El destino de la Luna

El pacto. Primera parte

Después de la creación, viene la destrucción

Voy a saltarme los detalles aburridos de cómo o de qué forma conocí al Sr. Bills, y de cómo al mismo tiempo el universo 6 se había quedado con el hermano menor de este. Voy a concretarme en el preciso punto de esta historia: Justo en el momento en el que visitamos un planeta del cuadrante noreste; un curioso planeta llamado Vegita. 

Aquel sitio estaba lleno de guerreros poderosos, pero bastante estúpidos; verás, el problema con estos era su exceso de orgullo y de confianza (Aspectos nada benéficos para cualquier guerrero) como sea, ahí gobernaba un joven rey llamado Vegeta. El día en el que nosotros hicimos acto de presencia se celebraban las nupcias de aquel personaje; el señor Bills había insistido tanto en probar la comida de los saiyajin. Pero, por desgracia (Más para ellos por supuesto)a Bills se le negó ese placer, razón por la que la reacción de este fue la esperada... Quiso entonces mandar al demonio todo el planeta .

Vegeta al ver semejante ofensa (y víctima del pánico) se arrodillo ante Bills, pidiendo misericordia y rogando por su patética existencia.

—Lo que has hecho saiyajin es un insulto que no tiene disculpa. No habrá nada sobre la faz del universo que pueda enmendar tu error. Solo la destrucción inminente de tu patético mundo— Dijo mientras colocaba su pie derecho sobre la cabeza del asustado rey; el hombre por poco y comienza a llorar. Pero no te confundas, no lo hacía porque le preocupara su raza, la vida de su esposa o incluso la criatura que esta llevaba en el vientre.

—Pero..—Dijo balbuceando — No tenía idea de quién era usted.

—¡No hay pero que valga!, tu actitud majadera no puede quedarse sin castigo.

—Puedo darle lo que quiera. ¡Incluso a mi esposa!

—¿Para qué demonios me sirve tu mujer?— el rey quiso convencerlo de que podría servirse con su mujer para lo que fuera (Cualquier cosa) e incluso podría tomarla como esclava si quisiese — ¿Crees que esto es lo que merece un dios como yo? tu esposa no tiene nada especial que yo necesite. Ni siquiera serviría como servidumbre. Así que tomaré algo más de ti.

—¿Algo más?

—Si llegas a tener una hija, vendré por ella para hacerla mi ama de llaves. Ella cocinara la comida que tú me has negado. No será libre de ir a donde le plazca, así que se quedará conmigo hasta el día de su muerte.

—Está bien. Pero ¿Qué pasa si no llego a tener una hija?

—¡Tu ocuparás su lugar!— Yo solo permanecí en silencio observando todo; generalmente el señor Bills hubiera destruido el planeta completo, pues el odia esa clase de "Teatritos"; supuse entonces, que él tenía algo entre manos.

Con el correr de los meses acudimos nuevamente a ese planeta para ver qué había pasado con la parturienta reina y todos los saiyajin. Pero, para mala fortuna (o jugarreta del destino), la reina había dado a luz a un vigoroso varón, al cual llamó Vegeta (Así de original) posteriormente los reyes tuvieron un segundo hijo, el cual tampoco fue una niña.

—Creo que no tienes más remedio que ser mi esclavo; Así que prepárate, porque vendremos por ti dentro de unos meses. Tengo asuntos importantes que hacer; piensa en esto como en un plazo de gracia que te otorgo  para que consigas un sucesor. Pues, tu hijo mayor ni siquiera puede hablar, mucho menos dirigir un planeta. Y de tu mujer... Mejor ni hablar— Después de eso nos retiramos a casa, para que el señor Bills tomará una de sus tan acostumbradas siestas. Dicho reposo le había demorado 8 meses completos; ya en este punto pensaba que el cobarde rey se habría suicidado; el orgullo, su enorme orgullo le iban a impedir asimilar que se convertiría en el esclavo de alguien más.

No obstante, nos topamos con una sorpresa. La reina estaba de nuevo en labor de parto y todo parecía indicar que el bebé era por fin una niña.