Martes 13 de Enero

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“Mmm...Siéntelo bebé"

El día del martes transcurre tranquilo mis citas todas son una serie de pruebas psicotécnicas para los trabajadores que van ingresar en la misma empresa de Kim, (otro paquete que me consiguió mi padrino). Estoy organizando las carpetas con los expedientes de los trabajadores
entrevistados sentado en mi escritorio cuando me llega un mensaje.

POLÍTICO SEXY: Voy saliendo, hermoso.

RYEOWOOK: Ok.

Anoche soñé con él y casi sentí sus besos abrasadores, y sus caricias en mi piel. Fue tan vívido.

Esos dulces corrientazos, recorriéndome, y esos ojos, anulando todo mi autocontrol. Siento que algo que había estado dormido dentro de mí se ha despertado desde que le conozco. Sus ojos, sus labios, su sabor se cuelan en mi mente en cada oportunidad, en cada segundo ocioso del día. Y ahora lo voy a ver de nuevo, lo voy a sentir de nuevo. Me he sorprendido a mí mismo añorando algo que apenas conozco durante las horas que llevo sin verle. Hoy he puesto especial cuidado en mi apariencia llevo mi flequillo bien peinado. Uso unos
jeans ajustados, una suave camisa color turquesa y una chaqueta de cuero color negra que favorece mi silueta, rematado con unas botas del mismo color.

Cuando me estoy levantando de la silla entra mi padrino al despacho, no le había visto en todo el día.

—Así que anoche saliste con el diputado a pesar de que expresamente te pedí que no lo hicieras—
carajo, ¿cómo se enteró?—.Cuando te digo algo, RyeoWook, espero que lo tomes en cuenta; te estás
enredando con un hombre inestable y peligroso. Solo quiero evitarte malos ratos.

—Padrino,—trato de controlar mi tono pero me irrita que me trate como una niñito—gracias, pero soy perfectamente capaz de cuidarme solo.

—Además está relacionado con un narco, Wookie, es un hombre de cuidado— le fulmino con la
mirada y aprieto mis labios con terquedad. ¿Pero qué coño se cree? ¿Qué coño sabe de él?
Seguramente ese es un chisme de su refinado círculo de amigos snobs. Como se atreve a difamar su nombre así sin más.
Tuerzo el gesto asqueado.

— ¿Qué carajos te pasa? Estás muy rebelde. Tú no eres así—increpa el Dr.

¿Que no soy rebelde? Le sorprendería lo rebelde que puedo ser. Bueno, tal vez no lo sepa ya que siempre evité enfrentármele esperando su aprobación, y es que estaba tan asustado de que me abandonara que me aterraba ser yo mismo.

Pero ahorita mismo, me importa una mierda lo que diga.

Suena el teléfono y contesto

—Hola.

—Hola. Estoy afuera. ¿Estás bien?—dice Jong Woon evidentemente preocupado por mi tono.

—Sí. Espérame afuera, enseguida salgo—cuelgo.

—¿Es ese majadero?—exclama mi padrino.

¿Por qué siente esa animadversión por él?

— ¿Sí, por qué?—levanto mi barbilla desafiante.

Se queda un momento atónito por mi respuesta pero luego explota.

—¿Te gusta ese imbécil? ¡Dios, RyeoWook usa la cabeza!— levanta los brazos al aire en señal de frustración.

—Bueno, tengo un compromiso—salgo recogiendo mi mochila con mi padrino pisándome los
talones—. Podemos continuar esta conversación luego... —veo su semblante está tan furibundo como yo —...o tal vez no.

Mi padrino me observa perplejo.

Al salir a la calle no veo su auto. Una moto esta aparcada frente a mí y el piloto se quita el casco, es
Jong Woon. Ahora más que nunca parece un chico malo con esa chaqueta de cuero negra, la camiseta blanca, jeans y esa sonrisa ladeada.

Instantáneamente la ira que sentía es reemplazada por una
sensación mucho más que agradable.

—Hola—me dice.

Le sonrío como una niño.
Como una niño abrazado a su tarro de caramelos.
Y se los quiere comer...

—Hola—me acerco a él, deslizo mis dedos por la potente máquina, estoy curioso, nunca había visto de cerca una moto así y menos montarla. Además, no me lo imaginé con una de estas, se ve que es muy costosa. Chico malo-narco-mujeriego. Sacudo la cabeza alejando esos perturbadores pensamientos.

Más que nada he anhelado verlo y esa necesidad tan imperiosa se sobrepone a todo lo demás.

—Nunca me he montado en una de estas—admito.

—Bueno, solo tienes que agarrarte fuerte, y confiar en mí—su mirada es significativa, como si estuviera hablando de algo más. Tomo el casco que me tiende y me monto tras de él, haciendo exactamente lo que me pidió.

La imagen de mi padrino me fulmina desde el umbral empequeñeciéndose mientras nos alejamos.

Yo Soy Tu CandidatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora