace quince minutos, la practica ya termino

-I-ike, si –Una sonrisa nerviosa salió de él, presiono la cara del otro más ando, la garganta de Cartman era el paraíso en el que no creía - ¿Podrías ir solo? Estoy ocupado en con...Cosas

-aja- respondió sarcástico –¿Y por cosas te refieres a ser gay? –Hablo con un casi sutil acento, observo a unos adolescentes a lo lejos y levanto la mano, siendo correspondido

-Tal vez sí, no jodas con eso –Su respiración intento calmarse, pero la lengua de Eric era buena, demasiado para todos

-Tu amigo Kenny estaba aquí, con Leo –Continúo ignorando la irregular respiración de su hermano

-Hasta la tráquea! –Escucho a lo lejos, Eric se atoro y salió, riendo en alto, pidiendo disculpas a lo bajo, abrazando el dorso del pálido, para luego volver a su trabajo

-cállate Kenny, mierda, puedes irte con ellos- Sugirió a su hermano mejor, quien negó sin hablar -estoy cerca de algo

-Del orgasmo dirás –Cartman no resistió mucho otra vez, parándose y riendo hasta que lágrimas de dolor y satisfacción salieron de él, su sentido del humor seguía siendo el mismo después de todo.

-Kenny voy a matarte, jodido pobre –Amenazo sintiendo su miembro perder el placer pues no estaba siendo atendido como debía

-Bingo, Cartman está contigo, solo hablas así cuando la mala influencia del gordo está cerca, bueno me llevo a tu hermano, pero solo digo que tu madre llegara en unos segundos a la casa de tu novio, así que será mejor que huyas

- ¿¡Porque!?

-Cosas de madres judías, galán- soltó el rubio antes de colgar, y de inmediato la puerta sonó con golpes insistentes.

Y ahí estaba, casi con el pito al aire saliendo por la puerta posterior, dejando a su amado en manos de su estricta madre, y todo por la estúpida canción que el otro le dedico en sus años de infancia, prometiendo estrellas a un cielo vacío. 

Parle avec-moi [Kyman Week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora