El aire fresco de la noche golpeaba mi rostro desacomodando algunos cabellos. No era muy tarde pero casi no había gente en las calles. Las casas de ese sector eran enormes, pues estas eran anchas o largas, haciendo sentir pequeño a cualquiera que se comparase con ellas. Entre estas me encontraba yo caminando tranquilamente. No era de mi agrado ir a visitar a Kim Suk hyo pero era necesario dado a sus imprudencias con ciertos asuntos además de entregarle el sobre. Uno de mis más íntimos amigos, mi fiel compañero Dae se había ofrecido a acompañarme, pero desistí de su oferta pues aparte de que utilizaría la caminata para distraerme un poco, quería recorrer las calles que había dejado de ver durante 4 años.
En ese tiempo estuve en Japón; al inicio de mi estancia en aquel lugar me obligue a hacer ejercicio de manera estricta. En los primeros seis meses salía a correr en las madrugadas y noches, por las mañanas me encargaba de algunos asuntos mientras que las tardes las dedicaba a entrenar. Mi dieta era exigente pero pude seguirla al pie de la letra.
La forma de mi cuerpo cambio drásticamente, o al menos eso fue lo que dijo Dae cuando me alcanzo en Japón en mi noveno mes; yo la verdad no lo sentía así pero si note que algunas prendas me quedaban demasiado holgadas para mi gusto.
Los demás meses seguí haciendo ejercicio por gusto al igual que la dieta aunque un poco menos rigurosa, pues ya casi no tenía tiempo para hacerlo de esa forma. Cuando termine los asuntos que tenía por allá regrese a Corea. De eso más o menos había sido un día.
Mi estadía en aquel país fue bastante extensa e intensa por lo que lo primero que quería hacer era quedarme en casa para dormir cual oso, no ir a visitar a Kim.
Suspire de manera ruidosa cuando me di cuenta que ya había llegado a su casa. Comencé a fumar tratando de clamar mis nervios, tenía que guardar la calma.
Había pasado un tiempo desde que lo vi, pero no dudaba ni por un segundo que siguiera siendo igual de idiota.
Toque el timbre.
Recuerdo que de pequeños compartíamos una amistad a pesar de llevarnos 5 años, pero su vida se llenó de malas decisiones, ideas y deseos, aunque ¿quién era yo para juzgarlo? si para muchos mi simple existencia era un mal paso, mi forma de pensar contrastaba con todo lo que estaba a mi alrededor. Con la ayuda y respaldo de mi padre y mi mejor amigo fui capaz de no caer en la crueldad del mundo. Toda esta diferencia de opiniones nos alejó; ya no compartíamos nada en ese punto.
Su estupidez hizo que un rostro portador la sonrisa más cálida que había conocido en ese entonces se convirtiera en uno lleno de sudor, sangre y moretones. El inocente chico, primo de mi mejor amigo, se retorcía en el asfalto por el dolor; lloraba y en vez de gritar solo repetía una frase: "Lo siento"; Verlo en ese estado fue demasiado impactante. Le pregunte eufórico por su agresor. La respuesta me dejo helado. "- Kim Suk hyo-" . Le pregunte silenciosamente a mi mejor amigo y este me contesto que habían comprometido al joven con SukHyo un par de semanas atrás. Voltee a ver al chico. En su mirada se refleja el infierno que tuvo que vivir en ese tiempo.
La furia me domino en ese momento, desplazando por completo mi racionalidad. Fui a su casa, toque y me aleje unos cuantos pasos intentando calmarme. ¿Es necesario decir que fue en vano?.
El salió como si nada, verlo con ese semblante fue como aventar un cerillo encendido a un bote con gasolina. Corrí como un puma. Lo tacle de manera violenta. Caímos en algún lugar del patio delantero. Me acomode arriba de su cuerpo y le di unos cuantos golpes pero dado a que él tenía más fuerza me volteo, yo, con mi gordo y débil cuerpo, solo lograba forcejear. La adrenalina es un gran aliado en ese tipo de situaciones pues te hace hacer cosas inimaginables. Rodamos por el pasto un par de veces. De alguna manera aprese cada una de sus manos con mi rodilla correspondiente. Eleve mi puño para darle un golpe limpio, pero el sonido del cilindro acomodándose junto a el tintineo del martillo de un revolver ajustándose me hicieron para en seco. Voltee hacia la derecha y ahí estaba su padre apuntándome directo en la cabeza. Ahhh como odiaba a la familia Kim...
![](https://img.wattpad.com/cover/154198341-288-k817587.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Me encanta hablarme de ti
RomansaAlgunas personas se casan por amor o por deber. Yo en cambio me tuve que casar como parte de un contrato. Mi frustración bajo cuando comencé a creer los cuentos de mi madre, aquellos que afirmaban que me llegaría a enamorar del señor y el de mí, lle...