Change

Tragedy and Misery

Después de aquel raro encuentro con el chico del teatro regresé a la sala del mismo donde mis padres me esperaban aún sentados en los asientos.

-¿Y? ¿Conseguiste amigo?- Preguntó Linda

-Lamentablemente no,ni siquiera sé su nombre- Dije algo molesto

-Para mí que lo asustaste Frank- Contestó mi padre con algo de risa.

-¡Cheech! ¿Que maneras son esas de animar a tu hijo?- Alegó mi madre.

-Digo,con esa energía cualquiera se asusta ¿No muchacho?- Dijo Cheech sonriéndome con sorna.

-Bueno papá,tal vez es cierto- Dije serio para después explotar en carcajadas.
Toda la familia empezó a reír tanto y tan fuerte que nos empezamos a ahogar.
Caminamos fuera desde teatro y nos subimos al coche para llegar a casa.
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Al llegar todos nos dirigimos a la cocina y tomamos pasta que mamá había cocinado antes de ir a la función.
Era un momento agradable,todos comiendo y de vez en cuando elogiando a Linda por la buena comida.
Terminada la cena nos fuimos a acostar.

-¡Buenas noches mamá y papá!- Grité desde mi habitación.
No escuché respuesta,por lo que asumí que estaban muy cansados.
No podía dormir,daban vueltas en la cama pensando en el chico raro del teatro,quiero conocerlo. La única frase que inundaba mis pensamientos.
Realmente quiero conocerlo.
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Desperté con el olor del café que llegaba desde la cocina,me lavé la cara y bajé al comedor encontrándome con una escena muy típica en las mañanas;mi padre con el diario en la mesa mientras bebía café en su taza favorita,en tanto mi madre preparaba el desayuno.
Me senté en la mesa y le di un sorbo al café que estaba a un lado de mi plato.

-Buenos días mamá- Dije aún adormilado y con los ojos entrecerrados.

-Buenos días Frankie- Mi madre se apartó de la estufa y me dio un beso en la frente,cosa que me hizo sonreír.
-Buenos días papá- Dije mientras lo miraba con la taza en las manos.

-Buenos días hijo- Contestó él quitando la vista de su diario y sonriéndome.
La verdad no podía pedir nada mejor,mi familia era perfecta,mi vida en general lo era.

-En la tarde saldremos a hacer algunas compras ¿Nos acompañas?- Escuché a Linda decir.

-Si claro Linda, no hay problema- Le respondí lo más fuerte posible,aún seguía muy adormilado y me costaba hablar.
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Entre jugar videojuegos y tocar la guitarra mis padres me llamaron para ir a las compras que había comentado mi madre en la mañana.
Bajé las escaleras corriendo y cerré la puerta detrás mío antes de subirme al coche.

Y esa sería la última vez que volvería a ver a mi padre.

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Todo pasó tan rápido.
Papá no tuvo tiempo de reaccionar.
Mamá estaba muy asustada.
Yo no sabía lo que estaba pasando.
Aquel auto...
Vi mi felicidad morir.
Vi todo perderse.

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Desperté en una cama que no era mía,con un olor que no era el mío y con ropa que no me pertenecía.
Recordé.
El choque.
Los gritos.
El dolor.
La sangre.
Las sirenas.
Las ambulancias.
Lloré,lloré hasta que ya no pude más. Lloré por el dolor. Lloré por el recuerdo. Lloré por mi padre. Lloré por su muerte.
Me levanté de la camilla con la vista borrosa y el corazón destrozado. Mi ropa y zapatos estaban sobre una silla al lado de mi camilla.
Me puse la ropa y salí del cuarto,me dolían las heridas y sentía que tenía ácido en ellas,ardía.
Fui a la recepción del hospital y pregunté por Linda Priccolo,sabía que de Cheech no había nada que decir.
La señorita me indicó una planta,un cuarto y una sección; planta 5,habitación 3,sección B.
Toque la puerta y abrí con cuidado,me acerqué a la camilla y me caí de rodillas mientras apretaba los puños,la imagen de mi madre era muy difícil de digerir,ella tenía un collarín y varias suturas en la cara,así como varias moraduras por todo el cuerpo. Ella estaba dormida y mi intento de silenciar mis sollozos era inútil por lo que terminó por despertar.

-¿Frank? ¿Frankie eres tú hijo?- Dijo ella con voz débil.

-Si,si mamá soy... soy yo- Me costaba hablar,tenía un nudo en la garganta y ardor en el estómago.

-¿Frankie estás bien?¿Te pasó algo?- Esas palabras me hicieron levantarme del suelo y mirar a mi madre a los ojos.

-Estoy bien mamá,estoy bien- Dije aún tartamudeando un poco.

-¡Hijo! ¿Cómo dices que estás bien? Mira nada más,tienes muchas llagas- Dijo como si lo mío fuera mucho.

-¡Mírate tú! ¡Me duele verte así Linda!- Solté de golpe junto con más lágrimas.

-Fra-Frank,¿Sabes en que habitación está tu padre?- En ese momento paré mis sollozos a pesar de que seguía llorando.

-Mamá... Cheech él... Él está... Está muerto- Susurré,pero fue lo suficiente para que mi madre entrara en shock y empezara a llorar en silencio.

-¿Estás seguro de lo que dices Anthony?- Mamá nunca me llamaba Anthony a menos de que fuera muy serio,y esto lo ameritaba.

-Si mamá,yo lo vi- Dije un poco mas firme.

-Mañana- Dijo mi madre- Mañana le haremos su funeral ¿Si Frankie?-
Estaba rota por dentro,pero quería parecer fuerte ante mí.

-De acuerdo mamá,si así lo quieres- Me acerqué a mi madre y le di un abrazo,lloré más de lo que ya había llorado,esta vez nadie vendría por un lado y nos abrazaría,sobraría una silla en el comedor,habría un sofá de más y una taza de exceso.
Sólo hay una cosa que ahora falta... Un padre.