#5: Querida Nami, tenemos que hablar.

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Robin intentaba aguantar la risa al ver (con su ojo fleur) el como Sanji intentaba enseñarle piropos a Zoro para que se los diga a ella.

  Para la morena no era ningún secreto que Sanji se había enterado de que a ella le gustaba Zoro y frente a todo pronóstico a ella le divertia muchisimo la idea... hasta cierto punto.

Todos sabemos de que Robin tiene una mente maravillosa, capaz de recordar más de mil libros, tranquilamente se podría decir que es una prodigio. Pero a lo que vamos es... agotaba y Nami no estaba disponible para apostar o charlar. La pobre Robin se aburria muchisimo.

Claro que no era como Luffy, por lo que no corría de un lado a otro informandoles a todos su estado. Ni pensarlo, ella tenia su orgullo tambien.

Entonces varias veces pasó a disfrutar de su segundo pasatiempo favorito: Fastidiar a Zoro.

¿Cómo no divertirse al ver al orgulloso espadachín caer en sus tretas, dar respingos, rascarse la nuca del enojo o incluso suspirar extasiado? Pues si, Robin disfrutaba de eso.

Pero, al enterarse Sanji de su flechazo por el espadachín, complicaba todo. No podia solo ir y acercarse sabiendo que el rubio estaria mirando y escuchando todo. No, no, no y simplemente no. Se pondria más roja que un tomate.

Una cosa era hablar con Zoro a solas y otra muy diferente era hablar con Zoro cuando estaban sus Nakamas cerca.

Disfrutaba mucho ver los intentos fallidos del rubio para que Zoro la cortejara... Pero preferia sus momentos a solas con el espadachin.

Pero...¿Quién había roto la burbuja de ignorancia que cubría al rubio de la triste realidad?

Entonces Robin miró seriamente los mandarinos de Bellmere...

-Nami.- Sin cambiar su expresión caminó lentamente al cuarto de cartografía, entró viendo a la pelinaranja con la vista pegada al escritorio. Cerró la puerta para llamar la atención de la Navegante ( y evitar cualquier via de escape.)

-Luffy si eres tu te voy a...- Empezó diciendo pero cuando se giró su rostro cambio de golpe- Robin... Jaja...¡Robin, que lindo... tenerte p-por aca! Jajaja...ja.-

-Nami~- Canturreo la morena acercandose al escritorio- Parece que mi secreto llegó a oidos de de los demas tripulantes...¿Sabias algo?-

Nami sudaba frio, en su mente pasaba lo que iba a poner en su testamento. Algo así como: "Quiero que todas mis pertenencias junto al dinero del barco sean arrojados al mar con mi cadáver".

-No...Bueno, talvez... yo le mencioné algo a Luffy... y él le dijo a Sanji... y...- La voz de Nami se hacia mas tenue mientras hablaba- Talvez si es mi culpa...-

Robin no aguantó mas de dejo escapar una risa.

-Fufufufu Nami, deberías ver tu cara fufufu-

-Jeje...Si...¿¡Un minuto?! ¿¡Acabo de decir que es mi culpa!? ¡Si todo es culpa del idiota de goma!-

Robin sonreia mientras veia como Nami le echaba maldiciones a Luffy.

-Bueno, lo echo, echo esta.-Habló Robin llamando la atención de Nami- Pero así es muy malo lo que hiciste Nami. -Nami asintió como una niña recien regañada.- Asi que me vengare.-

-Comprendo...¡Espera! ¿Qué?-

-Si, me vengare. O mejor dicho ya lo estoy haciendo- Nami no daba credito a lo que decia- Le estoy contando un secreto tuyo a uno de nuestros Nakamas.-

-¡Robin!- Se quejó Nami tomandose la cara con las manos

-Deverias agradecer que es solo eso... Podria haberte desmembrado y lanzando al oceano.- Dijo Robin con su tipico todo despreocupado.

-No digas eso... Me asustas.- Nami se dejó caer en la silla- Que no sea algo muy vergonzoso ¿Quieres?-

-Fufufu. Muy tarde.- Dijo Robin antes de desaparecer en una lluevia de petalos.

-¿Eh?-

Es lo unico que pudo decir Nami antes de que la puerta sea abierta de par en par por un asombrado Luffy.

-Oi Nami. ¿Es verdad que quieres hacerlo?.-

-¿¡EHHH!?- Nami estaba roja hasta las orejas.

Robin dejó escapar una risa divertida mientras escuchaba el grito de asombro de la navegante.

Para su fortuna, Sanji tambien lo escuchó y salió en ayuda de la pelirroja. Dejando por fin solo a Zoro.

Sin perder el tiempo se acercó al espadachín quien ya se disponia a huir del lugar.

-Tiempo sin verte, Es-pa-da-chin~- Casi susurró la ultima palabra. Pero Zoro la escuchó perfectamente y sin depegar la mirada de la morena respondió.

-Te dije que no me llames así, mujer.-

Robin sonrió ante la mencion de esa ultima palabra. Se acercó hasta quedar a un paso de distancia.

-Últimamente Sanji te acapara para él solo.- Dijo dando un segundo sentido a la frase, lo que le saco una mueca de horror a Zoro.

-No lo digas asi, es asqueroso.-

-Fufufu, sabes...- Robin se acercó más disfrutando el leve sonrojo de Zoro.- Hasta me siento un poco celosa...- Susurró poniendo una mano en el pecho del espadachin.

-Robin...- Zoro ya estaba visiblemente sonrojado, tomó un mechón de pelo de la morena y lo acomodó tras su oreja.- Yo...- Se inclinó hacia adelante buscando un tan deseado beso.

Pero Robin dio dos pasos hacia atras dejando sorprendido al peliverde.

-¡Oe! ¡Zoro!- Usopp y Chopper llegaron corriendo junto a ellos. -Prestanos tus pesas para pescar.-

-¿Qué?- Dijo el espadachín aún desorientado.

-Tus pesas.- Repitió Chopper- Necesitamos que se unda para cazar un monstruo marino.-

-Un monstruo...¿Que? NO.- Reaccionó. Pero chopper y Usopp se miraron algo apenados. Zoro cayó en la cuenta.

-¿Ya las arrojaron al mar?- Preguntó enojado.

-Franky prepara el carrete...- Dijo Chopper intentando apelar al lado bueno del espadachin.

-Seran...- Zoro salió corriendo a la otra punta del barco seguido por Chopper y Usopp.

Robin, quien se mantuvo de espectadora todo este tiempo sonrio con algo de pena.

-Es una lastima...- Dijo mirando el mar. De pronto vio algo a lo lejos. - ¿Un barco?-

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Cosas obvias. [ZoRobin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora