_Capítulo 15_

345 9 0
                                    

Agarré bien la mano de Jesús y

nos unimos a Dani y Marta.

Quedaban apenas 5min para que dieran las y media y ya casi llegábamos. 

-Jesús, no puedo más, de verdad.- Dije soltándole la mano.

+Venga, ¡Dos calles más y llegamos, _____!- Me animó.

-Pufff....-

+Sube.- Me ofreció dandome sus espaldas.

-Pero....

+¡Venga, sube!-Insistió.

Me daba mucha vergüenza que tuvieran que ir cargando conmigo siempre pero mi cuerpo se cansa muy rápido.

Cuando subí a sus espaldas enseguida echó a correr y alcanzamos a Marta y Dani de nuevo.

-¡Mirala que fresca!-Dijo Marta.

+Jajajaja pobrecito Jesusito que me tiene que aguantar.-

+No te preocupes tonta, si yo te entiendo y no me importa.-Me consoló.

Y con tanto bla bla y bla bla por fin llegamos a la esquina de la calle, y puntuales. Jesús me bajó de sus espaldas y los tortolitos se despidieron con un laaaaaaaargo y pesado beso. Yo mientras le agradecí a Jesús por haberme llevado y le dí un beso en la mejilla.

+No des las gracias, tonta. Sabes que te requiero, MA.-

Yo sólo miré al suelo algo avergonzada y le abrazé.

Dani y Marta seguían ahí a lo romántico y nosotros nos reímos. Ví como Jesús se acercó a Dani y...

-Ay, ay, ay, ¡Suelta, hermano!-Protestó Dani.

Jesús le había cogido de la oreja y ya se iban hacia su casa. A lo lejos Jesús me guiñó un ojo porque me estaba riendo junto con Marta.

Nosotras enseguida llegamos a casa.

Al abrir la puerta encontramos una luz encendida y al lado mi abuela leyendo un libro. Suponíamos que mis padres estarían durmiendo ya.

-Shh, venga subid rápido y descansad, anda.-Dijo casi en un susurro.

Marta y yo asentimos y haciendo el menor ruido posible subimos a mi habitación. Entramos y cerré la puerta. Encendí la mini lámpara y ambas, nos echamos en la cama.

Escuché un pequeño suspiro de Marta y abrí una corta conversación:

-¿Estarás contenta no? Que bien empiezas el veranito, eh.

+Calla anda que contenta es poco...-Habló mirando el colgante con la inicial de Dani.

-Ais mi Martita.-

+¿Y tú que, eh?

-Aquí seguimos, esperando al príncipe azul de los sueños...

+Jajaja que tonta eres.

-Ya lo sé pero bueno. La espera se hace larga y yo mientras me voy a soñar. Buenas noches, tortolita.- Le conté mientras la echaba de mi cama.

+Vale, vale. Buenísimas Noches y gracias por lo de hoy, tonta.- Escuché pero yo ya había entrando en mis sueños.

*

Había pasado ya un mes desde mi estancia en el pueblo y me dieron una noticia que, bueno, a ver si me explico bien, me dio tristeza pero también más libertad a mi verano.

Mis padres me habían contado que tenían que volver a Almería por temas de trabajo urgente hasta finales de Agosto y que por mi felicidad me dejarían aquí con mi abuela pero con una única condición: Obedecer a mi abuela. Como siempre.

Yo era su niña 10 pero claro que iban a decirme, lo típico.

Ayudé a recoger las cosas de mis padres y meter sus maletas en el coche.

-Bueno, ya sabes.-Me advirtió mi padre dándome un beso en la frente.

+Os voy a echar mucho de menos...-

-Ya hija y nosotros. Pero recuerda que es por ti y por mantenernos.-Me consoló mi madre.

+Ya pero bueno...

-Si en verdad te lo vas a pasar genial sin nosotros, si lo sé yo, eh.-

Yo eché unas risillas ante lo que había dicho mi padre.

Como me conocían.

Con algo de tristeza les dije adiós junto a mi abuela pero mi felicidad interior iba a explotar.

"Un verano más junto a los mejores amigos del mundo" (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora