Capítulo 2

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Nat

Ok, ok, ok. Todo estará bien, solo no te derritas por completo, sólo actúa normal. Ya sabemos que su hermosura es... es... No mames, ya caí.

— ¿Y? —dijo con una sonrisa pícara.

¡QUE VERGÜENZA! Yo como toda embobada me quedé observándole. Además, me atrapó observándolo.

—E-em— hasta con el ''Em'' tartamudeo, esto no puede ser posible. Posicioné mis lentes encima de mi nariz y abrí el libro de Matemáticas— T-tú s-solo dime qu-que no enti-entiendes.

¡SANTO CIELOS NAT, ACTUA NORMAL, NOORMAL!

Yo como toda pendeja sonreí apenada.

—Esto, no sé cómo lo llaman— se acercó a mí.

Uff, su colonia entró en lo más profundo de mis fosas nasales. Creo que podría drogarme con ellas. Aparte de ser una perfección de persona, físicamente, es un total menso.

—Sólo lo llaman factorización— dije sonriendo, mire sus hermosos labios rojizos, ¿Algún día lo probaré?

¡Claro que no, no es un libro Nat se realista! No seas pendeja por favor ¡¿PARA QUÉ MIERDA LE HAS MIRADO LOS LABIOS?! Y ahora el guapísimo de tu compañero se relame de ellos. Oh santo cielo ya sé por qué estás loca por él.

—Como sea— dijo él con su maldita sonrisa— y ¿esto qué es? —sacó de mi mochica mi... ¡MI DIARIO!

—Nada— dije sacándole de las manos— cosas de chicas— guardé debajo de mis piernas.

Gracias a Irma la casa está brillante, que vergüenza si la encontraba sucia además Carlos me visitaba, ósea sólo para estudias lastimosamente.

Cómo soy una pendeja de aquellas, realizaba la tarea de Carlos y le mostraba como lo hacía, lo mejor de todo esto es:

1- Él está cerca de mí, tan cerca.

2- Hago matemáticas- No sé, pero soy tan rara y pendeja que me gusta hacer las ecuaciónes de matemática.

—LR— me llamó.

— ¿Qué? —dije poniendo en orden mis gafas con el dedo índice.

— ¿Por qué no sabía de esto? —Alzó hasta que la pueda ver.

¡MALDITA SEA! ¡¿CÓMO... CÓMO NO LO SENTÍ?! En sus manos tenía mi diario, donde todas mis fantasías están. Llenas de ellas, hasta fotos de... él.

—Yo. Em— mi rostro estaba ardiendo de vergüenza— son...

—Cosas de chicas— hojeó más de ellas— dónde yo aparezco.

Mierda, mierda, mierda.

—S-sí, no es mía—mentí.

—No seas mentirosa, es tu letra— dijo sonriendo.

¡HAA! ¡SABE MI LETRA!

Mi respiración sube y baja.

—Eres bonita cuando no te sonrojas— agrego.

Creo que ya morí amigos.

—Gra-gracias— dije tirando a un lado una mecha de mi cabello.

—Ya me tengo que ir— dijo agarrando sus cosas. Se levantó y me hizo un gesto para que le siguiera— Adiós bonita.

Cruzó el umbral de la puerta principal, bajo las escaleras y luego paró.

—Espera—dijo y se dio la vuelta, subió las escaleras— casi me olvido, aquí está el dinero— sonrió y me dio un beso en la mejilla, además de guiñarme un ojo.

Mi trinomio cuadrado amorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora