Desde luego que habían sido unas semanas muy duras para Kuroko ¡Y eso que ni si quiera era su boda! No lo era, no, de todas formas, se lo había tomado como algo propio y había puesto todo su corazón en cada detalle. Quería que todo saliese perfecto, lo estaba intentando con toda su alma y, sacando un poco del carácter que se le había contagiado del pelirrojo, acabaría con cualquiera que lo estropease. Y aun así, con todo ese empeño y sentimientos de por medio, a veces aun se sentía incomodo. No podía evitar pensar que muchas de esas cosas en las que opinaba o de las que se encargaba, no debían estar en su mano y decisión.
Pero si algo había aprendido Tetsuya es que las cosas siempre pasan por algo, para bien o para mal. Y en este caso, él agradecía que a causa de la ausencia del pelirrojo, había podido entablar una gran amistad con Kouki. Una amistad que aun se estaba desarrollando. Además, comprendía que el pelirrojo estaba ocupado, cada día llegaba completamente cansado y exhausto. Pero aun así, encontraba un rato para pasar con él y otro más para escuchar cada una de las cosas que su prometido le contaba. Pero cierto era que Akashi tenia muchísimo papeleo que hacer antes de la boda y de su luna de miel. Al fin y al cabo, tenía pensado abandonar todo contacto con la realidad durante las dos semanas que durase la luna de miel. Solos él y su esposo para disfrutarse mutuamente.
Los días fueron pasando uno tras otro sin misericordia alguna. Y finalmente, la fecha llegó, para alegría de unos y preocupación para otros. Pero no, no el día de la boda, si no de la fiesta de compromiso. Algo que Kuroko temía más que al infierno. Esa noche iba a haber una grandísima celebración para anunciar la boda del multimillonario Akashi Seijurou. Durante esa semana la prensa había hecho un gran escándalo de todo: Paparazzi, fotos, entrevistas, revistas, incluso televisión. Y por fin había llegado el día.
Llamó a la puerta de la habitación de Akashi suavemente.
- ¿Se puede?- Preguntó bajito, pidiendo permiso para entrar.
- Sí- Le respondió una voz desde dentro. Fría y autoritaria, como siempre.
Pasando dentro miró a su alrededor atentamente. Extrañamente, no eran muchas las veces que había entrado en esa habitación, se sentía intruso, como entrometiéndose en la privacidad de alguien. La habitación del pelirrojo era más o menos como las del resto de la casa, quizá un poco más grande. Paredes color burdeos y muebles de madera, lo que más gustaba al peli azul era el gran ventanal que daba al jardín; permitía una iluminación hermosa. Además, se notaba que era la habitación de dos personas.
Centrando su vista en Akashi, lo observó atentamente mientras se colocaba la corbata de cara al espejo. Una de las manías más antiguas del peli azul, era observar a su 'hermano' atenta y fijamente, sin perderse detalle. Su único objetivo era descubrir algún indicio de emoción o pérdida del control en sus gestos; de momento estaba fracasando estrepitosamente.
La verdad es que el pelirrojo iba muy guapo, y eso que ya de normal era atractivo. Vestido con un smoking negro, que resaltaba la palidez de su piel de una forma brillante, la corbata roja con ribetes plateados ayudaba a darle un aire aristocrático perfecto a su apariencia.
- Quita esa cara, Tetsuya- Sin darse cuenta, el peli azul había sonreído como idiota.
- ¿Cómo vas, Akashi- kun? Ya casi es la hora.- Prefería ignorar su mal humor.
- Yo siempre estoy listo y preparado en el momento correcto- "Porque soy completamente absoluto" pensó Kuroko, imitando la voz de su amigo.
- Aha...- Le respondió pensativo.-
Al escuchar la vaga respuesta, el pelirrojo se giró a observarlo, un poco alarmado. Lo que vio lo complació, aunque no tranquilizó. Tetsuya iba vestido con un traje negro y una corbata azul claro que resaltabas sus hermosos rasgos, tanto su piel como sus ojos. Era atractivo, siempre lo había sido, Akashi se había pasado media vida amenazando a tipejos que se acercaban con malas intenciones a su hermano. Excepto aquella vez. Además, Akashi se dio cuenta que Kuroko llevaba una cadena dorada en su cuello, aunque algo escondida. Solo necesito un pequeño vistazo para darse cuenta de todo esto, y sin embargo no fue lo que más llamó su atención. Si no esa mirada tan profunda e impenetrable.
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¡Solo quiero ser libre!
FanficKuroko Tetsuya ha cambiado, ha crecido, ha experimentado. Hace 8 años Kuroko huyó de Japón, alejandose de todos aquellos que habían abusado de él, dejandolo roto, hecho pedazos. Fue una decisión difícil pero poco a poco consiguió resurgir y volver a...