Cosas obvias. [ZoRobin]

Lo que pasó

Desde la proa la miraba, discretamente, sin que nadie se diese cuenta. Era un habito, algo que había aprendido a hacer sin darse cuenta. La veía sonreír por alguna broma que le estaba contando Usopp. La viea dedicarle una mirada de ternura a sus plantas. La veía cerrar levemente los ojos por la brisa marina que de pronto golpeaba su cabello. Mierda. Seguramente él se veía como un estúpido.

-Te vez como un estúpido- La voz de Mihawk izo que saltara del susto. No respondió, pero lo miró con fastidio.- Oh, no me digas, estas enojado. Que novedad- Dijo con un tono sarcástico característico de él.

-No estoy enojado, estoy...- Hizo una pausa para buscar la palabra indicada

-Celoso- Interrumpió el Shichibukai

-Exac ¿Qué? ¡No! No estoy celoso. Solo...-

-Estas celoso.- Volvió a afirmar interrumpiéndolo.-

-Que no. ¿De que estaría yo celoso?-


-¡¡¡ROBIN-CHWAAAAAN!!!- Sanji apareció por la puerta de la cocina como si lo hubiesen invocado yendo hacia la morena haciendo su baile raro y ofreciéndole un postre, ganándose así una sonrisa de la morena

-Robin, ¿Me lees un cuento?- Chopper también apareció tomando de la mano a la morena, ganándose otra sonrisa.

-¡Oeee!¡Robiiin!- Luffy apareció de un salto desde el puesto de navegación- Nami dice que hay una isla rara cerca, pero no entiendo nada del libro que me dio ¿Me ayudas?-

-A la orden capitán.- Respondió Robin volviendo a sonreír a sus nakamas.




-Si... diría que por eso.- Dijo Mihawk apuntando a la escena que se formaba frente sus ojos.

-Tsk.- El sonrojo en la cara de Zoro lo delataba. Estaba celoso.

-Si tienes tantos celos ¿Por qué no vas y hablas con ella?- Dijo con tono como si fuera lo mas obvio del mundo.- Oh, espera, eres un cobarde.-

-¡No soy un cobarde!, solo... que, bueno, nosotros realmente nunca hablamos mucho cuando nuestros nakamas están cerca, solemos hablar de noche o cuando exploramos juntos, pero ahora...-

-Quieres más.- Zoro asintió cruzándose de brazos y una expresión seria en el rostro. Este simple gesto le causó mucha gracia a Mihawk, después de todo Zoro seguía siendo un cabeza hueca que no sabia nada de amor. - Seria mas fácil si le dicen a los demás. A propósito ¿Desde cuando están juntos?- Maldito curioso.

-No mucho, unos días antes que llegaras.- Zoro planeaba dejarlo ahí pero la cara de Mihawk le decía que siga hablando. - Lo que pasó en realidad fue...-

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Unos días antes...

Robin se encontraba acorralada entre el espadachín y el sillón, había metido la pata y sabia que no podría librarse fácilmente de esta.

-Estabas ahí, en el puesto, otra vez.- Las palabras de Zoro la hicieron sonrojar como una niña. -¿Porque?-

-Yo...Yo solamente estaba siendo una buena nakama, espadachín.- Se defendió con su típico tono de indiferencia, intentando no sonar nerviosa. Aunque si lo estaba y mucho, y mas cuando Zoro frunció en seño.

-¿Espadachín?- Susurro medio alto, pero rápidamente negó con la cabeza- ¿Buena Nakama? Ya hablamos de esto Robin, no me gusta que me espíes mientras duermo.-

-Yo no te estaba espiando- En realidad si.- Yo solo vigilaba que ningún enemigo ataque al Sunny-

-Yo puedo hacer perfectamente mi trabajo y lo sabes.- Sin esperar respuesta se sentó al lado de ella dejando el libro de vuelta en sus manos.- Pero por alguna razón, mi instinto no reacciona contigo. Es un problema.-

-¿Porque crees que eso es un problema, espadachín?- Zoro hizo una mueca ante el apodo.

-Solo pienso que no podre defenderme de ti si algún día intentas matarme mientras duermo.- Ambos rieron ante esa frase, sabiendo lo incorrecta que era.

-¿Realmente crees que podría intentar matarte mientras duermes?- La voz de Robin era suave, se acomodo en el sillón de forma que los hombros de ambos se rozaban. Zoro soltó una risa seca, giro levemente y la miro a los ojos.

-Si te soy sincero...- Dijo suavemente- Jamás podrías vencerme.-

-Fufufufufu.- Música para los oídos del espadachín.- No te olvides de que soy una asesina profesional.-

-Si, lo eres- afirmó Zoro divertido.- Y yo soy un cazador despiadado.-

-Capaz de cortarle la cabeza a sus victimas.- Terminó Robin la frase, sonrió. Sacándole una sonrisa al espadachín también.

Por unos segundos se quedaron en silencio, mirándose el uno al otro, sus sonrisas seguían marcadas en sus labios y sin darse cuenta sus corazones latían al mismo ritmo. Robin tomó la delantera acariciando los pendientes de Zoro.

-Siempre me gustaste.- Susurro o suficientemente alto para que él escuchara.- Por eso te veo dormir, porque me gustas.-

Zoro tragó saliva, se sentía nervioso, Robin se le estaba confesando y el sentimiento en su pecho era la cosa mas incomoda y hermosa que jamás había sentido, parecía volar. Pero no sabia que decir, él no sabia que decir, ni siquiera se imaginaba que decir en un momento así. Pero todo eso no importo cuando Robin se acerco y lo besó.

Fue un beso, pequeño, apenas si se tocaron sus labio. Pero en seguida él la volvió a besar, mas fuerte, mas apasionado, mas perfecto.

-También me gustas.- Dijo Zoro al separarse de ella. Robin rio un poco, mas por el echo de que Zoro estaba totalmente rojo, como un tomate.

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-¿Y que pasó después?- Mihawk estaba realmente intrigado con la historia. Zoro él mas bien estaba muriendo de la vergüenza.

-Nada, solo hablamos un poco mas y decidimos no decírselo a los demás hasta... estar preparados.-

-Que obsesión que tienen los jóvenes por ocultar su amor.- Dijo en tono de reproche ganándose una mirada de confusión de Zoro.- Como sea mi presa esta cerca.-

Ante la mirada incrédula de Zoro, Mihawk desenvaino su espada cubierta por su Haki, en un movimiento casi invisible al ojo humano conto el agua haciendo una gran grieta. Antes de que el agua vuelva a reagruparse un Submarino del doble del tamaño del Sunny emergió cortado en dos. Como si una fruta estuviera eligiendo Mihawk miró a todos los tripulantes del submarino que de a uno intentaban aferrarse a algo que flote. Encontró a su objetivo y salto hacia el, lo tomó por la camisa y volvió al Sunny.

-Bueno, mi trabajo esta echo.- Dijo soltando al inconsciente pirata en el suelo bajo las miradas entre incrédulas, horrorizadas y divertidas de los Miguwaras. -Les enviare la mitad de mi paga con un halcón.- Dijo respondiendo las preguntas de Nami aun sin formular.

-¿Ya te vas?- la vocecita de Chopper hizo que todos lo miraran. Mihawk asintió.

-Espera, no puedes irte sin una ¡¡FIESTA DE DESPEDIDA!! ¡¡SANJIII CARNEEE!!- Luffy tomó a Taka no me de los hombros mientras sonreía, claramente todos los mugiwaras estuvieron de acuerdo con su propuesta.

Comieron, bebieron, comieron, bailaron, comieron y cantaron. Dejándole claro a Mihawk que Luffy era un mini Shanks cuando de fiestas se trataba. Al final llego la hora de despedirse y el mejor espadachín del mundo ya se encontraba en su canoa a punto de zarpar cuando se detuvo.

Miro a los Mugiwaras, sonrió y dijo...

-Ellos dos están saliendo.- Apuntando a Zoro y a Robin.