비서. 『Secretary』∽ Kim Seokjin ∽

Capítulo 19

El auto llegó a las 5:40 p.m. a recogernos. El camino fue largo y silencioso, cada vez que trataba de aliviar el ambiente con algún comentario solo conseguía ser ignorado por Jungkook o un ocasional suspiro de parte de él. Nos dirigimos a los límites de la ciudad de Seúl, dejando los rascacielos a pasar a zonas abrazadas por la madre naturaleza.
No transitaban muchos autos por aquella calle, y cuando lo hacían, eran vehículos de gran valor que yo obtendría solo en mis sueños.

El auto se detuvo frente a una gran puerta de rejas de acero rodeada de muros de rocas que se extendían y se perdían en el bosque, al otro lado del muro, se distinguía una cabina. El conductor se acercó la cabeza a la ventana de auto sin decir una palabra, miraba arriba del muro. Había una cámara.

Segundos después, casi instantáneo, las rejas se abrieron, dado lugar a otro largo camino entre extensos jardines. Era como otra ciudad ahí dentro, no podía ver el límite. Había grandes casas, otras más pequeñas pero sin perder el lujo. Incluso, tenían una laguna artificial.

Después de un par de minutos, al fin el auto se detuvo frente una gran casa de dos plantas pintada de azul marino, grandes ventanales, arbustos cortados con diferentes formas de animales y una puerta acendrada color blanca en la entrada. Afuera, estaba aparcado un Jeep Wrangler negro, junto a un BMW I8 blanco. Me esforcé por no parecer asombrado y mantener compostura pero era la primera vez q veía dos carros como aquellos. Salimos del auto y, solo entonces, pude visualizar una motocicleta negra casi oculta por los dos autos. Eso me sorprendió aún más, nunca pensé en la Presidenta manejando una motocicleta.

Ya en el porche, un hombre elegante y uniformado nos recibió.

—Bienvenidos, señores. Pasen, por favor.

Reverenciamos y entramos a la casa detrás del señor. La casa era mucho más de lo que podía imaginar,  el interior contaba con paredes altas de color marfil y suelo con baldosas grises, una iluminacion tenue recorría desde la entrada principal a la sala, la misma que poseía un gran ventanal que dejaba ver el patio posterior, junto a la sala se ubicaba el comedor en donde vi una larga mesa de madera oscura, esta estaba arreglada con un mantel y velas en el centro, tras la mesa, se hallaba una pintura enorme de lo que parecía una guerra entre seres míticos. No estoy seguro, no me fijé bien.

—Señores —el sujeto uniformado nos habló interrumpiendo mis pensamientos, nos señaló para que lo siguieramos. Abrió la puerta de vaiven, la luz golpeó mi cara, aquí no no faltaba a diferencia de la sala.  El señor nos dio paso—, esta es la cocina, la Srta. Mun me indicó que ustedes asistirán como mayordomos, por lo que servirán los platos y los retirarán. Este es el Chef Hong —mencionó señalando al señor delgado y de edad que se encontraba tras la isla de la cocina—, él tendrá todos los alimentos listos para ser servidos y el resto se lo deja a ustedes, como saben el Señor Min llega a las 8 a cenar pero el Señor Hong se retira a la misma hora por permiso familiar, de todas formas el les indicará todo lo que deben de saber con respecto a los alimentos. Por ahora, acompañenme a la planta superior, ahí les daré una habitación donde se podrán alistar, cuando terminen los espero aquí en la cocina para darles indicaciones de su labor.

Salimos de la cocina hacia las escaleras, desde arriba podía ver gran parte de la sala y el jardín por los ventanales que daban hasta el techo. Nos encontramos en un pasillo aún más oscuro que el resto de la casa.

—A la Srta. Mun no le agrada los espacios luminosos, la casa pasa la mayor parte del tiempo a oscuras. Por aquí.

Abrió una de las tantas puertas que apenas veía a través del oscuro pasillo y nos dejó entrar.

—Su vestimenta se encuentra dentro, cada una con su respectivo nombre, fueron hechos a la medida por la Srta. Mun.

Un sentimiento de incomodidad junto con confusión brotó dentro de mí, no recuerdo que la Presidenta nos hubiera pedido nuestras medidas.