Capítulo 5: Spergularia rupicola

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Algo de ambientación.

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Fui a la cocina a servirme un vaso de agua cuando escuche el chirrido de unas llantas derrapando en el pavimento las cuales posiblemente pertenecían al auto de mi esposo.

-No...- deje el vaso en el fregadero. Coloque mi mano sobre mi cabeza mientras mis ojos se abrían con un toque de desesperación. Aquel sonido solo significaba que el señor Kim estaba borracho. ¿Que de malo tenia eso? Que la lujuria de ganaba al asco que sentía por mí, pero no por mucho. Abusaba de mí de una forma grotesca dejando rasguños, marcas de mordidas, cicatrices, moretones, dejándome al final relleno con su nauseabundo semen, que poco a poco se deslizaba por mis muslos haciéndome sentir la persona más inmunda que alguna vez piso este infeliz mundo.

Ese tipo de noches se me hacían más largas y pesadas de superar. Día a día era más difícil recoger los pequeños y sucios pedazos que quedaban de mi persona. Tengo el recuerdo de más de una mañana sorprendiéndome a mí mismo sosteniendo un cuchillo con la punta recargada en mi piel de la muñeca paralela a mis venas. Cuando me daba cuenta de lo que estaba apuntó de hacer me enojaba pues sí completaba aquello todo lo que había soportado habría sido en vano.

A veces sentía que despertaba de un sueño profundo para luego simplemente volver a sumergirme. Deseaba no tener conciencia. Si, vivía como zombi pero uno que entendía todo lo que estaba pasando y no podía hacer nada para defenderse. Tenía las manos atadas, irónicamente, para mi bien.

Corrí a la sala pero ya era demasiado tarde para esconderme. El señor Kim ya había entrado. Se acercó a mí de forma tambaleante; yo trataba de alejarme en vano ya que una estúpida pared me detuvo. Sus ataques bajo el efecto del alcohol, para mi mala suerte, eran más rápidos y fulminantes. Mi marido golpeo mi estómago dejándome sin aire. Plasmo su puño en mi mejilla mandándome directo al suelo, dejando un pequeño rasgón a causa del añillo que portaba. Logre colocar mi brazo izquierdo como apoyo para que mi cabeza no rebotara.

Se acomodó arriba de mí y pensé que iba a empezar una fiesta de puñetazos en mi rostro como era costumbre. Tomo mis cabellos y los jalo hacia atrás, haciendo que mi cabeza se levantara. Murmuro cosas inentendibles.

Mi error fue verlo a la cara. Tenía una vena hinchada, su ceño estaba totalmente fruncido; sus ojos estaban rojos y vidriosos; estaban viéndome fijamente con odio provocando que sintiera miedo. -¿Qué me ves idiota?- me escupió en la cara. Como era obvio puse cara de asco. Cosa que no le agrado al señor Kim. Quito su mano de mis cabellos y la levanto, preparándola para golpearme.

-¡ERES UNA MALDITA ESCORIA!- balanceo su mano. Algo no iba bien esa noche, algo era diferente. Por puro instinto puse mis manos en su camino tratando de detener el inminente golpe o tan solo disminuir el dolor que provocaría. Le di un pequeño manotazo en la cara sin querer. Oh creo que en ese punto llegue a conocer al verdadero Kim. Exploto en furia- ¡¿QUE CREES QUE HACES, MALDITO INUTIL?! - Su voz era tosca y ronca. Tomo mis manos con solo una suya. No había mentido cuando dije que me podía partir en dos en cualquier momento ¿Dolía? Si y ardía mucho más. Elevo el agarre por encima de mi cabeza dejándome a su merced-¡¡¡ERES SOLO UN PEDAZO DE MIERDA!!! . - su otra mano se colocó en mi cuello. Al parecer esa noche el señor Kim venia inspirado. Nunca había llegado tan lejos, siempre se aseguraba de que quedase respirando. En los casos más extremos se detenía antes de quitarme la vida. Supongo que no le gustaría tener ese cargo en la consciencia. Esas veces eran en las que milagrosamente Taeyang intervenía sanaba mis heridas y se quedaba un par de horas a mi lado. Cuando despertaba me hacia la misma pregunta "<< ¿Huimos? >>" Mi respuesta siempre era negativa, recordando el maldito contrato. El señor Kim se ausentaba unos días de la casa y después volvía solo para hacer lo mismo -PUTA BASURA, NO SIRVES- grito mientras empezaba a apretar con fuerza. Comencé a retorcerme de forma inútil. No tenía las fuerzas para ganarle. 

"Tal vez esto es lo mejor ¿No?... Ya he soportado lo suficiente ¿No?". 

Mientras luchaba por no sucumbir ante la inconsciencia empecé a pensar en las que, tal vez, serian mis últimas palabras "Mamá, papá... ChaeRin, lo siento...". Mi vista se hacía borrosa, 50% por el sentimiento de ser asfixiado y 50% por las lágrimas que empezaban a resbalarse por mis mejillas debido a la impotencia que vivía. Unos puntos negros comenzaron a aparecer y crecer en mi rango de visión. La imagen del tal Seung apareció en mi mente. Al menos había visto algo hermoso antes de morir.

-...Ag... Ap..a... Y...yan... Yang- Siendo sinceros, no supe porque o como salieron esas palabras pero lo hicieron. Como si esas palabras fueran mágicas, el señor Kim aflojo su agarre. Volví a respirar aunque con un poco de dificultad. Nunca me había tomado la molestia de pensar en que se sentía tan bien hacerlo.

- ¿Dijiste Yang?- su mirada aún seguía llena de odio. Asentí frenético. Quito sus manos de ambos agarres. 

De manera veloz señale el sobre. 

Tosí un par de veces mientras intentaba no quitarle los ojos de encima al señor Kim. Este por su parte se levantó; tomo el sobre que estaba sobre la mesa. Vio los acabados del sobre con detalle. Entretanto yo me estaba masajeando el cuello y volvía a llenar mis pulmones. No entendía el interés por el sobre, pero lo agradecía. Esperaba poder ganar el tiempo suficiente para recuperarme y salir corriendo. Al parecer no fue necesario huir.

El señor Kim se fue a su estudio y me dejo ahí, preguntándome cuán importante era ese tal Yang para detener un asesinato. 

Suspire frustrado, me molestaba no saber lo que ocurría pero al menos no morí ese día. 

Me acomode la ropa y limpie mi rostro con la manga del suéter que llevaba. Fui al cuarto, tome una almohada junto con una cobija; aventé la prenda sucia algún lugar de la recamara. Hice espacio en alguno de los tantos armarios de la casa y me acomode. 

Si me iba a matar no se la dejaría tan fácil.

Cerré los ojos. Mi respiración se tranquilizó. El silencio que gobernaba la casa fue interrumpida por el chirrido de la puerta cerrándose. El señor Kim había salido. De alguna manera eso alivio mi alma.

"Muchas emociones para solo un día" pensé antes de quedarme profundamente dormido en una posición un tanto incomodo.

"Muchas emociones para solo un día" pensé antes de quedarme profundamente dormido en una posición un tanto incomodo

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Me ha costado la vida hacer sufrir a Ji por eso el cap quedo cortito. 

Realmente espero que lleguen a entender la desesperación que sufre el bb

Taeyang respeta la decisión de Ji de quedarse, por eso no lo rapta para que deje de sufrir.

¿Que tendrá el sobre? ¿Quien sera Yang? osea en la historia xD 

Si, me gusta acabar los capítulos como los de pokemon xD  Perdón.

Besos <3

Me encanta hablarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora