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Miré a mi amigo. Continuaba arrodillado ante mi trasero. No entendía qué diablos hacía allí si ya terminó con su trabajo, pero una parte mía no quería que se levantara.

- Pues claro - me respondió. - Un par de chicas me dieron ese placer. Es una sensación demasiado linda como para que no se la experimente.

- Nunca me lo hicieron - anuncié.

- ¿Quieres probar? - me preguntó.

Sentí mi corazón comenzaba a latir con fuerza.

- Pero tú eres hombre - le recordé.

- No me digas.

- Y somos amigos - insistí. - ¿Acaso no se volvería raro?

- Jin - me detuvo Jimin, con impaciencia. - Deja de dar tantas vueltas para todo. ¿Quieres que lo haga o no? Decídete.

- Sí, quiero - dije, sin pensar. - Pero...

No me dejó explayarme ni dar mis motivos para oponerme. De repente, el rostro de mi mejor amigo estaba hundido entre mis nalgas.

La imagen fue tan extraña como excitante.

Y entonces, sentí una punta húmeda entrando en mí.

- Ooohhhh... - gemí, sin poder contenerme.

Me mordí los labios. Tae estaba del otro lado de la puerta y no quería que notara que uno de sus mejores amigos le estaba chupando el culo al otro.

Pero no sabía si iba a poder contenerme. Jimin era muy bueno en lo que hacía. Movía su lengua provocándome un placer que jamás pensé que se podía llegar a sentir.

Aquello tenía que ser inhumano.

Estaba tan excitado que no pude evitar comenzar a masturbarme. Ni siquiera lo razoné. De hecho, ni siquiera me importó si a mi mejor amigo le molestara. Mi mano derecha comenzó a subir y bajar por mi verga.

- Hummm... - gemía en silencio.

La lengua de mi amigo dejó de trabajar en mi ano, para permitirle hablar.

- No me salpiques - me pidió, divertido. - Todavía no llegamos a ese punto.

Me reí.

- Lo prometo - le aseguré.

Me relajé al tiempo que Jimin volvía a la carga.

Pero no fue su lengua esta vez la que estaba intentando entrar en mí. Sentí algo extraño que no era húmedo, pero a la vez no dejaba de ser estimulante.

- ¿Qué diablos...? - pregunté, mirándolo. - Jimin...

- Tranquilo - me dijo. - No te lo hundiré. Sólo fíjate si esto te estimula.

- Diablos... - murmuré, cerrando los ojos. - Sí...

El dedo de Jimin entraba apenas, pero lo suficiente como para sentirlo en mi interior.

Era una sensación tan agradable que dejé de lado la culpa y la inhibición. Me gustaba. Tenía que reconocerlo. Y no me importaba si luego mi mejor amigo pensaba mal de mí.

- ¿Te gusta? - me preguntó, divertido.

- Mierda, me encanta - contesté.

Jimin se rió. No fue una risa burlándose de mí, sino más parecía que estaba sintiendo una satisfacción por lo que él me provocaba.

- Al final de todo eras una putita, amigo mío - me comentó.

- Oh, sí, soy una putita - le contesté. - ¡Soy una putita!

Señor Kim | RM X VOCAL LINE(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora