Martes 13 de Enero

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Sus labios comienzan a pasearse ociosos desde mi boca hasta la oreja donde chupan el lóbulo.
Ronroneo. Me abrazo a su cuello abandonado a sus atenciones. Acaricia mis pechos sobre la fina tela de mi camisa, acunándolos con sus pequeñas manos, y apretando dulcemente mis pezones. Mi cuerpo se atrae más al suyo. Estoy jadeando.

—He soñado con hacer esto...—va desabotonando mi camisa. Nos miramos embriagados de deseo.
Suspira al ver mi pechos erguidos y desliza mi camisa por los hombros. Ahora estoy desnudo de la cintura para arriba y húmedo de la cintura para abajo.

—Hermosos—dice fascinado mientras baja y toma un pezón con su boca. Aagg...Que delicia.

Relámpagos de placer llegan a mi entrepierna. La sangre hierve en mis venas. Juguetea con mis
pezones y su húmedo y tibio aliento me trastoca.

—Ah.
Gimo.

—Siéntelo, bebé—muerde suavemente un pezón. Grito.

—Tienes una piel muy suave—desliza sus nudillos desde la hendidura del cuello, mis pechos, hasta llegar a la cinturilla de mi pantalones. Lo miro extasiado mientras desliza dos dedos a ambos lados del borde de los pantalones y los va bajando con todo y boxer, mientras besa, lame y mordisquea mi
piel. Me siento en llamas.

De rodillas acaricia mi entrepierna suavemente con su lengua retorciéndola y retorciéndola a su antojo, mientras agarra mi trasero abriéndome más para ahondar en ese beso tan íntimo, erótico y enloquecedor. Eso se siente...Guau...tiemblo.

—Eres delicioso.

—Ahggg—me arqueo.

—¿Te gusta, bebé?—mis caderas comienzan a contonearse por cuenta propia.

—Oh sí.

—Dímelo.

—Me encanta—apenas reconozco mi voz poseída por el deseo.

Continúa su asalto lascivo y yo me siento en una montaña rusa, estoy a punto de caer y... y
caigo...caigo...Oh...oh... caigo en un abismo cegador. De inmediato me toma y me deposita en la cama.

Aun temblando me abre las piernas se desliza entre ellas.
Cuando abro los ojos me está observando, embelesado suspendido sobre mí, apoyado en sus codos. Sus pulgares acarician mis mejillas.

—Eres hermoso—jadea.

Se incorpora, se coloca un condón con la rapidez de un rayo y comienza a penetrarme lentamente.

Algo se desgarra en mi interior. Cierro los ojos y me abro más, disfrutando la sensación de tenerle dentro de mí.

—Estás muy apretado... me gusta, me gusta mucho—susurra jadeando, luego establece un ritmo dentro-fuera-dentro-fuera.

Estoy colmado como nunca. Se va acelerando. Somos puro jadeos y
gemidos acelerados. Más y más rápido. ...Oh... Otra vez me invade esa sensación tensa y
desgarradora. Jong Woon se estremece y cae sobre mí...

Estamos recostados en la cama, uno al lado del otro, aún desnudos. Él me observa pensativo, parece que está rumiando una idea desagradable. Creo que nunca le había visto tan serio.

— ¿Qué pasa?—le pregunto abrazando la almohada, estoy boca abajo y él está de lado apoyado sobre su codo.

—No me dijiste que eras virgen—su tono es acusatorio.

Niego con la cabeza. No pensé que se daría cuenta.

—Creo que a estas alturas puedo darme cuenta cuando me cojo a un virgen—masculle.
Suspiro.

Yo Soy Tu CandidatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora