Vᴇᴄɪɴᴀs | 𝐶ℎ𝑎𝑒𝑙𝑖𝑠𝑎/𝐽𝑒𝑛𝑠𝑜𝑜

08

—Lo vas a pagar caro, Jisoo. Muy, muy caro.

Jennie frunció el ceño mientras se rascaba una pierna, mientras que Jisoo se reía a carcajadas. Para luego acercarse a la menor y abrazarla fuertemente del cuello, Jennie aun frunciendo el ceño con un puchero y no correspondiendo el abrazo de Jisoo, quien no dejaba de reír entre dientes.

—Pero si a mi me encanta, mi gatita hermosa.

Jennie no se sonrojó, no, ella estaba molesta. Era solo el maquillaje, se había puesto demasiado rubor en sus mejillas.

Por otro lado, —mientras Jennie pensaba en que debía arreglar su maquillaje y Jisoo no dejaba de imaginar lo que pasaría más tarde con su otra condición—, Rose y Lisa se estaban preparando para ir a la cena a la que habían sido invitadas por las celebridades. Cada una en sus respectivas habitaciones, pensando una y mil cosas mientras miraban la ropa en su closet escogiendo ropa sin prestar real atención a ellas.

Después del incidente en la sala, cuando algo increíble iba a pasar y con ello traería nuevas esperanzas y alegría, pero que no ocurrió porque Lisa interrumpió aquel mágico momento y luego dramatizó con un falso desmayo, Rose se veía cabizbaja, ella solo rió lánguidamente después de que Lisa se parara del piso y luego comenzara nuevamente a hablar de lo magnificas que eran Jisoo y Jennie.

Claro que Lisa no era tonta, lo había notado rápidamente, el cambio en el estado de animo de la mayor. Así que no pudo evitar preguntarse que le pasaba a su preciosa Rose que estaba tan callada y sombría. Se sentía mal, ni siquiera animos tenía de seguir escogiendo ropa para la cena, y es que si, era emocionante, algo increíble que sus Idols favoritas las invitasen a su departamento a cenar, pero nada era tan brillante y emocionante si su Rose estaba mal, pues si ella estaba triste entonces Lisa también decaía, porque Rose era su sol resplandeciente, su felicidad y si ella no sonreía, su mundo no brillaba.

Pero entonces, nuevamente la escena en la sala se hizo presente en su mete y recordó cuan cerca había estado de besar a Rose. ¡Casi se besaban! Pero ella por su maldito miedo y los nervios se alejó antes de que sucediera, todo disfrazado en una real mentira. Pero Rose no estaba molesta por eso ¿o si? ¿por que estaría Rose enojada por eso? No es como si ella sintiera algo por Lisa ¿o si? Lisa se quedó inquietantemente pensativa sobre eso desde que se vestía, salía de su habitación para encontrarse con ojos apagados y una falsa sonrisa hasta caminar todo el camino al departamento de sus vecinas, olvidando por completo la emoción que esto le había causado, pues su Rose aun estaba sonriéndole falsamente y desviando la mirada cada que podía. Su sepulcral silencio acallando las palabras de adulación que tan mal querían salir de los labios de Lisa al verla tan bellamente vestida con un vestido rosa de volados con su cabello rojo suelto y ondulado cayendo por sus hombros desnudos.  ¿Realmente la había cagado tanto? ¿Pero por que? ¿Que había hecho mal? ¿Era por que casi la besaba? O ¿Por que no lo hizo?

Los pensamientos de Lisa se detuvieron una vez la puerta del departamento de las celebridades se abrió segundos después de que Rose tocó el timbre, Jisoo luciendo estupenda como siempre con un short negro, un suéter blanco de gran tamaño y su cabellera negra recogida, las hizo pasar con una amabilidad que era tan característica de la mayor. 

Lisa y Rose entraron tímidamente a la casa, sus bocas abriéndose un poco con sorpresa ante la decoración tan elegante de las celebridades, pero lo que las hizo jadear con real sorpresa fue encontrarse en medio de la sala a una Jennie vestida por un disfraz de una pieza de gato, esta última empujando sus labios como un pez mientras fruncía el ceño y se cruzaba de brazos, para luego señalarlas con una mano y advertirles:

—No se atrevan a decir algo al respecto.

Rose no pudo evitar mirar a Lisa para ver su reacción, porque si a ella le parecía totalmente adorable, no quería imaginar que sería de Lisa. Y al verla aguantó las ganas de reír, Lisa apretaba las manos en puños mientras apretaba su mandíbula fuertemente, sus mejillas sonrojadas y sus ojos ampliamente abiertos. Quería gritar a todo pulmón, eso estaba claro, pero valoraba demasiado su vida como para atreverse a meterse con Jennie sabiendo como es, o al menos lo que les había hecho saber a sus fans, pues todos sabían que Jennie molesta era verdaderamente aterradora.