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- Es algo... Personal - dijo, intranquilo.

- ¿Quieres que hablemos dentro del aula? - pregunté.

- Sí, por favor.

Volvimos a ingresar y estuve tentado en volver a sentarme detrás del escritorio de la mesa evaluadora. Eso impondría una distancia, una prohibición de intimidad. Estaba acostumbrado a utilizar el recurso. Pero no quería que aquello fuera cómodo para Seokjin, sino que ese encuentro inesperado terminara lo más pronto posible.

Tomé mi celular para escribirle a Jackson para que me esperara antes de ir a almorzar y me encontré con un mensaje de Hoseok, el sensual joven que conocí la noche anterior.

Me mandó una fotografía de él frente al espejo, vestido solamente con un bóxer de rayas blancas y negras. No obstante, por más inverosímil que pareciera, lo que más me gustó de su foto fue que posara sonriendo. No era una mueca grotesca similar a la de un payaso, sino que era una sonrisa sutil, apenas divisible en la comisura de sus labios. Casi, podría decir, natural.

En tiempos donde todos posan para las selfies con el rostro que mejor creen que salen, una joven posando naturalmente era destacable. No obstante, eso no significaba que no me fijara en el resto de su cuerpo, claro.

Le escribí a Jackson y me volví hacia el alumno.

- Bien, dime - le dije, guardando mi teléfono en el bolsillo. - ¿Qué sucede?
Seokjin se sentó en el escritorio de la mesa evaluadora y me estudió, como si fuéramos cómplices de un secreto o amigos desde la infancia. Había algo en esa actitud que no me gustó y me hacía pronosticar una situación desagradable.

- Verá, profesor, como sabrá, pese a mis intentos, tengo que volver a verlo el año entrante - dijo Jin. - Su materia es la única que me está trabando para que yo pueda cursar el último año de la carrera y necesito quitármela de encima. Así que dígame, ¿cuál es el costo?

Tal como me lo imaginé, la conversación iba a tomar un rumbo desagradable. No era, no obstante, el primer alumno que me ofrecía sexo a cambio de que lo aprobara. Y, nobleza obliga, confieso que en un par de ocasiones acepté la oferta.

- Que estudies - dije, cruzándome de brazos.

Siempre es bueno jugar al gato y al ratón. Ceder fácilmente sería reconocer que es algo que no me provoca un dilema ético. Que, a decir verdad, no me lo provocaba.

Jin se puso nervioso al encontrar una respuesta no grata.

- Yo lo intenté - se excusó, como si quisiera creérselo. - Pero a veces, hay cosas para las que uno no está hecho...

- ¿Qué es lo que me quieres ofrecer concretamente, Seokjin? - pregunté, interrumpiendo su discurso tan falso como mi moral. - Porque me están esperando para almorzar y tengo hambre.

- De acuerdo, se lo diré - dijo al fin. - Unos amigos y yo estuvimos pensando en proponerle que nos apruebe a cambio de que haga con nosotros lo que quiera.

Ese giro de los acontecimientos no me lo esperaba. Por lo general era algún alumno muy decidido, pero jamás vino uno en representación de otros.

- ¿Unos amigos y tú? - repetí. - ¿De quiénes estamos hablando?

- De Park Jimin y Kim Taehyung- dijo Seokjin, apresurado, como si quisiera sacar los nombres de ambos a toda velocidad para que me diera cuenta que no estaba actuando solo. - Los tres estamos en la misma situación.

- Ninguno de los dos se ha presentado hoy - afirmé.

- Porque les dije que yo iba a proponer esto - dijo Jin.

Recordaba vagamente a Jimin y Taehyung. Eran, en efecto, un trío de estudiantes que salieron juntos del instituto y ficharon para ser abogados, probablemente con los sueños de tener una sociedad a futuro. Eran niños de elite, heterosexuales y acostumbrados a resolver todo con dinero. Con el dinero de sus padres, claro.

- ¿Cómo surgió esa conversación, Jin? - pregunté, divertido. - Me intriga saber cómo tres jóvenes llegan a la idea de decir "oye, vamos a hablar con el profesor y que nos apruebe a cambio de que nos use".

Seokjin se mostró incómodo. Su plan hubiera sido perfecto si yo aceptaba aquello de una sola vez.

- Fue idea mía, de hecho - respondí. - Yo los convencí. Ellos no es que están muy entusiasmados con la idea...

- ¿Entonces tú me ofreces que, a cambio de que yo los apruebe, me acueste con tres jóvenes poco entusiastas? - retruqué. - No suena interesante la propuesta. Nos vemos el año próximo...

Giré para salir del aula, pero Seokjin, desesperado, me tomó del brazo. Me volví hacia él, poniéndome frente a frente y desafiante. No iba a dejarme atropellar por un alumno rico.

- Por favor, usted no entiende - suplicó. Parecía a punto de llorar. - Necesitamos pasar su materia.

- Claro que lo necesitan - dije, burlándome.

Noté que sus ojos se estaban inyectando en lágrimas y, lejos de enternecerme, me estaba resultando fastidioso.

- Por favor, dime que además de ofrecerme sexo poco entusiasta, no estás por romper a llorar porque lo estoy rechazando - le comenté.

- Tiene que haber una manera - insistió. - Haremos todo lo que usted pida, de verdad, estamos más que dispuesto...

Suspiré.

- Tengo que almorzar y tengo una mesa evaluadora luego - respondí, mirando el reloj. - Vuelve a buscarme a las 4 y continuaremos hablando del tema.

Eso pareció tranquilizarlo.

Lo estudié bien. Seokjin había adelgazado dos kilos por cada vez que se presentaba a rendir mi materia. No obstante, continuaba siendo un muchacho atractivo, de piel palida.

Estaba tan vulnerable, que si le pedía que se abriera de piernas para mí en ese momento, lo hubiera hecho sin dudarlo.

Pero podía esperar. Realmente en ese momento tenía ganas de ir a comer.

- ¿Y bien? - me preguntó Jackson cuando nos sentamos a comer. - ¿Qué quería Seokjin?

- Suplicar - le respondí. - Una nueva oportunidad antes de que entregue los resultados finales.

Jackson torció la boca. Había algo sobre el asunto que no estaba queriendo mencionar.

- Generalmente te diría que descartes la idea - comentó. - Pero lamentablemente, Kim Seokjin es el hijo del Juez Kim.

Miré a Jackson indicándole que eso no me significaba nada.

- Es un Juez Federal - comentó mi colega, al ver que yo no reaccionaba. - Y bastante respetado. Tiene mucha influencia en el ambiente universitario, en especial con aquellos que son abogados. Te diría que si Seokjin habla con él, puede haber mucha presión sobre ti de parte de los de arriba.

Señor Kim | RM X VOCAL LINE(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora