4 de febrero 2011

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Es un punto dónde no aguantas más, es como un pequeño dolor en tu cabeza harto de todo. No te molestes en gritar porqué tu nunca fuiste la víctima si no el asesino.
Estaba en mi cama dando vueltas, el sueño me era imposible. La cama estaba empapada de sudor, tenía un dolor de mil demonios en la cabeza y en ella solo repetía la frase de "homicidio es homicidio ", ni la droga más fuerte me podía calmar, estaba ansioso, daba vueltas por toda la cama.
Era media noche, no sabía a quien recurrir. Llame a Darach, ella era mi novia, algo que me había enamorado de ella era su bondad con las personas. Siempre te apoyaría cueste, lo que cueste. No paso mas de una hora y ella llegó, estaba empapada. La pase y le di una camisa seca mía, le quedaba algo grande, no tanto. En cuanto fue conmigo a la cama me recostó en sus piernas, en sus cálidas piernas y sin preguntarme nada, comenzó a tararear una canción para tranquilizarme. Era tan buena que no sabia que había hecho para merecer a tal chica.
- que sucede amor- me preguntó, yo estaba mas tranquilo, había dejado de temblar. Ella sonrio y acarició mi rostro - para que las personas no te importen creo que esto te esta importando mucho.
Dijo riendo. Dios amaba a esta chica más de lo que podía imaginar.
- fui a una fiesta de narcos- su sonrisa se borro, me levante de sus piernas y la mire- había cocaína por todos lados! Sabes lo que es eso? Recuerda esto Darach, un gramo de la mejor coca cuesta 900 y en esa fiesta era gratis. Algunos tomaban para venderla, lo hacian a escondidas porque era obvio que si los ven los matan- le explique, pero eso no era lo que me afectaba- había un tipo que estaba muy tomado, y nos estaba presumiendo que si aguantaba y no se que mas- me reí- Cocina y yo lo retamos a que se metiera una gran cantidad de coca- Darach se veia preocupada - no supo hacerlo y se puso muy mal, empezamos a jugar con el, y se golpeó la cabeza, estaba vomitado y todo pálido, se había cagado encima.
- ¿dios mío lo mataste?- preguntó, su voz era seria y firme, no me miraba ni a lo ojos, su mirada estaba fija en la esquina de mi habitación.
- eso es lo que no me deja dormir, homicidio es homicidio. Y no sólo eso, me estan buscando, quieren matarme.
- ¿que?- me miro, su voz dejo de ser firme y temblo un poco su mirada estaba inundada, ella me beso y agarro mi cabello yo la acerque a mi y me fui acostando, ella quedó arriba. Y la seguía besandola mordi muy fuerte y ella se quito, sonrio y saco la punta de su lengua yo la seguí besando.
Lo que me preocupaba hace unas horas lo había olvidado con ella.
Ese día se quedo a dormir conmigo, era la primera vez que dormiriamos juntos.
Ella estaba dormida en mi pecho y yo no podía dejar de ver lo tranquila que estaba, y la forma tan tierna de que sus mejillas se apretaban contra mi, le di un pequeño en su cabeza, y olia a manzanilla. Era como una pequeña bebita, tan tierna y hermosa.
- me encantas conejita- le susurré, ella entre abrio los ojos y me miro.
- yo te amo mucho mas mi amor.
Cerré los ojos para quedarme dormido, pero no queria dejar de verla. Ella sacaba lo mejor de mi, era como si todo lo malo que hacía, ella lo escondia para que nadie pudiera verlo. 

A la mañana siguiente fuimos al parqué, nos subimos en una casa del árbol y me puse a quemar hierba, ella solo me veía mientras lo hacía, sin probarla. Por más que le insistía ella la rechazaba.
- ¿no entiendo por que lo haces?- soltó al fin, su familia y los medios la habian educado bien. Algunas veces ella se comportaba como una princesa, con la misma arrogancia tambien.
Le habian dicho que la droga era mala, y un drogadicto era mentiroso y manipulador.
- ¿recuerdas lo que dices siempre?- ella se me quedo viendo esperando que continuara- cuando estas drogado no existe un día gris, todo es alegría y te ayuda a que la gente no te importe, buenos sus comentarios. Además se siente bien. Por que crees que soy tan feliz?
- no lo se pense que yo te hacía feliz- dijo molesta, ya ibamos a empezar a pelear. No puede ser.
- por supuesto que me haces feliz, pero la droga tambien, son la combinación perfecta. Me haces feliz, en serio muy feliz.
Ella se quedo sería y me dio un pequeño beso, se bajo y se quedo mirando la nada, como si estuviera ausente. Baje y nos sentamos en una banca ella estaba frente de mi. Sus labios rojos estaban hinchados de las mordidas que le daba, por el escote de su blusa se asomaban moretones que le había hecho pero ella estaba tranquila, feliz.
- lamento hacerte dañó- le dije, ella sonrio y se acerco a mi poniendo mis manos en su cuello
- lastimame mas, que tus heridas son las que me hacen sentir viva.
Le aprete el cuello y comence a besarla ella jalaba mi cabello para que la soltara pero sabia que lo disfrutaba.

Pasó una semana, todo aquello que sentia por ella desaparecio, estaba hartó y cansado de esa niña, yo necesitaba una mujer.
Esa semana ella se la habia pasando llorando por cualquier estupidez y para ser honestos yo me habia estado metiendo con otras a su vez. La verdad no tenia el valor para terminar con ella, me daba todo lo que quería, pero me estresaba, no la soportaba.
"Tal vez cuando cambies de actitud y seas mas madura podremos regresar"  y con esas simples palabras fueron el inicio de un mar de lagrimas y una terrible discusión. Pero la quería, pero también la quería fuera de mi vida. 
Ella no entendía y me obligo a decirle todo y cada cosa que odiaba de ella y no soportaba, me obligo a lastimarla más de lo que deseaba.
Mi conciencia estaba tranquila encendí un porro y segui con mi vida.

enamorados de la novia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora