Escaleras arriba, escaleras abajo. Yo me puse un pantalón largo de color azul marino y una camiseta blanca con bordes decorados en las mangas. Por fin, estábamos ya todos arreglados, y tocaron a la puerta. Fui corriendo a abrir y me encontré a la familia Oviedo. Saludé a Carlos y a Eva con dos besos, y a Jesús y a Dani con abrazos. Iban vestidos con una camisa de manga media azul claro y pantalones blancos. Les favorecían un montón esos colores.
Poco a poco nos fuimos sentando en la mesa para la cena. Mi abuela había colocado la cubertería de tal forma que yo quedé en medio de Dani y Jesús. ¿Casualidad? Ni de broma. En un extremo de la mesa se encontraba mi abuela y a sus alrededores mis padres y los padres de Danisú. De primer plato tomamos sopa de fideos calentita; de segundo plato un filete de carne sabrosísimo y de postre tuvimos a elegir entre helado o el tiramisú casero de mi madre.
Ya cuando empezamos a aburrirnos, les dije a mis padres:
-Mamá, hemos cumplido con todo lo de esta noche, ahora ¿Podemos levantarnos de aquí?
Mi madre hizo un gesto de afirmación y poco nos faltó para levantarnos.
Los tres nos paramos en las escaleras y les pregunté:
-¿Queréis estar agusto? Seguidme.
Y sin esperar su respuesta les cogí a ambos de la mano y les guié hasta la terraza que anteriormente descubrí gracias a mi abuela.
-Ostras, como mola este sitio.- Soltó Dani.
-Es genial y muy bonito.- Dijo Jesús observando de un lado a otro.
Les dediqué una sonrisa y les invité a que se sentarán en el banco. Yo estaba en medio, Dani a mi derecha y Jesús a mi izquierda. Allí estuvimos hablando de algunos momentos que vivimos de pequeños y las risas no faltaban. Hubo un momento en el que nos quedamos callados, en completo silencio y a mi me dio sueño. Eché mi cabeza a un lado y le cayó a Jesús en su hombro. Para no dejar solo a Dani, busqué su mano y la entrelacé con la mía.
Estuvimos un rato así hasta que un hilo de voz rompió el silencio.
"Enséñame a rozar tu piel
no te quiero perder
soy todo lo que ves
somos dos almas
que se creen
que vuelan sin tener
dos alas y un por qué...".
Cantó Dani casi en un susurro mientras apretaba mi mano suavemente.
"Amiga te siento cerca cada día
Tú eres como la melodía en que desliza y me susurra en cada amanecer...".
Sentí esa parte muy cerca de mi oído. Me la susurró Jesús.
Estaba sorprendida y miré a ambos con una sonrisa. Me.habían enamorado aún más con esa voz tan dulce.
Fijé la mirada en el cielo y descubrí que había Luna llena rodeada de estrellas. De un salto me puse de pie y bajé corriendo a por mi cámara.
-Un segundo...- dije bajando ya.
Ellos se quedaron algo extrañados pero yo volví enseguida. Mientras bajé, todavía escuchaba a los padres que seguían conversando sin prisas.
Cuando subí me los encontré a los dos de pie junto a la barandilla. Estaban apoyados encima y hablando entre ellos. Como no hice apenas ruido, no se dieron cuenta de que había subido y entonces aproveché. Les fotografié a los dos. Se veían de espaldas y de fondo las luces que iluminaban las calles de Mairena. Tras tomar la instantánea, sonó el ¡Clic! y se dieron la vuelta.
La expresión del rostro de Dani era entre picaresca y misterio y la de Jesús riéndose muy dulcemente.
-Con que esas tienes, ¿No? ¿Preparando la carrera de paparazzi? Jajajajaja.- Me dijo Dani acercándose a mi para ver la foto.
+Dani, si en el fondo sabes que es buena y todo con las fotos.- Le contestó Jesús a su hermano.
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"Un verano más junto a los mejores amigos del mundo" (Gemeliers)
FanfictionUn verano más allí. En donde mejor me sentía y rodeada de los mejores amigos del mundo.