Me dirigía la escuela después de semanas sin hacerlo y aunque no lo pareciese, ya echaba de menos esa rutina. Y sentía un poco de curiosidad por saber quién sería nuestro profesor sustituto.
Cuando llegué, ya estaba casi toda la clase y una persona que parecía sacada de una peli de zombis estaba sentada en el sitio del profesor.
Poco después descubrí que su nombre era Aizawa, y era el nuevo docente.
Daba un poco de miedo, pero parecía majo, y los alumnos estaban bastante atentos en sus sitios, ya que la materia estaba muy atrasada. La mañana pasó lenta y agotadora, pero me gustó mucho el método de enseñanza del nuevo profe. Era claro y conciso.Pero entre todo ese antro de rutina, había algo que no cuadraba, y eso era el aura de intranquilidad que irradiaba Katsuki. Durante toda la mañana no me había dirigido una sola mirada o palabra y eso ya empezaba a asustarme. Y encima al ver al nuevo profesor, su ánimo había decaído aún más, como si le molestará su presencia. Por ello, en la hora del almuerzo, por primera vez, fui yo quien inició una conversación con él.
-Esto... Hola Bakugô.
- ¿Qué quieres Midoriya?-dijo con una voz a pagada.
-Em, llevas toda la mañana un POCO raro... Y, esto me preguntaba si puedo hacer algo para ayudarte o animarte.^°^.
- ¿Y por qué querrías ayudarme? Si ni me conoces.- dijo común tono apagado..
- Porque me incomoda ver a los demás tristes.
El se me quedó mirando, y evaluó la situación.
-No creo que puedas ayudarme. No hay nada que puedas hacer.
Respuesta errónea. La ira atravesó mi cuerpo.
-NO HAY NADA QUE NO PUEDA HACER.- elevé mi tono de voz.- si me lo propongo puedo hacer cualquier cosa... Ya lo verás.
Me miró sorprendido, seguramente por mi arrebato de ira. Luego me miró serio.
-Hay cosas que No se pueden hacer, aunque lo intentes con todas tus fuerzas. Ya lo verás algún día...
- Eso no es...
-Creéme, yo lo sé.- dijo flojito.
-Pues entonces ponle aún más ganas. No te rindas. Nunca. Y aunque no lo consigas, sabes que lo has dado todo y podrás estar orgulloso contigo mismo por haberlo intentado hasta el final. Se más positivo, y la vida te será más llevadera.
Me miró con incredulidad, que luego pasó a sorpresa, y finalmente a alegría.
- Gracias por el consejo, Izuku.- dijo.- Supongo que soy un poco pesimista. Intentaré seguir tu propuesta.- esbozó una pequeña sonrisa. Se me paró por un momento el corazón. Era la primera vez que me sonreía de verdad. Me ruboricé un poco.
-E-entonces... ¿Me puedes decir qué te preocupa?- su semblante volvió a ser el mismo de siempre. Pensativo me dijo:
-Si, b-bueno...¿Qué harías tú si una persona muy querida se olvida completamente de ti? ¿Que todos los días la veas, te mire y no te reconozca? ¿Que la quieras y no puedas decírselo a la cara?
Me quedé un poco extrañado, puesto que sus preocupaciones eran un tanto tristes y profundas, pero le respondí:
-Yo intentaría acercarme poco a poco a esa persona. Empezar de cero. Volver a hacer cosas divertidas juntos, conoceros mejor incluso más que antes. Pero sobretodo, ser paciente, esperar a que te recuerde, y en el caso de que no lo haga, estar feliz con lo que hayas conseguido hasta el momento. El caso es no rendirte.- esbocé mi mejor sonrisa.
Katsuki me miró con algo de orgullo y admiración.
-Bueno, lo puedo intentar. Gracias por animarme... No me rendiré contigo...- lo último lo dijo tan flojo que no lo escuché bien pero estaba muy feliz por él.
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Izuku no todo son cuentos
FanficIzuku es un chico de 16 años que vive con su madre en un pequeño pueblo, cercano a un gran bosque montañoso. Éste, esconde grandes secretos. Izuku, desde que era pequeño escucha historias sobre seres fantásticos que viven en el bosque, pero cree que...