Lunes 12 de Enero

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Se pone la tarde y ya hace un rato que se retiraron mis pacientes. Hago una nota mental de
investigar un poco acerca de los procesos de ansiedad sobre la separación y de algunos tips para preguntas abiertas e indirectas que me ayuden a llevar al Sr. Kim a un estado reflexivo y motivarlo al cambio. Jugueteo con mi cabello como suelo hacer cuando estoy muy concentrado. Miro el reloj son la cinco y media, Min se ha tardado. Bueno, la puntualidad no es su fuerte sin duda, hemos quedado en vernos hoy ¿por qué no habrá llegado?

Levanto la vista hacia la puerta y mis ojos no dan crédito a lo que ven. Recostado ahí en el umbral
está el diputado Kim Jong Woon.

Doy un respingo.

—Es curioso, no lo imaginé como una doctor.

— ¿Cómo?— balbuceo.

Él se acerca y por un momento creo que va a besarme. No lo hace. Se sienta en uno de los sillones con un brazo sobre el respaldo.

—Bonito despacho—dice evaluando el consultorio—He venido a que me dé una cita.

Parpadeo.

Cuando por fin mi cerebro se conecta con mi boca Min irrumpe en el consultorio aparatosamente cual vendaval.

—¡Wookie, no vas a creer lo que me pasó!—Jong Woon y yo volteamos al mismo tiempo. —Hola—saluda despreocupadamente, pero de pronto sus ojos se agrandan, lo ve mejor y bate las pestañas
frenéticamente—. Pero si eres tú ¡¡ el político sexy!!—sacude la cabeza. No acaba de creérselo.

¡Carajo! trágame tierra.

Inmediatamente me pongo como un tomate.

—Hola—sonríe divertido mientras observa a la pueril criatura que acaba de llegar—. Jong Woon— le tiende la mano a modo de presentación Min se la da alegremente.

—Me preguntaba si le gustaría acompañarme en la cena—se dirige a mí.

—¡¡Claro que irá!!—contesta Min en mi lugar con un entusiasmo francamente exagerado.

Estoy entre la espada y la pared. De repente solo quiero salir corriendo.

—No puedo, ahora mismo tengo un compromiso ineludible—tomo mi mochila y llaves con ademan de "me voy ahora mismo". Miro el reloj—. De hecho voy retrasado.

—Pero Wookie, si me acabas de decir que estas libre, que no tienes nada que hacer y que estás muuy aburrido.

Me quedo con la boca abierta.

¡Traidor! ¡Traidor!

Quiero darle un puntapié en la espinilla. A veces realmente lo odio.

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En el auto Jong Woon toma mi mano se la lleva a los labios y la coloca sobre su muslo. Quisiera
deslizarla por sus largas piernas.... Me la acaricia con el pulgar y siento deliciosos corrientazos recorriendo mi entrepierna.

—Necesito algo de usted Dr. Quiero su opinión profesional—dice con absoluta seriedad.

Frunzo el ceño. ¿Y ahora qué querrá?

—Quiero que me analice a profundidad. —me echa un vistazo con una sonrisa juguetona revoloteando en sus bellos labios.

¿Se burla de mí?

—Para eso debía pedir una cita con mi secretaria—digo cortante .Trato de retirar mi mano pero no la suelta.

—Prefiero una cita con el doctor, así descubro el mal que me aqueja—vuelve a besar mi mano con suavidad mientras me observa detenidamente.

El corazón se desboca en mi pecho.

—No le entiendo—desvío mi mirada hacia la ventana tratando de calmarme un poco. Los carros
pasan volando como bólidos, es curioso lo ligero que es el tráfico por las noches en Seúl, de día esta avenida es un infierno. De pronto siento un hormigueo en mis pezones y estoy consciente de que es porque Jong Woon sigue acariciando mi mano. ¡Ay, Dios! ¿Cuándo en mi vida he salido yo solo con un hombre en una cita? Todo gracias a la Sr. Min Expósito y su bocota. Mira que ponerme en esta situación. Jong Woon ha insistido en llevarlo y lo hemos dejado en la casa hogar. Él muy traidor le sonreía con complicidad como si se conocieran desde hace años. A veces envidio esa habilidad que tiene de confiar en todos.

Yo Soy Tu CandidatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora